Günther Öttinger (1953, Sttutgart, Alemania) es el comisario Europeo de Energía. Tras ser diputado y presidente del land alemán de Baden-Württemberg, fue nombrado miembro de la Comisión Europea en febrero de 2010. Después del desastre de Fukushima, que calificó de “apocalipsis”, ha coordinado una revisión de la seguridad en las centrales nucleares de toda la UE. Mañana presentará las cinco opciones seleccionadas por Bruselas para reducir entre un 80% y un 95% las emisiones de CO2 de la Unión Europea de aquí a 2050.
Öttinger no ve un impuesto sobre las emisiones de carbono ni a corto ni a medio plazo. Renovar la tecnología actual encarecerá el recibo de la electricidad, pero en el futuro debe hacer a la UE menos dependiente de la volatilidad del precio del petróleo y el gas.
Pregunta. ¿Qué busca la Comisión con esta propuesta?
Respuesta. En 2002 hicimos una propuesta parecida y hasta 2007 no se convirtió en el plan Europa 2020. Fueron cinco años de debate. Ahora toca empezar de nuevo. Vamos a escuchar a los Estados miembros, las regiones, las empresas, las ONG, los ciudadanos… Mi intención es presentar una nueva propuesta legislativa sobre las emisiones de CO2 en 2014, antes de acabar el mandato de la actual Comisión.
P. ¿Se baraja alguna preferencia entre los cinco escenarios que plantea?
R. De momento no. Cuando escuchemos las propuestas de las diferentes partes afectadas nos decantaremos por una.
P. Ninguna de sus propuestas prescinde de la energía nuclear a pesar de que Alemania ha anunciado que se desnuclearizará antes de 2022. ¿Por qué no contempla un escenario sin nucleares?
R. No me compete hablar a favor o en contra de la energía nuclear. No podemos imponer qué energías usa cada Estado miembro y en qué cantidad. Decir sí o no a las nucleares es decisión de los Estados. El papel de la Comisión es asegurar la seguridad en el uso de esa energía.
P. Todos los escenarios contemplan un gran incremento de las energías renovables. ¿Estará asegurado el suministro?
R. Las renovables tendrán un gran papel, pero no podemos depender de ellas hasta que no desarrollemos sistemas para almacenar energía en grandes cantidades. Los pantanos son un ejemplo de energía renovable que se puede almacenar, pero son insuficientes. Hay que investigar en ese sentido.
P. Dependemos mucho de tecnología por desarrollar. ¿Cómo podemos saber los costes que tendrán a largo plazo o incluso si funcionarán como esperamos?
R. Tomemos por ejemplo la captura y almacenaje de carbono. Hay proyectos pequeños en marcha y están funcionando. Necesitamos algunos años. Mi intención es que a mediados o finales de esta década sepamos con claridad su utilidad y podamos instalarlos en las centrales térmicas. Sin ellos no podemos mantener las centrales térmicas a largo plazo y reducir las emisiones tanto como queremos.
P. ¿Cómo afectará el resultado de Durban al comercio de derechos de emisión? ¿Debemos ir hacia otro sistema como un impuesto sobre las emisiones de CO2?
R. Tenemos que mejorar el sistema de comercio de derechos europeo a partir de 2013 y exportarlo al resto del mundo. Un impuesto sobre las emisiones lo podríamos discutir a partir de 2050 o 2060, pero no ahora.
P. ¿En qué se basan sus predicciones para decir que el precio de la energía bajará a partir de 2030?
R. Hacer el cambio hacia un sistema menos contaminante supondrá un coste económico que repercutirá en una subida del recibo de la electricidad, pero es un sacrificio que nuestra generación debe hacer para garantizar precios estables o más bajos a partir de 2030.
Fuente: Sociedad.elpais.com
Publicada: 12 de diciembre de 2011.