Aplicar un impuesto adicional a los refrescos provocaría una caída de 26 por ciento en el consumo de la bebida en México y una pérdida de 125 mil fuentes de trabajo en todos los sectores involucrados, aseguró la directora del Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo (ConMéxico), Lorena Cerdán.
«La industria tendría afectaciones importantes en toda la cadena de valor, ya que esta industria tiene un origen en el campo, con los productores de azúcar, en los empaques y comercio en tiendas», indicó.
Por ello, dijo, el impuesto sería regresivo, ya que afectaría a los sectores económicos menos favorecidos, que es donde se registra el mayor consumo de refresco en el país.
Para la representante de la industria, esta iniciativa no es la adecuada para combatir el problema de obesidad y sobrepeso en el país, y lo que se debe hacer es promover cambios en los hábitos de las personas, como una alimentación balanceada y actividad física.
«La única forma en que podremos lograrlo es si el sector público y privado actuamos en la misma dirección y proveemos a los consumidores de información y productos que le permitan tener un estilo de vida saludable», afirmó.
Insistió en que la aplicación de este gravamen promovería un mercado paralelo, toda vez que los consumidores buscarían alternativas de consumo ante el alza en los precios del producto.
Explicó que en Dinamarca se generó un impuesto a la grasa, en productos como mantequilla y pastelillos, entre otros, para disminuir el consumo; sin embargo, lo retiraron porque la gente iba a comprar a las fronteras alemanas y con ello afectaba a la cadena productiva.
Fuente: Crónica