En Holanda aproximadamente 7,000 accidentes al año involucran químicos domésticos. En muchos casos los afectados son niños menores de cinco años.
A través de mostrar a los padres un gabinete de despensa justo como lo ven los niños, se busca crear conciencia del peligro potencial que tienen para los niños los productos domésticos. El gráfico está desarrollado con lentes lenticulares que permiten la doble visión entre lo que percibe el adulto y el niño.
El desarrollo es obra del instituto de Seguridad del Consumidor, quien a través de sus campañas busca constantemente reducir los riesgos en el hogar y así disminuir accidentes. El éxito de una organización así depende de su habilidad para educar a la gente en la prevención de accidentes.
Una sencillísima muestra de que la creatividad es lo suficientemente poderosa para cambiar comportamientos sociales.