Por: Forma y Fondo CLXXXV
Lejos de pensar en satanizar o quemar en una hoguera los adelantos tecnológicos, es mejor estar enterados de los riesgos y efectos contaminantes que originan en la vida diaria. Los hogares son una fuente generadora de contaminación, resultado de la sobrecarga y el desequilibrio en las fases eléctricas de sus instalaciones, alimentadas por las líneas de baja tensión. Aunque existen las recomendaciones específicas para el grosor del cableado y demás materiales, se puede comprobar que muchas viviendas y edificios tienen serias deficiencias y una incorrecta instalación a tierra.
La mejor protección contra la contaminación eléctrica doméstica es dejar fuera de servicio temporalmente las zonas que no están en uso, especialmente durante la noche. Comienzan a ser comunes en el mercado los interruptores de tensión en ausencia de consumo, tipo bio-switch. El aparato desconecta la alimentación normal en los sectores con bajo o nulo consumo, como las habitaciones, manteniendo una corriente piloto mínima, que no genera campos electromagnéticos, y que activa el flujo normal de corriente cuando se requiere.
Algunos aparatos electrodomésticos, tanto en el hogar como en la oficina, pueden afectar la salud de quienes cotidianamente los manejan, con la resultante exposición a sus radiaciones electromagnéticas. Ahí están las pantallas de computadoras y televisores. La Organización Mundial de la Salud recomienda a quienes trabajan frente a una computadora, descansar unos minutos cada hora y sumergir los brazos en agua un momento o al menos mojarlos, para descargar la estática acumulada en el cuerpo. Una pared común no es obstáculo para la radiación electromagnética, por eso la importancia de considerar el lugar de ubicación de los aparatos tanto en viviendas como en oficinas, procurando que la parte posterior del aparato no afecte la calidad ambiental de la habitación contigua, sobre todo si es ocupada por niños o bebes. Los consultorios médicos equipados con rayos X y otros de alta potencia, al igual que pequeñas industrias y talleres ubicados en zonas urbanas resultan especialmente peligrosos.
Los radio despertadores son otro caso que por su larga exposición y cercanía a la cabeza pueden producir insomnio, dolores de cabeza, pesadillas y fatiga matinal. El consejo de seguridad es que la distancia sea al menos de un metro, y lo mejor, cambiarlos por los de cuerda cada vez más raros o pilas. En torno a los hornos de microondas no acaban de ponerse de acuerdo y sigue la controversia. Su campo electromagnético es tan fuerte que puede perjudicar la salud de quien trabaja continuamente cerca o con estos aparatos, en lugares como restaurantes, bares, pizzerías y supermercados. El mayor peligro está en la posible fuga de emisiones de microondas, por lo que hay que revisar periódicamente la hermeticidad al cerrarlos. Un horno que falle en su sistema de desconexión automática, al ser abierto puede provocar hasta ceguera si está a la altura de los ojos.
La parte de iluminación también es importante; las lámparas incandescentes aunque de menor rendimiento que las fluorescentes, no tienen efectos electromagnéticos perniciosos, salvo cuando su instalación es deficiente. Tanto las lámparas fluorescentes como las de halógeno también generan campos electromagnéticos y es aconsejable que estén retiradas al igual que sus transformadores, de los lugares en donde se encuentran las personas. Aunque todo transformador irradia un campo electromagnético, ya existen los transformadores toroidales cuyo rendimiento es mayor, consumen menos energía y su contaminación es mínima.
Alrededor de las antenas emisoras de radio y televisión se captan potentes campos eléctricos y electromagnéticos, incluso en antenas de radio aficionados y emisoras clandestinas. La afectación se agrava cuando las antenas no sobrepasan los edificios circundantes y los pisos quedan a la altura de la torre; al igual que las antenas de enlace por microondas cuyo cono de dispersión barre áreas habitadas. Poco atendido es el caso de las antenas de telefonía móvil, que proliferan en zonas urbanas y rurales.
Las líneas de alta tensión también necesitan revisión en la calidad, estado y limpieza de los aisladores, así como la verificación y el mantenimiento de la conexión a tierra de las torres. Aunque en la Comunidad Europea se recomienda una distancia de seguridad de un metro por cada kilovatio de tensión de la línea, estas instalaciones suelen pasar demasiado cerca de las viviendas.
Los campos electromagnéticos no se tienen muy en cuenta como factores de contaminación pese a las evidencias de sus efectos sobre la vida y en especial la saluda humana. Los campos magnéticos artificiales de alta frecuencia como, antenas de radio, tv, microondas, radar, etc., como de baja frecuencia: líneas de alta tensión, pantallas y transformadores, entre otros, al ser más intensos que los naturales, pueden alterar los procesos biológicos. Llegan a producir cambios en la temperatura corporal, desequilibrio en los electrolitos de la sangre y en la cantidad de plaquetas, dolor muscular y de articulaciones, dificultad en la percepción de los colores, fatiga, inapetencia, disfunciones en el sistema nervioso central, estrés y otros más.
Las instalaciones eléctricas deficientes pueden provocar tensión nerviosa y alterar el equilibrio de grasa y colesterol en la sangre, aumentar la producción de cortisona, aumento de presión sanguínea, desembocando en trastornos cardíacos, renales, gastrointestinales, desarrollo de cáncer, afectación e las funciones reproductoras, alergias y depresiones.
La investigación al respecto, está ampliamente documentada al menos desde mediados del siglo pasado, por investigadores y especialistas en campos electromagnéticos. Sin embargo la evaluación de riesgos ambientales en este campo, tiene como base los datos científicos que se manejan para la toma de decisiones aplicables en programas oficiales.
La forma: la ciencia y la tecnología siguen su vertiginosa carrera explorando nuevos y viejos caminos.
El fondo: extender desde el campo científico los datos e información al campo ambiental, a pesar de la complejidad multidisciplinaria de las ciencias ambientales.
Y no lo olvidemos: TODOS SOMOS NATURALEZA.
ACACIA FUNDACIÓN AMBIENTAL A. C. [email protected]
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Fuente: Acacia Fundación Ambiental A.C
Muy buen articulo, si señor, habria que tener un poco mas de cosciencia sobre la tecnologia que utilizamos y hacer de manera que su uso sea compatibile con la vida biologica.
La contaminacion electromagnetica tarde o temprano pasa factura a nuestra salud.