La retinopatía diabética es la principal causa de ceguera en México; por ello, el cuidado de la salud visual es un tema relevante relacionado con la responsabilidad personal y políticas públicas de prevención.
De acuerdo con Martha Uribe García, jefa de la carrera de Optometría de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala, de la UNAM, la retinopatía avanza en las personas antes de causar síntomas. En general, una vez que el sentido se pierde, la probabilidad de recuperarlo es mínima.
El problema radica cuando gran parte de quienes la presentan no están diagnosticados y, al recibir el tratamiento de manera tardía, se presentan daños irreversibles en la retina.
El padecimiento es una complicación directamente relacionada con el tiempo de evolución de la diabetes, caracterizada por altas concentraciones de azúcar en la sangre, que afecta vasos sanguíneos de la retina y provoca oclusiones o hemorragias y, en algún momento, edema macular.
El diagnóstico se realiza a través de los estudios de fondo de ojo, fluorangiografía y ultrasonido.
El tratamiento es con la fotocoagulación, que consiste en aplicar rayos láser a la retina del paciente una vez cada seis meses; según la gravedad, se realizan de tres a cuatro sesiones.
Por ello, a la par del control de la diabetes, es necesario que los pacientes acudan a revisión oftalmológica una vez al año, como mínimo, a partir del diagnóstico.
Fuente: El Economista