Por Edgar López
Ayer, en el Museo Nacional de Antropología, la presidenta Claudia Sheinbaum presentó el Plan México, un ambicioso proyecto que busca posicionar a México entre las diez economías más importantes del mundo y, sobre todo, alcanzar el bienestar de todas y todos los mexicanos.
Sin embargo, el concepto de bienestar en este contexto plantea una reflexión crucial: ¿qué significa exactamente?. A lo largo del discurso, la palabra se mencionó 12 veces, pero sin una definición clara o un marco específico que permita tangibilizarlo. Este enfoque, lejos de ser una barrera, representa una oportunidad estratégica para que las empresas tomen la iniciativa y definan su papel en esta narrativa.
¿Qué es bienestar y por qué es ambiguo?
En un contexto empresarial, el bienestar puede entenderse como un concepto integral que abarca:
- Económico: Generación de riqueza inclusiva y empleos dignos.
- Social: Reducción de desigualdades, acceso a servicios básicos e inclusión de grupos vulnerables.
- Ambiental: Garantizar un medio ambiente sano como base para la prosperidad.
El discurso del Plan México, aunque enfatiza la importancia del bienestar, no lo desarrolla en términos concretos. Como señaló la presidenta Sheinbaum: «El objetivo es que todos seamos parte de esta visión de largo plazo, de un México del presente y del futuro, equitativo, sustentable y de bienestar para todos.»
Esta ambigüedad, lejos de ser un obstáculo, abre la puerta para que las empresas adapten sus estrategias y demuestren cómo contribuyen al bienestar desde sus operaciones y cadenas de valor.
La ambigüedad como herramienta estratégica
En el gremio de la RSE, sustentabilidad y ESG, hemos trabajado históricamente desde conceptos que, al igual que el bienestar, carecen de definiciones universales: ¿Qué significa ser sostenible? ¿Qué implica tener un propósito corporativo? Muchas organizaciones han utilizado esta flexibilidad para construir narrativas y prácticas que responden tanto a sus intereses como a las necesidades de sus grupos de interés.
El Plan México ofrece un terreno similar. Planear desde la ambigüedad puede ser útil porque:
- Permite a las empresas definir cómo el bienestar se traduce en sus operaciones.
- Ofrece margen para innovar en prácticas responsables y sostenibles.
- Posibilita construir relaciones estratégicas con el gobierno en temas clave como la relocalización, el desarrollo regional y la sostenibilidad ambiental.
Empresas reconocidas: consolidar liderazgo
Para marcas reconocidas como Grupo Bimbo o Cemex, que ya tienen una reputación sólida en sostenibilidad, este gobierno puede ser una oportunidad para consolidar su liderazgo. Estas empresas pueden:
- Demostrar cómo sus inversiones generan impacto: Iniciativas en energías renovables, empleos dignos o proyectos comunitarios refuerzan la idea de que contribuyen al bienestar nacional.
- Ganar reconocimiento gubernamental: En este sexenio, parece haber más disposición a reconocer a empresas que trabajan alineadas con las metas nacionales, algo que resultó difícil en el periodo anterior.
- Fortalecer su posición en políticas públicas: Su experiencia puede convertirlas en referentes para definir estándares o políticas que impulsen el bienestar en México.
Empresas no reconocidas: construir terreno
Para empresas menos conocidas, como una manufacturera de autopartes o una pyme agrícola, el Plan México también ofrece una plataforma para ganar relevancia:
- Demostrar proactividad: Mejorar prácticas laborales, adoptar criterios de sostenibilidad o aumentar el contenido nacional en sus productos puede posicionarlas como actores clave en la agenda gubernamental.
- Acceder a financiamiento y programas: El Plan México incluye incentivos para la relocalización, polos de bienestar y financiamiento para pequeñas y medianas empresas, lo que puede fortalecer su capacidad de inversión.
- Construir una narrativa sólida: Alinearse con el discurso del bienestar les permite diferenciarse y generar reconocimiento en un entorno competitivo.
En el gobierno actual, donde existe una mayor apertura para reconocer iniciativas alineadas con las metas nacionales, estas empresas pueden posicionarse como agentes de cambio.
Es el bienestar una oportunidad
El Plan México no define el bienestar, pero nos invita a construirlo. Para las empresas, esto representa una oportunidad única para adaptar y ajustar sus prácticas responsables y sostenibles, demostrar liderazgo y alinearse con una visión de bienestar que beneficie tanto a sus operaciones como a sus grupos de interés.
En lugar de esperar claridad desde el gobierno, es el momento de actuar, de liderar desde la ambigüedad y de demostrar cómo el bienestar empresarial puede ser un motor de desarrollo social, económico y ambiental en México.
En México, la responsabilidad social, la sostenibilidad y los criterios ESG tienen un nuevo nombre: #bienestar. El reto está en alinear estrategias que lo tangibilicen, porque quien logre moldearse a esta narrativa no solo ganará reconocimiento, sino también relevancia en la llamada por algunos transformación del país.
Edgar López Pimentel, es actualmente Director en Expok, ejerciendo su liderazgo día a día con pasión por la responsabilidad social y el desarrollo sustentable. Su labor ha contribuido significativamente al posicionamiento de empresas líderes en materia de responsabilidad social.
Su formación académica, enriquecida por programas de Alta Dirección de Empresas en el IPADE e IE Business School, así como una maestría en Responsabilidad Social Empresarial en la Universidad Anáhuac Norte, respaldan su liderazgo.
