En los últimos años, el k-Pop se ha convertido en un fenómeno global, caracterizado por su música pegajosa, coreografías impecables y atractivas producciones audiovisuales. A medida que esta industria está en auge, también lo está la producción de álbumes físicos que lejos de ser solo un medio para escuchar música, estos álbumes han evolucionado para convertirse en verdaderos objetos de colección. Los discos son uno de los elementos más icónicos pero también de lo más contaminante.
De acuerdo con el portal Yahoo News, fanáticos han denunciado recientemente que el uso excesivo de plástico en los CDs y otros productos crea una cantidad significativa de desechos y lo que conlleva necesariamente a un impacto negativo al medio ambiente. ¡Te contamos más!
K-Pop… ¿una industria contaminante?
Los fans del K-pop son conocidos desde hace años por su increíble poder de organización. A medida que su número ha ido creciendo en todo el mundo, se han convertido en influyentes fuerzas políticas, influyendo en las elecciones y abogando por el cambio social.
Fueron estas acciones las que inspiraron a dos jóvenes fans, Dayeon Lee, de Corea del Sur, y Nurul Sarifah, de Indonesia, a fundar Kpop4planet en 2021. Especialmente preocupados por los problemas medioambientales, empezaron a pensar en cómo algunos aspectos de la cultura K-pop pueden agravar la degradación del medio ambiente. Por ejemplo, el streaming excesivo de música puede generar emisiones de carbono en cada paso, desde los centros de datos que procesan las solicitudes hasta los dispositivos que reproducen la música.
El problema de la discografía coleccionable
Aunque la producción y venta de grabaciones físicas tiene, por supuesto, una huella de carbono, la mayoría de los problemas medioambientales terminan después de la compra inicial. De acuerdo con la información de Technology Review, los fans, estos álbumes son más que simples CDs, pues están llenos contenido adicional que los convierte en piezas valiosas: fotografías de sus ídolos favoritos, posters y photocards, que son pequeñas tarjetas exclusivas con la imagen de los miembros del grupo o solista.
Cada álbum suele incluir una photocard al azar, lo que incentiva a los fanáticos a comprar más de una copia del mismo álbum con la esperanza de obtener la tarjeta de su miembro favorito o completar toda la colección. Incluso, este fenómeno se intensifica cuando las compañías lanzan ediciones limitadas o especiales, creando un deseo aún mayor por parte de los seguidores de adquirir tantas versiones como sea posible. En otras palabras, el coleccionismo, combinado con el fervor por apoyar a sus ídolos, ha hecho que los álbumes físicos se conviertan en un pilar fundamental del éxito comercial del k-pop.
Roza de Jong, del grupo activista Kpop4planet, cree que los fans del K-pop unidos pueden impulsar el cambio:
“Si los fans del K-pop de todo el mundo se unen en torno a este tema, realmente podrán unir fuerzas y generar un cambio a la hora de abordar la crisis climática”.
Roza de Jong, activista K-Pop
Activistas K-Pop a favor de la sustentabilidad
Kpop4planet se ha dirigido recientemente a empresas ajenas a la industria musical que se han beneficiado de trabajar con ídolos del K-pop; les ha pedido que hagan promesas similares sobre energías renovables u otros objetivos climáticos para asegurarse de que los fans les siguen apoyando.
El grupo ha presionado, por ejemplo, a Tokopedia, la mayor empresa de comercio electrónico de Indonesia, para que establezca un plan de descarbonización. Y ha perseguido a Hyundai -que utiliza a la banda de K-pop BTS como embajadores de marca- por un acuerdo comercial para abastecerse de aluminio de una empresa que depende de una nueva central eléctrica de carbón. Esto condujo a otra gran victoria: En marzo de 2024, Hyundai aceptó buscar proveedores alternativos para su aluminio.
Las acciones de Kpop4planet forman parte del contexto de una evolución del fandom del K-pop, que poco a poco, ha pasado de enviar regalos a los ídolos a hacer donaciones o voluntariado en nombre de sus ídolos.