Recientemente ha sucedido dos hechos que han puesto de relieve la cuestión de la filantropía. Por un lado, la donación de Amancio Ortega, dueño de Inditex que ha dado a Caritas 20 millones de euros. Por otro lado, el especulador George Soros ha dicho que hará una gran donación al pueblo griego.
¿Es la filantropía la solución a la desigualdad social de la crisis? La filantropía se basa en la idea de que hay que devolver una parte de lo que la sociedad les ha dado de riqueza.
Cuando George Bush, en el año 2004, suprimió el Impuesto de Sucesiones, que suponían unos 200.000 millones de dólares, los ricos norteamericanos le mandaron un manifiesto oponiéndose a tal medida, decían “Eliminar el Impuesto de Sucesiones sería más peligroso para nuestra democracia, nuestra economía, nuestra sociedad… pues conduce a una aristocracia de la riqueza que transmitirá a sus descendientes el control sobre los recursos de la nación”. Aquí en España ninguno de nuestros ricos se han opuesto y se niegan a que se vuelva a poner.
En Estados Unidos hay más filántropos, porque los ricos pagan menos impuestos y las necesidades de la población son mayores, debido a la carencia de un estado del bienestar social. Estas carencias por parte del Estado las intentan suplir los ricos, pues entienden que en el capitalismo debe existir un equilibrio entre las clases sociales.
Dos deducciones podemos extraer de esto; en primer lugar, cuanta más filantropía existe en un país, más desigualdad social hay y en segundo lugar, cuanto más se rebajan los impuestos del Estado, más desigualdad social se produce.
Aquí en España, han puesto de moda la canción de que rebajar los impuestos es lo más moderno y sobre todo de justicia social. Tanto el PP como el PSOE nos han cantado a dúo esta melodía, por eso han suprimido el Impuesto de Sucesiones y el de Patrimonio, en una de las muchas barbaridades fiscales que ambos han perpetrado con el apoyo de las clases pudientes y el silencio cómplice de casi toda la prensa. Esta política fiscal está provocando una desigualdad social en España escandalosa y que no es admisible.
La filantropía en España tiene una fiscalidad basada en que las donaciones particulares tienen un 25% de deducción en el IRPF y la de las empresas llega al 35% en el Impuesto de Sociedades. En Francia estas deducciones están en el 65% y por ejemplo en Austria y Estados Unidos llega al 100%.
Con los datos aportados por Hacienda del año 2001, sólo 4.166 contribuyentes con rentas superiores a los 600.000 euros hicieron alguna donación, y el total han supuesto unos cinco millones de euros. En cuanto a las donaciones de las empresas españolas no hay datos fiables pero sií se sabe que han sido muy superiores a las particulares.
Para la Asociación de Técnicos de Hacienda, mejorar este tipo de fiscalidad como propone el Partido Popular, daría todavía más herramientas para intentar pagar menos impuestos. En el caso de las empresas, que ya sólo pagan entre un 9-11% del Impuesto de Sociedades cuando la tasa oficial está en el 30%. Si se dan más facilidades fiscales a las donaciones, sólo servirán para aumentar las desigualdades sociales.
Julio Rausés Pérez, presidente de la Asociación de Inspectores de Hacienda considera que en muchos casos de operaciones de mecenazgo, se ocultan meros contratos publicitarios, que no pagan por tanto los impuestos que deberían, y muchas fundaciones lo que hacen es esconder beneficios económicas.
El director de la Fundación Juan March, Javier Gomá dice “el sector fundacional y su retórica presentan como altruismo, filantropía, virtud cívica, participación de la sociedad civil, voluntariado, lo que la inmensa mayoría de los casos es economía de la distribución de la renta. Buena para el país, pero no necesariamente filantrópica. Una retórica que suscita admiración y recelo a partes iguales”.
¿Qué pienso de la donación de Amancio Ortega?
Me parece impresionante el desarrollo de su empresa Inditex, siendo actualmente una de las más exitosas de Europa y del mundo, con un modelo original y con muy buenos resultados, que han hecho de Amancio Ortega el tercer hombre más rico de la Tierra.
Que Amancio Ortega done 20 millones de euros, me parece bien, pero este es un dato menor. Debemos recordar que su empresa Inditex ha sido denunciada por muchas organizaciones por falta de responsabilidad social desde hace años, la última por la situación de los trabajadores marroquíes, que trabajan para él. Me parecería más relevante y fundamental que todos estos personajes pagaran todos los impuestos que les corresponde pagar y además que no hicieran uso de los paraísos fiscales. Recordemos que las 35 empresas del Ibex, de la que forma parte de forma muy relevante Inditex defraudan anualmente al Estado unos 40.000 millones de euros.
Por otro lado, me gustaría que los trabajadores de Inditex tuvieran unas buenas condiciones laborales y económicas. Sorprende, que cuando se convocan huelgas generales los centros de Zara abran siempre y los trabajadores apenas hacen huelga ¿Por qué? Lo que más me gusta es la responsabilidad social de los empresarios tan escasa en estos tiempo, más que donaciones sueltas.
Si hablamos del especulador George Soros, debemos saber que sus fondos de inversión sangran actualmente a los países del sur de Europa, con el sufrimiento que está provocando. Recordar, que fue el que hundió la libra esterlina provocando el paro de cientos de miles de trabajadores ingleses con el sufrimiento consiguiente a cambio de obtener un beneficio personal de 4.000 millones de libras esterlinas.
¿No sería mejor que George Soros no especulara y dejara de ganar millones de euros a costa del dolor de millones de personas? ¿Para qué sirve la donación del dinero de Soros a los griegos cuando ya los ha hundido él y otros como él?
No quiero esta filantropía basada en la caridad, esto nos retrotrae al siglo XIX. Sería mucho más efectivo y justo que las clases pudientes tuvieran un fuerte componente social y fueran consecuentes con los derechos de los trabajadores y pagaran los impuestos que les corresponde al Estado, para que éste hiciera su función redistributiva.
No nos dejemos impresionar por los filántropos, pues esto significa la existencia de grandes desigualdades sociales, como sucede por desgracia en España debido a la avaricia de unos pocos.
Fuente: Nueva tribuna