Greenpeace es quizás la organización que más frontalmente ha emprendido una guerra contra el consumo de productos transgénicos. El sólo término suena a una realidad compleja de la que no formamos parte. Sin embargo, la organización activista acaba de lanzar un desarrollo online llamado «Limpia tu alacena» donde si creíamos que no consumíamos estos productos, nos damos cuenta de lo equivocados que estábamos.
Por supuesto que después de llenar los campos y calificar cuáles marcas de alimentos consumimos tradicionalmente, nos damos cuenta que prácticamente todo lo que comemos tiene transgénicos. Es decir, en el ejercicio encontramos marcas como Bimbo, Nutrioli, Lala, Coca-Cola, Bachoco, entre otras, que de acuerdo a Greenpeace, manejan transgénicos en su producción. En ese sentido, hacer el ejercicio resulta realmente impactante.
Pero ¿Qués es un transgénico? Un organismo modificado genéticamente (abreviado OMG, OGM o GMO, este último del inglés Genetically Modified Organism) es aquel cuyo material genético es manipulado en laboratorios donde ha sido diseñado o alterado deliberadamente con el fin de otorgarle alguna característica específica.
La práctica de modificar genéticamente las especies para uso del humano es objeto de controversia entre los sectores a favor de la biotecnología y los sectores ambientalistas en contra de la misma.
Es obvio que la biotecnología aplicada a la agricultura ayuda a controlar la producción de alimentos, a fin de lograr mayores ganancias para las empresas que desarrollan este tipo de organismos. Empresas como Monsanto, Bayer, Syngenta, Pioneery Dow Agroscience son buenos ejemplos.
De acuerdo con la FAO, los países en los que se han introducido cultivos transgénicos en los campos no han observado daños notables para la salud o el ambiente. Además, los granjeros usan menos pesticidas o pesticidas menos tóxicos, reduciendo así la contaminación de los suministros de agua y los daños sobre la salud de los trabajadores, permitiendo también la vuelta a los campos de los insectos benéficos.
Sin embargo, que no se hayan observado efectos negativos no significa que no puedan suceder. Los científicos piden una prudente valoración caso a caso de cada producto o proceso antes de su difusión, para afrontar las preocupaciones legítimas de seguridad. Según los opositores a los transgénicos, el uso de estos provoca resistencia a los antibióticos, mayor nivel de residuos tóxicos en los alimentos y por ende daños a la salud, y un impacto ecológico de los cultivos, entre otros.
Se trata de una batalla que aun le queda mucho por recorrer y cuya verdad muchas veces no conocemos debido a los grandes intereses comerciales y gubernamentales que están en juego.
Este es el marco circunstancial, la decisión es suya… Mientras tanto, vale la pena hacer el ejercicio propuesto por Greenpeace para darnos cuenta que nosotros ya somos parte de esta fórmula en nuestro día a día… aún cuando no lo pretendamos.
Muy buen articulo, revisando la pagina veo con mucho gusto que existen productos Mexicanos como el aceite Oleico que no es transgénico y es el que consumo. Por que no hablar de los productos que valen la pena consumir??
Gracias.
[…] Por ejemplo, el Non-GMO Project de Estados Unidos creó una etiqueta que avala la carne y huevo que viene de animales que no fueron alimentados con productos transgénicos como soya, maíz y alfalfa. Esta etiqueta ya fue aprobada por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA por sus siglas en inglés) y es la primera en ese país que certifica productos que evitan los transgénicos. […]