Desde que Greenpeace lanzó su campaña para alejar a Volkswagen (VW) del Lado Oscuro, la respuesta de los ciudadanos ha sido fenomenal. Más de 250.000 personas se han unido a la Alianza Rebelde y muchas de ellas -más de 30.000- conducen un Volkswagen.
La respuesta oficial de VW hasta ahora ha sido la de hacerse los «sorprendidos» y seguir alardeando de lo mucho que les importa el medio ambiente; presentan, como supuesta prueba, sus modelos más eficientes. Sin embargo, sabemos que los coches que anuncian no son los que se venden en la realidad: menos del 6% de los modelos vendidos en 2010 por la compañía fueron de los más eficientes; VW incluso infla el coste de estos adrede. Pero esta campaña no trata solo de coches, sobre todo muestra las presiones que ejerce VW para boicotear la reducción de las emisiones de CO2.
Por si se necesitaban más evidencias de la actitud hipócrita de la compañía, esta semana hemos visto cómo Volkswagen actuaba, esta vez en los EE.UU.
En Estados Unidos, como en Europa, VW es miembro fundamental de los grupos industriales que se oponen duramente a que haya leyes que garanticen que los usuarios tengan acceso a coches cada vez más eficientes. Unas normativas necesarias para reducir nuestro consumo de petróleo, lo que redundaría en un freno a la perforación en busca de crudo en ambientes frágiles como el Ártico o el Mediterráneo y en menos emisiones de CO2 (por no hablar de lo que se ahorrarían los consumidores).
Estas emisiones -como bien sabemos- amenazan el futuro de nuestro planeta.
Sin embargo, a VW no parece importarle.
La semana pasada, la compañía -a través de su grupo de presión de EE.UU., la Alliance of Automobile Manufacturers- lanzó unos anuncios en algunas regiones de EE.UU. en los que se oponía al plan del Obama de proponer estándares de eficiencia energética para los coches. Estos anuncios amenazan con un escenario apocalíptico para familias y empresas de conseguirse mejoras de eficiencia para los coches; ignoran por completo los buenos resultados que estos han dado en otras partes del mundo. Para hacer el mayor daño posible, la publicidad se ha retransmitido en los estados del país de los que depende la posible reelección de Obama. El periódico USA Today denunció esta maniobra de la Alliance of Automobile Manufacturers, por lo que se suponía que estos anuncios no iban a ser puestos en las ondas. Pero VW y algunas otras compañías automovilísticas se interpusieron y presionaron para que se emitieran de todos modos. Las tácticas empleadas pueden ser diferentes, pero es la misma presión sucia la que VW está realizando en Europa.
Pues bien, esto es lo que hace en la realidad la misma empresa que se gasta millones de euros al año en publicidad para fardar de sus modelos de coches eficientes. ¡Inclusive incomodando a los Pitufos para ello!
El Lado Oscuro secreto de la compañía sigue alimentándose de su participación activa en los grupos de presión que boicotean la verdadera ruta hacia la sostenibilidad. Pero en Greenpeace no nos echamos atrás y vamos a aceptar el reto. Nuestra Alianza Rebelde es cada día más fuerte. Esta semana se han unido a nuestra campaña Brasil y China, dos de los mercados a los que Volkswagen aspira para poder convertirse en el mayor fabricante de automóviles del mundo.
Fuente: Ecoticias.com
Por: Sara Pizzinato (@pizzina78), responsable de la campaña de Cambio climático y Transporte de Greenpeace.
Publicada: 1 de agosto de 2011.