El viaje de cacería de elefantes que el rey de España, Juan Carlos I, hizo a Botsuana, donde se fracturó la cadera, generó críticas entre la clase política, que le reclama la expedición mientras en país sufre un histórico ajuste al gasto público.
El monarca fue ingresado la noche del viernes en el hospital San José de Madrid, donde fue intervenido y evoluciona “de forma positiva”, según el parte médico difundido este lunes, mientras se generan reacciones por su viaje privado y el daño que se hizo.
Las principales críticas se refieren al tipo de viaje realizado por el monarca, de carácter privado pero a una cacería de elefantes de elevado precio, mientras en España se hacen ajustes al gasto público y el país vive una profunda crisis agravada por el elevado desempleo.
El secretario general del opositor Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Alfredo Pérez Rubalcaba, dijo que comprende perfectamente a quien es crítico con el viaje del monarca, aunque evitó entrar en más valoraciones.
El presidente del País Vasco, Patxi López, consideró que “no estaría mal que el rey pidiera disculpas”, ya que si bien tiene derecho a un espacio privado, “hay ciertas cosas que la ciudadanía no entiende”.
El secretario general de Comisiones Obreras (CCOO), Ignacio Fernández Toxo, expuso que “no era lo más oportuno, no era lo que correspondía desde la Casa Real en un momento (económico) como el actual”.
El dirigente de la Unión General de Trabajadores (UGT), Cándido Méndez, descartó una crisis en torno a la jefatura del Estado por este asunto, pero sí es momento de “reflexionar sobre los límites tan difusos entre la vida pública y privada del rey”.
“Estamos ante un problema y estoy convencido de que desde la Casa Real se van a dar explicaciones”, abundó.
La voz más crítica fue la del dirigente socialista en Madrid, Tomás Gómez, quien aseguró que “el jefe del Estado tiene que elegir entre las obligaciones y las servidumbres de las responsabilidades públicas y una abdicación que le permita disfrutar de una vida diferente”.
El constitucionalista y político socialista, Gregorio Peces Barba, consideró que el suceso “es un patinazo y un error” del monarca, pero “no significa que haya una crisis” en la jefatura del Estado.
Fuente: Crónica