FORMA Y FONDO CCXLV
Hace no muchos años, los conceptos ambiental y ecológico eran temas que parecían lejanos, poco aludidos y más bien eludidos, con un papel marginal en las teorías de desarrollo, dando prioridad al crecimiento económico. Paradójicamente desencadenaron todas las contradicciones de esa teoría.
El crecimiento económico a partir de la posguerra en 1945, aunque mediocre e incierto por la persistencia de grandes diferencias sociales, se presentó como la referencia entre la especie humana y el mundo natural pero siempre con diversas crisis que desembocaron en los graves fenómenos globales de nuestros días.
La lección forjada en los últimos años, demuestra que entre más tiempo se ignoran o se tapan los problemas, más graves son las consecuencias. Ahí están la grave recesión mundial, los fenómenos socio políticos, el bajo crecimiento y el creciente deterioro ambiental.
Hay dos conclusiones innegables: la primera, el ecosistema mundial amenazado por graves desequilibrios en la productividad y distribución de bienes y servicios, con una brecha cada vez mayor entre riqueza y pobreza.
La segunda: la visión de un mundo que se transforma a ritmo acelerado, pero con una gestión ambiental retrasada respecto al desarrollo económico y social.
La humanidad enfrenta el derrumbe simultáneo de múltiples estructuras, premisas, certezas y esperanzas que eran de primer orden en la organización y continuidad comprendidas en el concepto de desarrollo que predominó en la academia, burocracia e ideologías de estado, con raíces que se remontan al mismo siglo XIX.
En políticas ambientales hay buenas intenciones, pero no decisión ni voluntad; muchos proyectos se anuncian, pero en corto tiempo se suspenden. Los métodos hasta hoy empleados quedaron fragmentados porque al no alcanzar un fin común, las instancias especializadas no quisieron darse cuenta del cambio significativo y si lo hicieron, la normatividad obsoleta las dejó fuera de su radio de acción, facultades, jurisdicción o responsabilidad.
Frente al actual contexto mundial, surgen nuevas modalidades de administración. La reingeniería, fundada en procesos que conducen al éxito y cuya aplicación requiere el trabajo en equipo. Ante la errónea administración y organización institucional, la reingeniería permitirá arrancar de nuevo, hacer más con menos y con menos dar más a la ciudadanía. El trabajo no cambiará porque ya se está haciendo, la diferencia será hacerlo bien, con inteligencia y a la primera; los resultados serán tangibles si, mediante la mejora continua, como garantia para la estabilización del proceso y la posibilidad de éxito, se enmarcan en la sustentabilidad. El crecimiento tendrá que asentarse sobre estructuras orientadas a la conservación y aprovechamiento racional de los recursos, sean renovables o no. Es prioritario detener la insuficiencia alimentaria, la deforestación, la emisión de gases de efecto invernadero, la pérdida de glaciares, de suelos, de biodiversidad y de sistemas hídricos, entre otros. De continuar con las políticas actuales, existe el riesgo de una transformación radical del planeta que provocará grandes movimientos de población y conflictos políticos y sociales por doquier.
La forma: la oportunidad para establecer los cimientos de un nuevo desarrollo que transforme economías y sociedades.
El fondo: rehacer un mundo más justo, más seguro y más limpio, porque con él: TODOS SOMOS NATURALEZA.
ACACIA FUNDACIÓN AMBIENTAL A. C. [email protected]
