Se han dado ya varios casos en Estados Unidos. El último y más sonado fue el de Carol Bartz, CEO de Yahoo! hasta hace pocos días. Para algunos, el medio es inapropiado; para otros, está de acuerdo con la era de la tecnología.
Carol Bartz, directora ejecutiva de Yahoo fue despedida por teléfono. El directorio ya lo había decidido y, conociendo el carácter explosivo de la CEO, prefirió evitar una escena y comunicarle su decisión mediante un mensaje de texto a su celular.
Aunque no se dispone todavía de cifras confiables, se dice que los despidos telefónicos constituyen un recurso que se usa cada vez más no sólo en Estados Unidos sino en muchos países.
El consultor de Recursos Humanos Stephen Covey opina que el despido de un alto directivo casi nunca es una decisión repentina. Exceptuando situaciones imprevistas, la decisión de despido debe venir como una conclusión lógica a una serie de esfuerzos para corregir los comportamientos no deseados o improductivos.
En otras palabras, el empleado – por alto que sea su cargo — debe saber que su despido inminente se debe de alguna forma a su perfomance y ya se ha discutido en otras oportunidades.
¿Pero cuál es la forma correcta de actuar? En primer lugar, un empleado debe saber qué se espera de él/ella. Debe haber un manual de políticas de la empresa donde figuren todas aquellas conductas o procedimientos que podrían dar lugar a despido. No se pueden crear conductas inadecuadas sobre la marcha. El manual también debería describir el procedimiento que la empresa realizará cuando las personas violen las políticas. Un proceso común implica en primer lugar una advertencia verbal, luego otra por escrito y finalmente la terminación del contrato.
Si luego de ambas advertencias no se observan progresos satisfactorios, la persona involucrada ya debe sospechar que algo anda mal y la noticia del despido no le debería caer por sorpresa.
Por lo general, los especialistas creen que es mejor ser directo que compasivo. Tratar de suavizar el golpe sólo sirve para empeorar las cosas, de modo que una breve conversación es la opción más aconsejable.
De modo que recurrir a un teléfono para comunicar una noticia del calibre de un despido al principal cargo de una empresa, no parece ser el método ideal. Más bien revela la imposibilidad de una conversación tranquila y serena sobre los motivos. Tal parece haber sido el caso particular de Carol Bartz, dueña de una agresividad como pocas y de un peligroso estilo frontal.
Fuente: Mercado.com.ar
Publicada: 26 de septiembre de 2011.