El Bicycle Film Festival busca promover el uso de la bicicleta como parte de la vida cotidiana de las personas.
Al finalizar este año, el programa del Sistema de Transporte Individual Ecobici, del Distrito Federal, tendrá 275 cicloestaciones, cuatro mil bicicletas y 87 mil 800 usuarios que podrán realizar 32 mil viajes diarios. Asimismo, el gobierno ha registrado que está por realizarse el viaje número cinco millones. Ciudades como Monterrey, Guadalajara y Morelia han replicado este proyecto.
De esta forma se comprueba, una vez más, que la bicicleta ha estado en la cultura del mexicano desde hace muchos años, no solamente como medio de transporte sino como inspiración en el arte. Las películas El cartero, con Cantinflas, y El piernas de oro, con Clavillazo, así como las pinturas El lechero, de Antonio Ruiz El Corcito, y Ángeles ciclistas, de Benjamín Domínguez, son un ejemplo de ello.
Con el propósito de seguir integrando a la bicicleta en la vida de la gente en México, del siete al 11 de noviembre se realizará el primer Bicycle Film Festival, el cual tendrá presentaciones de películas, exposiciones, intervenciones artísticas, conciertos, fiestas y rodadas con un costo de 35 pesos.
“Traemos este festival a México porque creemos que la ciudad ya está preparada para tenerlo. Desde hace unos años hemos visto cómo ha aumentado el uso de la bicicleta en México. Somos amigos de los organizadores en Nueva York; ellos nos han ayudado a hacerlo”, comenta Jorge Sequeiros, uno de los productores del festival.
En entrevista, explica que con esta actividad no tienen pretensiones ambientalistas ni quieren promover un cuerpo sano, sino que buscan vincular el uso de la bicicleta a la vida de las personas. “En la actualidad hay mucho más conciencia que en años anteriores. Hoy ya hay carriles especiales, existe el programa Ecobici y se considera a este transporte como parte del desarrollo sustentable de la ciudad. Empieza a haber políticas públicas concretas para fomentar su uso”.
El también promotor cultural menciona que se debe aprovechar la geografía de la ciudad, pues es perfecta para andar en bicicleta, ya que casi toda es plana. “La gente se debe subir a la bicicleta, dejar el miedo en su casa y despreocuparse de las políticas públicas propuestas por el gobierno para promoverla”.
Las actividades del encuentro iniciarán con una rodada nocturna el siete de noviembre, que irá de la colonia Roma a la delegación Coyoacán. Además de este recorrido, el 10 de noviembre, a las 11 horas, se realizará un picnic desde la plaza Luis Cabrera hasta el Totem canadiense en la Primera Sección del Bosque de Chapultepec, dice Ricardo Rodríguez Elías, otro de los productores del festival.
La programación de las películas empezará a partir del nueve de noviembre, a las siete de la noche, cuando se exhiba en el Museo Tamayo de Arte Contemporáneo un ciclo de cortometrajes, donde se destacan Made in Queens, de Joe Stevens y Nicolas Randall; An Apology, de Neistat Brothers; Candy Rides, de Jason Giampietro, y Warriors: The Bike Race, de Christopher Ryan, Michael Green y Jesse Epstein, entre otros.
Además de las películas programadas de Estados Unidos, Dinamarca, Japón, España, Escocia y México, ya que el festival promueve un discurso alrededor de la música y el arte, se decidió invitar a los DJ Matt Roan, de Nueva York; Pedro Sánchez, de México, y al artista sonoro estadunidense Simone Pace, quien intervendrá la película The Impossible Hour, del director danés Jorgen Leth, destaca Rodríguez Elías.
La exposición fotográfica que completará el Bicycle Film Festival es Joyride Art Show. En ella participarán Alessandro Zuek Simoneti, Aarón Borrás, Alex Bolio, Amelia Shaw, Edwin de la Rosa, Elizabeth Cacho, Erik Foss, Fumie Ishii, Marco Scozzaro, Patrick Trefz, Peter Sutherland, Robert Clyde Grima, Takuya Sakamoto y Tod Seelie. Abre el ocho de noviembre en el NIKE Sportswear HUB, ubicado en Chihuahua 78, Roma Norte.
Rock y pop sobre ruedas
Las bicicletas, parte del paisaje urbano y de la buena onda ambientalista, de la moda, el ligue y hasta de uno que otro atropello, son protagonistas de algunas célebres —y no tan célebres— canciones. La lista es encabezada, por su popularidad, por la pegajosa Bicyle Race, de Queen, cuyo título, dicen las malas y las buenas lenguas, hace referencia a la bisexualidad, aunque uno prefiere la frescura de Syd Barrett en Bike, de Pink Floyd.
En Bicycle Song, de Orbit, se dice que estos vehículos son más baratos en China, en tanto que en Junk, Paul McCartney ve “bicicletas para dos” en un tiradero, y Red Hot Chili Peppers en Bicycle Song la recuerda como “un gran invento”. La conmovedora imagen de una “pequeña bicla roja” vive en Buckets of Rain, de Bob Dylan, que contrasta con el optimismo a ultranza de los Beach Boys en It’s a Beautiful Day, donde “las vías rápidas están saturadas con todo tipo de cuates en sus bicicletas”.
Tom Waits nos desarma con Broken Bicycles: “Bicicletas rotas, viejas cadenas estropeadas/ con manubrios oxidados en la lluvia./ Alguien debería tener un orfanato/ para estas cosas que nadie quiere”.
Por fortuna hay antídotos, como Tony’s Theme, de los Pixies con su héroe “superbicycle Tony”, o Tour de France, de Kraftwerk y su “ciclismo a alta velocidad”, o Pretty Good Year, de Tori Amos y la esperanza de un joven de “comprarse una bicicleta de carreras”. Si no, de plano escúchese la polka porfiriana de Las bicicletas, de Salvador Morlet, que levanta el ánimo hasta de los muertos (en su día).
Fuente: Milenio
Publicada: 31 de Octubre 2012