El líder de U2 quiere cambiar al mundo. Alterna sus giras con un activismo de alto impacto a favor del medio ambiente, los derechos humanos, la paz y el comercio justo. Es un icono del rock pero no un iconoclasta. Bono es un ferviente católico que alterna su religiosidad con la música y su vida pública. La siguiente historia es la de un músico que trata de salvar a la humanidad.
“Mientras estoy hablando, hay un niño que se muere de hambre”. “¡Entonces, cállate!”. La escena es ficción y proviene del más rancio humor irlandés. La contó el inefable conductor de televisión y comediante Graham Norton en su irreverente y muy visto show de la BBC. Aludía, cómo no, a Bono, el líder de la banda U2, nacido como Paul David Hewson, el 10 de mayo de 1960 en Dublín y muchas veces “albureado” por su modo un poco solemne de encarar una profusa e incansable labor por los más desprotegidos. Cantante y letrista de una de las agrupaciones de rock más exitosas del mundo desde mediados de los ochenta, el embarnecido artista es también objeto de burlas por su rotunda estampa física y corta estatura, al punto de que el propio Norton ha llegado a llamarlo “Señora Bono”.
Reuniones con jefes de Estado y una presencia activa en las convenciones mundiales donde se trate el tema de los recursos sustentables o de cómo eliminar el hambre en el planeta, marcan la abultada agenda de un músico que ha devenido en político, sin importarle muchas veces quedar como una figura mesiánica ante los implacables ojos de sus críticos.
¿Será que Bono se cree Dios? Seguramente él no, pero sus contrincantes han hecho de la labor de beneficencia del carismático artista irlandés y de su afición a salir en la foto con los poderosos una materia sustanciosa para la comedia más hilarante. Por caso, uno de los tantos chistes que circulan en internet: Bono y The Edge mueren y van al Cielo. Allí se encuentran con Dios y Dios les pregunta en lo que creen: Edge habla en primer lugar, diciendo que él cree en su música, en la habilidad de su banda, y sobre todo ¡en la guitarra Gibson! Dios le dice a Edge que está bien y le permite entrar al Cielo. A continuación habla Bono “¿En qué crees Bono?”, pregunta Dios. Bono responde: “Yo creo que usted está sentado en mi silla”.
O aquel otro que se pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre Bono y Moisés? Y se responde: Bono no divide el mar, camina sobre él.
Y cómo el muchacho sencillo, hijo de un empleado de correos de nombre Bob, fallecido en 2001 a causa de un cáncer a los 70 años, y de una ama de casa que lo dejó huérfano cuando el muchacho apenas tenía 14 años, se convirtió en un personaje capaz de ocupar un asiento en la mismísima junta del Fondo Monetario Internacional…
Dios siempre estuvo
Crecido a dos aguas entre el catolicismo de su padre y el protestantismo materno, para Bono (apodo de adolescencia que alude al vocablo en latín bonavox, que a su vez es el nombre de una tienda de aparatos especiales para la sordera ubicada en Dublín), la religiosidad del músico irlandés ha ido virando en los últimos tiempos hacia una concreta labor social y política, sin por ello menguar la idea de Dios y el ejercicio de la fe como motor de un individuo con una alta conciencia del prójimo. Bono, que a menudo es llamado irónicamente “Mother Teresa”, es honesto desde siempre a la hora de expresar sus ideales místicos. Así lo comprueba el legendario periodista de rock de Los Angeles Times, Robert Hilburn, acaso uno de los mentores de U2 en los Estados Unidos y amigo personal del artista irlandés, quien ha prologado su reciente libro Desayuno con John Lennon (Océano).
