En la actualidad, el mundo enfrenta una policrisis. Los desafíos globales, incluyen crisis económicas, conflictos bélicos, cambio climático y desigualdades sociales. Todo ello se amplifica creando un contexto de vulnerabilidad y empeorando las condiciones de vida de la humanidad. Uno de los problemas adversos que afecta directamente la supervivencia de las personas es la desnutrición y su relación con los sistemas de alimentación, mismos que son todo menos sostenibles.
Ante la desnutrición existen muchas alternativas, sin embargo, muchas de ellas no tienen el alcance que se requiere para erradicar el problema de raíz. Recientemente ESG News publicó un análisis del informe de Deloitte «Punto de inflexión: alimentar al mundo de manera sostenible» que se compartió en la COP29. En dicho informe detalla los beneficios económicos y sociales de transformar la producción mundial de alimentos y sostiene que para erradicar la desnutrición es necesario desarrollar sistemas de alimentación y uso de suelo sostenibles. ¡Te contamos!
La desnutrición no tiene nada que ver con la falta de comida
La desnutrición y la industria de alimentos están estrechamente relacionadas. Los sistemas de alimentación mundialmente reproducidos fomentan una serie de problemas que afectan al medio ambiente y de paso contribuyen a perpetuar las desigualdades sociales. Esta industria es responsable de muchos de los problemas ambientales que existen, por ejemplo, el uso de suelo, que al ser utilizado de forma indebida causa daños irreversibles y afecta directamente al calentamiento global.
Además, este sistema de producción también es responsable del desperdicio masivo de alimentos, especialmente del sector agrícola. La pérdida de alimentos en todas las etapas de la cadena de suministro empeora la crisis alimentaria y aunque existe comida en abundancia, muchas veces esta no llegan a las poblaciones necesitadas, lo que contribuye a la desnutrición en muchas regiones del mundo.
Sumado a esto, en los sistemas de producción masiva se tiene normalizado el uso de químicos dañinos para el cuerpo humano. Las grandes cantidades alimentos, especialmente las del sector agrícola, terminan siendo malbaratados o desperdiciados totalmente y el caso de los ultraprocesados, estos suelen ser altos en azúcares, grasas saturadas y sal pero bajos en nutrientes esenciales como vitaminas, minerales y proteínas.
¿La inversión en sistemas de alimentación sostenibles erradicará la desnutrición?
En el marco de la la COP29, el informe de Deloitte, «Punto de inflexión: alimentar al mundo de manera sostenible» se detallan los beneficios económicos y sociales de transformar la producción mundial de alimentos. El análisis destaca que abordar la desnutrición, alimentar a una población estimada de 10 millones de personas y descarbonizar el sector agrícola son desafíos globales interconectados.
El informe destaca que limitar el calentamiento global por debajo de los 2° C y aumentar la producción de alimentos sostenibles y saludables en un 40% podría rendir beneficios significativos. El modelo de Deloitte predice que estas acciones podrían aumentar el PIB mundial en 121 billones de dólares y reducir los precios de los alimentos en un 16%. Además, podrían ayudar a 300 millones de personas más que actualmente están desnutridas al redirigir una de cada cinco de las calorías adicionales producidas a las regiones más afectadas por el hambre.
«La COP29 es un momento decisivo para que los líderes mundiales se reúnan y evalúen los importantes costos de la inacción frente al cambio climático, que podría tener enormes repercusiones tanto para el bienestar humano como para la economía mundial. Invertir en sistemas alimentarios sostenibles y apoyarlos tiene el potencial de sacar a cientos de millones de personas de la desnutrición, conservar los recursos y mitigar el cambio climático..»
Jennifer Steinmann, líder global del negocio de sostenibilidad de Deloitte
Advierten que sin una intervención significativa, el cambio climático podría costar a la economía mundial 190 billones de dólares entre 2025 y 2070. Los daños potenciales del cambio climático no controlado podrían reducir el valor de las industrias alimentarias primarias en 13 billones de dólares y afectar la fabricación y los servicios alimentarios en 12 billones de dólares.
«La forma en que históricamente hemos aumentado la producción de alimentos ya no es viable. Mantener el status quo seguirá exacerbando el hambre y haciendo subir los precios de los alimentos, lo cual no es una opción. Alimentar al mundo de manera sostenible requiere un cambio fundamental a gran escala..»
Dr. Pradeep Philip, socio de Deloitte Australia y coautor del informe
Deloitte propone cinco estrategias para una transformación sostenible:
- Acelerar la innovación y las mejoras de productividad en agricultura.
- Invertir en la protección del capital natural como el suelo y el agua.
- Reducir las emisiones globales para limitar los impactos del cambio climático.
- Promover opciones de consumo sostenibles.
- Mejorar la circularidad para abordar el desperdicio de alimentos y la eficiencia de los recursos.
Por una transformación a largo plazo
De acuerdo con los autores del informe, todavía le falta someterse a prueba y sin duda refinarse, sin embargo, se cree que esta propuesta pone un mensaje de optimismo y una fuente de poderío en cuanto a que las acciones pueden crear una gran diferencia para construir un futuro más deseable. Se ha destacado la responsabilidad social individual (RSI) ya que según los expertos, todos tienen la capacidad de influir para formar parte de los puntos de inflexión para un cambio positivo.
Además es un llamamiento para los creadores de políticas y las autoridades públicas ya que son un punto de enfoque mayor, dada su función para establecer, aprobar y hacer cumplir reglas económicas y sociales. Sin dejar de lado a los actores financieros que tienen una considerable influencia para cambiar la economía mundial y a las organizaciones de la sociedad civil que pueden presionarlos para que todos rindan cuentas.
Se destaca la responsabilidad de los investigadores y los innovadores tecnológicos ya que son los creadores de alternativas. Sin dejar de lado a los empresarios que pueden impulsar su ascenso y del sector privado, que puede participar activamente en las trayectorias de innovación y ayudar a construir un «ecosistema» de innovación.