Si avanza una reforma de ley cocinada el martes, los focos tradicionales prácticamente desaparecerán de un plumazo a partir de este año. Ese día, la Cámara de Diputados aprobó una reforma a la Ley para el Aprovechamiento Sustentable de la Energía.
Con el cambio fue aprobada la obligatoriedad de sustituir focos incandescentes por ahorradores en los anaqueles, por decreto.
El problema es que este proyecto se cruza con una estrategia del Poder Ejecutivo que está ya en marcha para el mismo propósito.
Es aquella encaminada por la Secretaría de Energía, a cargo de José Meade, y que se basa en una NOM que estableció plazos para cambiar todos los focos de 100 watts a fines de 2011; los de 75, al término de 2012, y los de 60 y 40 watts, un año después.
Lo harían por medio de una licitación gubernamental a través de la cual se adquirirían focos ahorradores para repartir a los pequeños consumidores, de a cuatro por familia.
Con su modificación legal, los diputados no se metieron con los tiempos.
Pero lo que caló adicionalmente en la Sener fue que establecieron un candado para dejar a gobiernos estatales y municipales el canje de los focos, y no al Ejecutivo. Ya sabe usted, los pleitos por aprovechar políticamente una medida gubernamental.
Dicen desde las oficinas de esa Secretaría que el plan inicial ya consideraba quitarle el matiz político al cambio de focos.
¿Cómo? El Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE), encargado a Juan Manuel Carreras, suspendería por regla el programa de canje en los estados donde hay elecciones un mes antes del proceso.
La reforma de los diputados todavía debe pasar por el Senado, mientras el proceso de licitación sigue su curso. Ésta debe revelar a un ganador a fines de este mes.
Fuente: Reforma, Negocios, p. 3.
Columna: Capitanes.
Publicada: 18 de febrero de 2011.