Papás lanzan ofensiva legal contra chatarra

Con el apoyo y la asesoría de la Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia, AC (ODI), tres padres de familia interpusieron un amparo en contra de los lineamientos para la venta de alimentos y bebidas en las escuelas, con el argumento de que violan el derecho de sus hijos a la salud.

El documento consigna que el consumo habitual de los 700 productos autorizados para su venta en planteles de educación básica pueden causar daños en la salud de los niños que los consumen.

Presentado el pasado viernes, el amparo tiene como propósito hacer efectivo el derecho social a la salud de los niños.

«En la escuela los niño no están bajo el cuidado de sus padres, sino bajo el cuidado directo o indirecto del Estado. En esta lógica, esperamos que las acciones del Estado no estén permeadas de discrecionalidad», expresó Margarita Griesbach, directora de la ODI.

«El Estado entonces estaría obligado a dar a los niños únicamente aquello que sabe que es sano y bueno para la salud, es decir, que no hubiera cabida para un ejercicio discrecional que se reserva para la vida particular de la familia», agregó.

Antonio Martínez, abogado de la misma organización, detalló que el amparo plantea que el derecho a la salud sea llevado a buen puerto, pero no sólo bajo la idea de no tener enfermedades, sino estableciendo acciones de carácter preventivo.

«En el amparo se señala la discrepancia entre la parte considerativa de los lineamientos que enarbolan mucho la idea de prevenir riesgos a la salud. Entonces, si de lo que se trata es de prevenir riesgos, como es posible que a los niños les permitas el consumo de sustancias que en el propio acuerdo se establece que son dañinas o nocivas para la salud», cuestionó.

Alejandro Calvillo, director de la organización el Poder del Consumidor, señaló que en los propios lineamientos se establece que una dieta debe ser completa, equilibrada, inocua y suficiente, entendiendo como inocuo aquello que su consumo habitual no implique riesgos para la salud.

«El hecho de que todos los días los niños tengan esos alimentos es que se les están proporcionando para consumo habitual, cuando todos los documentos dicen que no se deben consumir de manera habitual sino esporádica», dijo.

Calvillo insistió en que, al admitir la venta de alimentos que pueden afectar la salud de los estudiantes, «el Estado está permitiendo que estos productos, que no son recomendables, que no están en el plato del buen comer sean vendidos en los plantes escolares sin la presencia y supervisión de los padres».

Agregó además que está demostrado en diversos estudios que estos productos desplazan el consumo de frutas y verduras si acaso los alumnos tuvieran ambas opciones.
Margarita Griesbach, directora de la ODI, advirtió que si bien en las escuelas se venden productos que cumplen con las disposiciones de 140 calorías como máximo por porción y menos de 40 por ciento de grasas totales, no hay quien regule cuantos paquetes come el niño.

Fuente: Excélsior, Nacional, p. 14.
Reportera: Laura Toribio.
Publicada: 25 de enero de 2011.