Cuenta Hilburn que cuando apenas iniciaba su carrera internacional al frente de la banda que integra junto al guitarrista David Howell, más conocido como The Edge, el bajista Adam Clayton y el baterista Lawrence Mullen, Bono ya se cuestionaba y al mismo tiempo defendía el camino espiritual por el que transitaba la exitosa agrupación que lidera:
“Eso es algo curioso del rock and roll”, dijo Bono cuando le pregunté por los temas que trataba el grupo en sus canciones, “la espiritualidad es un tema tabú para algunas personas, pero no creo que lo que nosotros decimos sólo pueda resultar de interés para los cristianos. Me da mucha rabia cuando veo a gente que afirma que están en posesión de la verdad y que se hallan libres de pecado. Me parece una farsa que haya gente que va por ahí con la Biblia apretada contra el pecho o que sale en la televisión hablando de Jesús. También me parece una tragedia que el nombre de Cristo, que para mí es algo muy querido, se pisotee. Lo usan como si fuera una chapa que se ponen en la chamarra”, narra Hilburn en el libro citado.
En el volumen de entrevistas del periodista francés Michka Assayas, Bono in Conversation, el líder de U2 conmueve a su interlocutor cuando la charla toca el tema de la religión. Al principio, Assayas le pregunta por Dios en un tono un tanto chistoso, hasta que acaba dándose cuenta de que el catolicismo, la religión que finalmente eligió, no es una pose o un tema liviano para el artista.
Pregunta el periodista:
“Cristo tiene su lugar entre los grandes pensadores del mundo. Pero… Hijo de Dios… ¿no es eso increíble?”.
Contesta Bono:
“Mira, la respuesta secular a la historia de Cristo siempre dice algo así… ‘Era un gran profeta, obviamente un tipo muy interesante, tenía mucho que decir, en la línea de otros profetas, sean Elías, Mahoma, Buda o Confucio’. Pero la realidad es que Cristo no te permite decir esto. No te deja salir por ahí. Cristo dice: no, yo no digo soy un maestro, no me llamen maestro. No estoy diciendo que soy un profeta. Estoy diciendo: ‘soy el Mesías’. Estoy diciendo: ‘Yo soy Dios Encarnado’. Así que lo que te queda es que o Cristo era quien decía que era (el Mesías) o era un completo chiflado. La idea de que todo el curso de la civilización de medio planeta ha cambiado, que se ha puesto al revés, debido a un chiflado… para mí, eso sí que es increíble”.
Bono, entonces, como un católico ferviente, un hombre que no esconde sus devotas costumbres y que habla tan claramente de su fe en forma ostensible y pública, no se ha privado de vivir un acontecimiento que para él debe haber significado un verdadero encuentro con la gloria de Dios: El 24 de septiembre de 1999, el irlandés tuvo una cita con Juan Pablo II en el Vaticano. Le llevó unas gafas negras de regalo y lo calificó el mejor frontman del mundo. Era la época en que tanto el Sumo Pontífice como el cantante de rock eran candidatos para recibir el Premio Nobel de la Paz.
Se equivoca el que piensa que la arraigada religiosidad de Paul Hewson lo tiene ínclito frente a los altares de cuanta iglesia se cruce en su camino. Por el contrario, no faltan las anécdotas que revelan su vocabulario un tanto grosero y es evidente su constante actitud de rebeldía, con el cultivo de una estética callejera y provocadora. Y aunque la gula sea uno de los pecados capitales, Bono es un hombre amante de la comida basura al punto de que, como cuenta Robert Hilburn, cuando llegó a Los Ángeles por primera vez, en 1981, estaba deseando conocer un restaurante americano de los que sirven comida en el coche: “Lo llevé a Bob’s Big Boy, un restaurante típico de esa clase en el que durante el fin de semana había chicas que llevaban la comida hasta los coches Mostró un particular interés por Elvis, Dylan, Lennon, Cash y Springsteen. Cuando volvimos a U2, ya iba por su segunda tarta helada con caramelo líquido”.
Su imagen de fiel esposo y dedicado padre de familia tampoco es tan impoluta, toda vez que se lo ha ligado sentimental y extramatrimonialmente con la española Penélope Cruz y la mexicana Salma Hayek. Ambas muchachas comprueban, de todos modos, lo que ya se sabe: a Bono le gustan las morenas.
Su esposa desde 1982, Ali, es morena y lo acompaña desde la escuela. Participa, además, de acciones solidarias como la creación de Edun, una marca de ropa ecológica que inició su andadura en el año 2005 y cuya mayor parte acaba de adquirir Louis Vuitton. La firma fue fundada con la misión de fomentar el comercio justo en regiones en desarrollo, especialmente África, a través de la utilización de materiales orgánicos como una solución responsable con el medio ambiente.
