Japón ha vivido una de las peores catástrofes de su historia y muy probablemente esté enfrentando sus horas más dramáticas desde la 2a Guerra Mundial. Este marco afecta todas las esferas del país, incluyendo el medio ambiente y la responsabilidad social.
Es muy pronto para hablar de acciones concretas, cuando la nación del sol naciente aún vive los estragos de la tragedida sísimica y se halla ante la posibilidad de un incidente nuclear. No obstante, podemos mencionar algunas acciones relacionadas a la RS y el medio ambiente que han acontecido hasta hoy.
La compañía Fujitsu ha emitido un comunicado de prensa en el que da el pésame a todas las familias y anuncia su compromiso para las labores de reconstrucción del país. La firma japonesa ayudará a restaurar los sistemas tecnológicos de primera necesidad y ha anunciado que donará 100 millones de yenes «y los suministros de ayuda necesarios para apoyar los esfuerzos de recuperación.»
Por su parte Warner Entertainment Japan ha decidido retirar de los cines nipones la última película de Clint Eastwood, «Hereafter» («Más allá de la vida»), que comienza con las espectaculares imágenes de un devastador tsunami.
Al igual que para las catástrofes de Haití en 2009 y Chile en 2010, Google habilitó la plataforma Person Finder, donde es posible buscar o entregar información sobre personas desaparecidas en ese país.
El primer ministro de Japón, Naoto Kan, pidió hoy ayuda al presidente de la empresa Toshiba para controlar la situación en la central nuclear de Fukushima, donde los niveles de radiactividad se han disparado tras el terremoto del viernes. El grupo tecnológico Toshiba es el fabricante de los reactores de agua a presión (PWR, siglas en inglés) que funcionan en la central de Fukushima (noreste de Japón) y sufren importantes problemas en sus sistemas de refrigeración a causa del seísmo.
LA OIEA (Organización Internacional de Energía Atómica) abrió una página en Facebook para informar sobre la situación en las centrales nucleares japonesas. En la página parecen todos los boletines de la organización sobre la evolución de la crisis.
La energía se ha convertido en un bien particularmente escaso en Japón, porque a la destrucción de una parte de sus complejos petroquímicos por el tsunami se suma la paralización desde de 11 de las 51 centrales nucleares del país.
Numerosas empresas japonesas han suspendido su producción, por ejemplo Sony paró la actividad de su planta de cinta adhesiva en Kanuma y Toshiba anunció la suspensión de la fabricación de pantallas planas en Fukana, cerca de Tokio. Toyota anuncia que la producción de sus plantas en Japón estará paralizada al menos hasta el próximo miércoles. La paralización afecta a las doce fábricas de Toyota en Japón.
Groupon Argentina canaliza donaciones a Cruz Roja Japón. Por cada $5 que se done, Groupon Argentina donará la misma cantidad para ayudar a los damnificados por el tsunami.
La industria del videojuego también ofrece su ayuda a las gentes de Japón. Square Enix y Konami, dos de las grandes compañías del sector, han anunciado acciones para contribuir con el ahorro de energía en el país. Square-enix ha decidido detener al menos durante una semana los servidores de FF XI y FF XIV, y compensará a los jugadores con un mes de juego gratuito durante abril.
La Cruz Roja Internacional lanzó una campaña para recoger $25.000 dólares, a través de Facebook para ayudar a las víctimas de Japón. Con cerca de 1.300 donantes, se llegó a $50.000 dólares rápidamente y en la página se publicó un nuevo objetivo, $75.000 dólares.
La liga japonesa de fútbol suspende todos los partidos previstos para marzo y estudia retirar a la selección nacional de la disputa de la Copa América.
Greenpeace acusó al gobierno japonés de estar ocultando información clave tras el grave accidente sufrido en una central nuclear dañada por el terremoto del viernes. Denunció que el sitio está cerrado y que no hay mediciones independientes de radiactividad ni «informes del gobierno o los administradores de los que uno se pueda fiar».
Estos son sólo algunos sucesos que se viven en japón tras el sismo y el tsunami. Indudablemente habrá muchos más, de los cuales estaremos pendientes, ya que hay que decirlo, los desastres naturales ponen a prueba la responsabilidad social de individuos, empresas, gobiernos y organizaciones.
