La semana pasada fue noche de Halloween… ¿Hay una fecha mejor que ésa? Nos permite dejar de lado nuestras máscaras para ponernos otras… casi siempre menos terroríficas.
Las invitaciones a fiestas llueven y siendo mi personalidad tan afable, debía recibir bastantes. Así ocurrió, por lo que después de estudiar mis alternativas, decidí decantarme por la reunión de mi amiga Isabela. Después de todo, era la mejor opción… por supuesto que hablo de Isabela y no del evento. De mirada verde acerada, piel nívea, con un coqueto lunar cerca de su ojo derecho y una sonrisa que puede asesinar dragones, Isabela es también editora de una prestigiosa revista de negocios. La elección fue simple. (¡Y dicen que los hombres somos difíciles de descifrar, pfff!)
Una vez elegida la chica y la fiesta, la única decisión que debía tomar era el atuendo. Como en todo Halloween debía ser muy original y sobre todo terrorífico. Pensé disfrazarme de Dominique Strauss-Kahn pero pensé que la bella Isabela no querría vestirse de mucama abusada, abusiva y aguzada. Tal vez ir de Mark Hurd, el ex CEO de HP me hubiera sentado mejor pero me faltaba la compensación de cien millones de dólares que le dieron tras despedirlo por acoso sexual. No hay nada más terrorífico que un CEO «gandalla» y abusivo, pero reflexioné que muy pocos entenderían mi mordaz humor sobre la RSE y decidí entonces acoplarme a las costumbres populares de la fecha e ir de chupasangre… no, no de político… sino de Drácula… lo que incitó a mi acompañante a ir de virginal víctima con un sensual vestido blanco y dos pequeños agujeros en su cuello de donde manaba un tentador par de hilos rojos.
Una vez instalados en la reunión hubo que pedir la bebida.
—¿Qué desean?— me preguntó Medusa, la anfitriona, quien en realidad me asustaba bastante… aunque no puedo recordar si iba disfrazada.
— Para mí un Bloody Mary (para ir a tono con la noche y mi caracterización) y para ella un Shakira — respondí
— ¿Un Shakira?
— Sí, una de esas bebidas que dejan loca, ciega, sordomuda…
La reunión transcurrió sin incidentes relevantes, salvo que a la mitad de ésta llegó un ente disfrazado de cuasimodo y su pareja de Morticia… Asumo que les tocó llevar el hielo porque ella llevaba cargando una bolsa grande de éste… Me pregunté si lo hacía porque el hombre estaba jorobado o porque él había decidido aplicarle rigurosamente la «igualdad de género.» Me quedé con la duda.
Al final del evento sólo permanecíamos un puñado de «amigos», y por supuesto, como en todo encuentro calabacero, llegó el momento de contar leyendas urbanas e historias de terror ¿Por qué rayos para hacer eso uno se pone una lámpara bajo la barbilla y se apagan los focos? Los sucesos verdaderamente horribles son peores a la luz ¿No?
En fin, así comenzaron los cuentos de horror. Hablaron del niño que se subía a los carros en la carretera… no, no tenía nada que ver con Michael Jackson. Contaron también de la llorona, que no se refería a ninguna mujer abusada sino a una loca que gritaba por las noches a causa de sus hijos. En lo personal no me asustó, muchos maridos me cuentan lo mismo.
Cuando llegó mi turno me inspiré y conté la terrible historia de Reebok y los crueles EasyTone. Comencé así:
— Sí… sé que muchos de los personajes de las historias que han tratado aquí no existen… son un mito… son una leyenda urbana… igual que la RSE en mi historia… y en la vida diaria.
Para ese momento seguro que muchos sintieron sus amigdalas hacerse como pasitas… pero continué…
— Reebok, la marca que cuando fuimos adolescentes era nuestro oscuro objeto de deseo, lanzó en 2009 una campaña con espectaculares mujeres en short, para anunciar que su nuevo calzado, los EasyTone, reforzaría y tonificaría las piernas de aquellas que lo usaran para correr o caminar. Algo sensualmente tétrico e inverosímil ¿Verdad?
— ¿También reforzaría el trasero? — preguntó Morticia emocionada y sin imaginar el terrible final.
— ¡También el trasero! 28% según la promesa — respondí — Reebok fue nombrada por todo esto una de las America’s Hottest Brands en 2010 pero la realidad es… la realidad es… — pausa dramática — la realidad es que aparentemente la marca guardaba un oscuro secreto… El calzado no funcionaba…
Una inhalación de asombro multitudinario seguido de un ¡Nooo! de algunas mujeres rollizas se dejó escuchar, y las miradas atónitas de la bola de monstruos alcoholizados a mi alrededor me invitaron a proseguir.
— Así es… no torneaban ni moldeaban nada… pero cómo vendían… despiadadamente. Cinco millones de víctimas en Estados Unidos y diez millones más en el resto del mundo… De a cien dólares por cabeza. Un aproximado de mil quinientos millones de dólares…
El impacto fue tal que Cuasimodo se desmayó… aunque ahora que lo pienso tal vez lo hizo porque estaba bastante embriagado. Continué con mi relato.
— Así es… pero sin duda… recibieron su merecido por su osadía. La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos les hizo pagar 25 millones de dólares por publicidad engañosa.
— ¿Vendieron mil quinientos millones de dólares y la multa fue de veinticinco? ¿Sólo 25? – preguntó una momia robusta.
— Bueno… — contesté — eso y la promesa de que serían más cuidadosos en sus pruebas y que no usarían más ese tipo de marketing… Aunque bueno… como mencioné al inicio, es sólo una leyenda urbana… y como les dije, la verdadera historia de terror es que… la RSE no existe…
Una carcajada violenta sonó al fondo del salón que nos erizó a todos los pelos… y cabellos.
— Que la RSE no existe… bueno… eso ya lo sabíamos — dijo un tipo en el que yo no había reparado y que iba disfrazado de Gordon Gekko, el personaje de Michael Douglas en Wall Street, y que justo como éste en la película, agregó — Después de todo, «La avaricia ya no es sólo buena, ahora también parece ser legal.»— Y dicho esto, dio media vuelta y desapareció tras la escalera…
No hubo ánimo para seguir contando historias de terror… la última había sido excesiva. De modo que todos nos retiramos esperando vernos con nuestras máscaras usuales y no con éstas de latex. Tomé a la cándida Isabel y nos retiramos a la torre más oscura de Transilvania.
Ahora, varios días después del incidente, me pregunto si el personaje en aquella fiesta no sería en realidad el verdadero Gordon Gekko… Bueno, como en toda leyenda urbana… jamás sabremos la verdad ¿O sí?
aRSEnico
aRSEnico es el seudónimo químico de un asesor y analista de la RS extremadamente tóxico, que a través de una propuesta editorial mordaz de crítica ácida, expone las circunstancias, a veces inverosímiles, que se presentan en la RSE. La columna, si bien es ficticia se alimenta de eventos de la vida real sin los cuales no sería posible su realización. El objetivo de ésta es precísamente, además de provocar la risa forzada de reconocer y reconocerse en ella, señalar las circunstancias desde un enfoque cínico e incluso que raya en anti RS, para transparentar así, el «deber ser» de esta forma de gestión.
aRSEnico, muy buen relato, acabas de ganar otro fan