Por: María José Evia Herrero
Parece que ni los consumidores, ni los científicos ni las grandes marcas automotrices nos podemos poner de acuerdo sobre el futuro de los autos híbridos y/o eléctricos. Por un lado, hay quienes aseguran que pronto uno de cada 10 conductores elegirá uno de estos autos y quienes nos recuerdan que, aunque tienen sus ventajas, los autos más verdes todavía no llegan a ser lo que quisiéramos que sean. En este contexto ¿qué está haciendo Ford para lograr sus compromisos de luchar contra el cambio climático con sus productos?
De acuerdo a un artículo publicado en el portal GreenBiz, la marca automotriz estadounidense está convencida de que el cambio climático es algo real, que hay que revertir y prevenir con acciones como, entre otras, ofrecer cada vez más opciones de autos híbidos o híbridos con baterías.
Sin embargo, el problema radica en que muchos factores están fuera del control de la empresa, desde el precio de la gasolina hasta el comportamiento de los consumidores. En 2008, cuando los precios del combustible en Estados Unidos estaban por las nubes, Ford vendió un número récord de vehículos pequeños y medianos. Pero tan solo un año después, con los precios un poco más estables, la tendencia regresó a los automóviles más grandes y vistosos. La compañía no se esperaba esta reacción.
La estrategia de Ford es tener una variedad de modelos, y no apostarle a un solo «auto verde», como lo hace Toyota con el Prius. Aún así, el cambio climático solo puede detenerse con ayuda de la sociedad y el gobierno. Ford continúa invirtiendo en investigar tecnologías de autos híbridos y eléctricos, además de motores más eficientes, pero esta inversión solo valdrá la pena si es recompensada por los compradores.