BlackRock es la administradora de activos de inversión más grande del mundo, con US$9,42 billones en activos bajo gestión a junio de 2023. Opera globalmente con 70 oficinas en 30 países y clientes en 100 países, representa aproximadamente al 7,7% del PIB del mundo. Durante mucho tiempo se ha dedicado a financiar proyectos millonarios y muy recientemente ha dado un giro en sus inversiones, proponiendo un sistema más sostenible. Sin embargo, muchos han sido los señalamientos que acusan a BlackRock de engañar a sus clientes al etiquetar ciertos fondos de inversión como sostenibles mientras destina esos recursos a empresas de combustibles fósiles.
De acuerdo a la información publicada en The Guardian, nuevamente enfrenta una denuncia ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) por supuestamente contribuir a abusos ambientales y de derechos humanos en todo el mundo a través de sus inversiones en el sector agroindustrial. ¡Te contamos!
Acusan a BlackRock de violaciones climáticas
La denuncia, revelada en exclusiva a The Guardian, se presentó en virtud de las Líneas Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales, que son recomendaciones de los gobiernos a las empresas privadas sobre conducta empresarial responsable. A falta de normas internacionales jurídicamente vinculantes, estas se consideran una referencia para la rendición de cuentas corporativa.
Se afirma que los fondos de pensiones y otros activos administrados por BlackRock están amenazando un futuro estable porque proporcionan capital a empresas responsables de la deforestación de las selvas tropicales, lo que se suma a la perturbación climática global.
“Esperamos que esta denuncia impulse a BlackRock a cumplir con sus obligaciones en virtud de los marcos internacionales y a desviar las inversiones de las agroindustrias que impulsan el caos climático y graves abusos de los derechos humanos”
Gaurav Madan, activista sénior de derechos forestales y territoriales de Amigos de la Tierra Estados Unidos.
La investigación detrás
Para respaldar su denuncia, Amigos de la Tierra, una organización ecologista que se dedica a defender y promover la justicia ambiental, investigó datos disponibles públicamente sobre las participaciones accionarias de BlackRock entre enero de 2019 y junio de 2024 en 20 empresas agroindustriales que han estado implicadas en abusos ambientales y de derechos humanos, que operan en los sectores del aceite de palma, pulpa/papel, soja, ganado, madera y biomasa.
Encontró que BlackRock tiene más de 5.000 millones de dólares invertidos en estas empresas, un aumento desde 2019 de 519 millones de dólares. En cada una de las empresas es uno de los 10 principales accionistas.
Las organizaciones conservacionistas y los pueblos indígenas han pedido reiteradamente a BlackRock que deje de financiar a las empresas que deforestan la Amazonía y violar los derechos territoriales de las comunidades, dijo Dinamam Tuxá, coordinador ejecutivo de la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (APIB).
“BlackRock no ha logrado evitar que sus inversiones pongan en peligro el modo de vida de pueblos enteros. Por el bien de nuestro futuro, pedimos a BlackRock que deje de poner excusas y deje de financiar a las empresas que impulsan la deforestación, la pérdida de biodiversidad y la violencia contra nuestras comunidades”.
Comunicado de Amigos de la Tierra
La respuesta
BlackRock dijo que el caso por el que los acusan es falso.
“Esta denuncia no tiene fundamento. Como fiduciario, nuestro objetivo es ayudar a nuestros clientes a lograr sus objetivos de inversión seleccionados. La gran mayoría de las inversiones a las que se hace referencia están en fondos indexados elegidos por nuestros propios clientes y no podemos desinvertir en ellos de forma selectiva”
Portavoz de BlackRock
dijo un portavoz en una declaración enviada por correo electrónico a The Guardian.
A nivel sectorial, las empresas de gestión de activos afirman que no pueden utilizar el dinero de sus clientes para objetivos de terceros porque corresponde a los inversores individuales seleccionar los fondos y asignar el dinero. Las empresas financieras argumentan que no son responsables de los fondos indexados, que son inversiones en una variedad de activos en un sector industrial, nacional o regional determinado.
Amigos de la Tierra afirmó que este último argumento ya fue cuestionado en varios contextos internacionales, incluido un caso anterior de la OCDE contra el banco suizo UBS por su uso de fondos indexados vinculados a una empresa presuntamente involucrada en la vigilancia masiva del gobierno chino a los uigures en Xinjiang. En 2021, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos también confirmó que existe una relación comercial entre una institución financiera y una empresa en la que invierte en el contexto de participaciones minoritarias e inversiones en fondos indexados.
Los activistas acusan y están presionando a BlackRock para que cambie su pensamiento de un enfoque exclusivo en los riesgos que el cambio climático representa para sus inversiones, a una comprensión más holística y la responsabilidad de cómo se realizan sus inversiones.
En defensa de la Tierra
La ONG de vigilancia Stand.earth también condenó a cinco de los bancos más grandes del mundo por tener directrices ambientales y sociales que no cubren más del 70% de la selva amazónica. En las calles, el movimiento de financiación climática ha organizado protestas frente a varias instituciones de Wall Street, entre ellas Citi, Bank of America y las principales aseguradoras.
En términos más generales, se ha acusado a las principales instituciones financieras estadounidenses de diluir sus compromisos públicos en materia de crisis climática y natural. El mes pasado, Client Earth presentó una denuncia en Francia en la que alegaba que BlackRock había lavado de imagen sus inversiones en empresas de combustibles fósiles a través de fondos “sostenibles”. En julio, los senadores estadounidenses advirtieron a JP Morgan Chase, el mayor inversor mundial en combustibles fósiles, de que podría haber engañado a los inversores y al público al dar marcha atrás en sus ya débiles compromisos climáticos y medioambientales.
La necesidad de adoptar medidas más contundentes quedó de manifiesto en un informe reciente que muestra que la destrucción de los bosques mundiales aumentó el año pasado y ahora es mayor que cuando 140 países prometieron hace tres años detener la deforestación para finales de la década. La combinación de desmonte de tierras, incendios forestales y calentamiento global ha empujado a la Amazonia hacia un punto de no retorno. Muchas zonas están sufriendo actualmente la peor sequía registrada .