La industria alimenticia se manifestó en contra la propuesta de la Secretaría de Salud (Ssa)para que en el etiquetado de alimentos y bebidas se incluya un semáforo en donde se indique si un producto es bueno o malo en términos nutricionales.
En conferencia de prensa, Lorena Cerdán, directora de la Alianza por una Vida Saludable -que agrupa a 32 empresas como Coca Cola, Bimbo y Nestlé entre otras-, afirmó que esta propuesta va en contra de la libertad de decisión de los consumidores, quienes sienten que se les estigmatizaría por comprar aquellos productos reprobados por su deficiente calidad nutricional.
«La parte más importante es que los consumidores dicen ‘si me ponen rojo (a un alimento) me siento atacado’, ‘yo no necesito que me digan qué comer, necesito que me den información para escoger’, y la verdad es que sí nos metemos a un tema importante porque la alimentación es de los pocos temas que los seres humanos decidimos por nosotros mismos», argumentó.
«Los consumidores lo sienten restrictivo o dicen ‘a mí me vale lo que le pongan, me lo voy a seguir comiendo porque se me antoja’. Nosotros aspiramos a un proceso educativo más largo», agregó.
Cerdán reconoció que el actual etiquetado de los alimentos, basado en número de porciones y de difícil comprensión para los compradores sobre los nutrientes que están consumiendo, no le es útil ni a la industria ni a la población.
Defendió, en cambio, el etiquetado impulsado por la alianza que representa, en donde se expone el número de calorías, grasas y azúcares en la parte frontal de la etiqueta. .
Resistencia
La ejecutiva indicó que aunque en los últimos cinco años ha crecido la variedad de alimentos bajos en grasas, azúcares, sodio o calorías, todavía no permean en el consumidor promedio, quien rechaza comprarlos al considerar que son para personas enfermas o porque piensan que tienen un mal sabor.
Citando un estudio elaborado en Estados Unidos, indicó que se ha detectado que los consumidores rechazan comprar productos bajos en sodio al considerar que están dirigidos a personas con problemas de salud.
«La demanda no se mueve tan rápido como la oferta, la oferta se mueve mucho más rápido que la demanda, porque muchos consumidores tienen todavía reticencias, dicen que o sabe feo o que son productos para mujeres, o que no son sanos para los niños cuando sí lo son, o que es para enfermos», apuntó.
En cuanto a la oferta, señaló que las 32 empresas que conforman la alianza cuentan con mil 750 productos que han sido modificados en su composición para reducir los niveles de sodio, grasas o azúcares.
Fuente: Reforma, Nacional, p. 17.
Por: Margarita Vega.
Publicada: 25 de noviembre de 2011.