La investigación realizada por The Guardian y Quinto Elemento Lab ha destapado una alarmante realidad sobre el destino de los desechos tóxicos de EUA. El informe revela que grandes cantidades de residuos, incluidos plásticos, productos electrónicos y sustancias químicas peligrosas, son enviados a países como México y Canadá, donde sus efectos devastadores sobre el medio ambiente y la salud de las comunidades son cada vez más notorios. Los desechos tóxicos de EUA, que en su mayoría son imposibles de reciclar o tratar adecuadamente dentro del país, se exportan a estas naciones, causando graves problemas ecológicos y de salud pública.
Este fenómeno ha expuesto las ineficacias del sistema estadounidense para gestionar sus propios residuos y ha generado una situación en la que otros países terminan asumiendo el costo ambiental y social. Las exportaciones de desechos tóxicos de EUA no solo representan un desafío para las naciones receptoras, sino que también ponen en evidencia la falta de responsabilidad por parte de las autoridades de Estados Unidos al trasladar sus residuos hacia países con menos infraestructura para su manejo. En consecuencia, los daños generados por estos residuos se amplifican, afectando a miles de personas que no tienen responsabilidad alguna en su creación.
Los desechos tóxicos de EUA son enviados a otros países
De acuerdo con la investigación de The Guardian y Quinto Elemento Lab, Estados Unidos se deslinda de la responsabilidad de gestionar los desechos que produce y los exporta a naciones que no están equipadas para tratar los impactos que estos generan, tal como ha señalado Marisa Jacott, especialista en derechos ambientales:
«Estados Unidos traslada su carga tóxica a países más débiles, donde las leyes ambientales son menos estrictas y los recursos para manejar esos desechos son limitados».
Marisa Jacott, especialista en derechos ambientales.
Este envío de desechos tóxicos de EUA a otros países ha sido denominado por varios expertos como un claro ejemplo de “colonialismo de los residuos”, una clara muestra del desinterés de este país por el bienestar de las naciones en desarrollo.
Además, las autoridades de Estados Unidos no han mostrado interés en asumir ninguna responsabilidad sobre los efectos negativos de los desechos tóxicos de EUA que terminan en otros países. En lugar de enfrentar el problema de frente, Estados Unidos delega el costo de su inacción a las naciones receptoras:
«Al exportar los residuos, Estados Unidos evita el costo económico y ambiental de gestionarlos dentro de sus fronteras, lo que demuestra un grave desdén por los derechos de los países afectados».
Marisa Jacott, especialista en derechos ambientales.
La irresponsabilidad de Estados Unidos no se limita solo al manejo de residuos. También se extiende a la falta de apoyo a las políticas internacionales que buscan regular el tráfico de desechos peligrosos. A pesar de los acuerdos globales como el Convenio de Basilea, que busca reducir el comercio internacional de residuos peligrosos, Estados Unidos ha sido uno de los países que se ha mostrado renuente a cumplir con los estándares internacionales. Este comportamiento resalta aún más el nivel de irresponsabilidad y la falta de compromiso de Estados Unidos con la justicia ambiental global.
Los residuos que llegan a México
México es uno de los principales destinos de los desechos tóxicos de EUA, con un volumen alarmante de residuos exportados hacia su territorio. En 2020, más de 43 mil toneladas de residuos plásticos fueron enviadas a México, lo que representa aproximadamente el 14% de los plásticos exportados desde Estados Unidos. Estos desechos no solo incluyen plásticos de difícil reciclaje, sino también productos electrónicos y químicos peligrosos que, debido a su composición, se acumulan en el medio ambiente, generando una contaminación masiva. En su mayoría, estos residuos son enviados a zonas cercanas a la frontera, donde las infraestructuras de reciclaje y tratamiento son limitadas.
El impacto de los desechos tóxicos de EUA en la salud de la población mexicana es una preocupación creciente. En diversas comunidades cercanas a los centros de reciclaje, como Tijuana, los niveles de contaminación del aire y del agua han aumentado significativamente, lo que ha provocado un incremento en enfermedades respiratorias, cáncer y malformaciones congénitas. «Los residuos tóxicos de EUA nos están matando lentamente. El aire y el agua están cada vez más contaminados, y las enfermedades que antes no veíamos ahora son comunes», denunció un residente de la zona. A pesar de estos impactos devastadores, las autoridades estadounidenses se han mantenido completamente ajenas al sufrimiento causado en México.
La falta de responsabilidad de Estados Unidos frente a los desechos tóxicos que envía a México es patente. Los expertos señalan que no existen mecanismos adecuados para que las autoridades estadounidenses sean responsables de los daños que estos residuos causan en otros países. El gobierno de México ha intentado levantar la voz en varias ocasiones, pero las políticas internacionales y la falta de regulación efectiva han dejado a México enfrentando los efectos de esta externalización de residuos peligrosos, sin poder frenar el flujo de desechos tóxicos desde su vecino del norte.
Los residuos que llegan a Canadá
Canadá también ha sido uno de los destinos más importantes de los desechos tóxicos de EUA. En 2019, más de 20 mil toneladas de residuos plásticos y electrónicos fueron enviadas a Canadá, particularmente a las provincias de Ontario y Quebec. Esta cantidad sigue una tendencia preocupante en la que el 70% de los residuos plásticos exportados por Estados Unidos terminan en países que, como Canadá, tienen que hacer frente a los altos costos de tratamiento y disposición. Los residuos que llegan a Canadá incluyen plásticos que no pueden ser reciclados y productos electrónicos con componentes peligrosos como plomo y mercurio.
El impacto de estos residuos en la salud de los canadienses también es significativo. Se ha observado un aumento en enfermedades respiratorias, trastornos neurológicos y problemas de salud relacionados con la exposición a sustancias tóxicas provenientes de estos residuos. A pesar de contar con leyes más estrictas en cuanto al manejo de residuos, Canadá se ha visto obligada a recibir toneladas de desechos tóxicos de EUA. «El sistema canadiense de manejo de residuos está siendo sobrepasado, y la salud de nuestras comunidades está en riesgo. Necesitamos que se frene la exportación de residuos peligrosos desde Estados Unidos», indicó un portavoz de Greenpeace Canadá.
La falta de acción por parte de Estados Unidos sigue siendo un obstáculo para detener este flujo de desechos. Aunque Canadá tiene políticas ambientales más rigurosas que México, los desechos tóxicos de EUA siguen entrando en el país debido a la falta de un sistema global de regulación más efectivo. Las autoridades estadounidenses continúan evitando asumir su responsabilidad, dejando que los países receptores enfrenten las consecuencias de su inacción.
Daño social y ambiental hecho en EUA…
La exportación de desechos tóxicos de EUA a México y Canadá es una práctica que refleja una grave falta de responsabilidad por parte de Estados Unidos, que externaliza los costos ambientales y de salud hacia naciones más vulnerables. Esta situación no solo afecta el medio ambiente, sino que pone en riesgo la salud de miles de personas en ambos países. El fenómeno ha sido calificado como un «colonialismo de los residuos», y evidencia cómo las grandes potencias trasladan sus problemas ambientales a quienes tienen menos capacidad para enfrentarlos.
Es imperativo que tanto México como Canadá refuercen sus políticas y sistemas de tratamiento de residuos para mitigar el impacto de los desechos tóxicos de EUA. Además, la comunidad internacional debe exigir que Estados Unidos cumpla con sus responsabilidades ambientales y deje de externalizar sus desechos peligrosos hacia otros países. La justicia ambiental requiere que los responsables de la contaminación asuman las consecuencias de sus acciones, y que los países afectados no sigan cargando con los daños generados por otros.