Con 28 años de casados y cuatro hijos en común, el matrimonio Hewson tiene su base en Irlanda, un país que, según la señora Bono, “nos permite tener los pies en la tierra”. En una entrevista reciente otorgada a la revista Harper’s Bazaar, Ali Hewson se quejó de las constantes ausencias de su marido y reveló con un lugar común aquello de que su pareja no es, precisamente, “un cuento de hadas”.
“Como en todo matrimonio, hay un montón de trabajo duro. Pero si puedes superar los momentos difíciles, a continuación te introduces en una nueva fase de la relación que es mejor que la anterior”, dijo la morena oficial de Bono y para quien está escrita aquella canción mandilona de “Sweetest Thing”, en donde él le pide perdón a ella porque, a causa de las sesiones de grabación del disco The Joshua Tree, se olvidó de su cumpleaños. ¿Cómo reaccionó Ali? ¡Como una verdadera esposa de Bono!: donando las regalías del tema para ayudar a los niños afectados por el desastre de Chernobil.
El artista que nunca se saca las gafas oscuras y que prefiere la ropa negra, en especial de piel brillante, no predica una beneficencia de la boca para afuera. Su obra es concreta y ha servido para aliviar los males de mucha gente que no ha sido tan afortunada como él.
Una de las preocupaciones del irlandés que siempre suena como un firme candidato al Premio Nobel de la Paz es el sida. Su labor al frente de la asociación Keep a Child Alive, a favor de los enfermos de este mal en África, le valió una distinción con una gala celebrada en Nueva York en 2007 y a la que asistieron ilustres colegas como las cantantes estadounidenses Sheryl Crow
y Gwen Stefani.
Las obras quedan
Otra de las cuestiones que le quitan el sueño a Bono es la causa de los derechos humanos. Irene Khan, secretaria General de Amnistía Internacional, ha declarado que “Desde Live Aid en 1985 y Conspiracy of Hope de Amnistía Internacional en 1986, a Live 8 en julio de 2005, U2 ha hecho más que ninguna otra banda por la causa de los derechos humanos en general y por el trabajo de Amnistía Internacional en particular. Su liderazgo al vincular la música con la lucha por los derechos y la dignidad humanas en todo el mundo ha sido pionera e inquebrantable. Ha inspirado a millones con su música y hablado en nombre de los pobres, los impotentes, y los oprimidos”.
Sin embargo, nada ha sido analizado con tanta obsesión por el líder de U2 como la deuda externa de los países del Tercer Mundo. La condonación de los préstamos ha sido la razón por la que Bono se ha reunido con la mayoría de los líderes políticos y económicos del mundo, no sin ser criticado muchas veces por lo que los expertos en la materia llaman “cándida ignorancia”.
Con su amigo Bob Geldof, Bono organizó en 2005 el Live 8, una serie de conciertos para combatir la pobreza. En 2001, el líder de U2 se reunió con miembros del gabinete de GeorgeBush para buscar soluciones a las graves desigualdades económicas que asolan a la población mundial. Ha sido postulado al Premio Nobel de la Paz en 2003, 2005, y 2006.
En 2004, recibió la Medalla de Honor Presidencial Pablo Neruda, del gobierno de Chile. La revista Time lo nombró una de las “100 personas más influyentes” en 2004. En 2005 recibió el TED Prize y la Orden de la Libertad Portuguesa por sus labores humanitarias.
En 2007, Bono fue nombrado caballero honorario por el Reino Unido, recibió el Chairman’s Award de los premios NAACP Image y la Philadelphia Liberty Medal por parte del National Constitution Center (EU). En diciembre de 2008 recibió el premio Man of Peace, concedido por varios premios Nobel en una ceremonia celebrada en París, Francia.Adoran a Bono las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, de Argentina, lo quieren los pobres, las ONGs lo tienen como su héroe y él no se cansa de recibir distinciones por su incansable labor solidaria.
Fuente: Día Siete, p 18-23.
Por: Mónica Maristain.
Publicada: 15 de mayo de 2011.