La Trilogía de El Señor de los Anillos fue un éxito a nivel global, especialmente la tercera cinta que barrió con todos los premios Oscar para la cual estaba nominada. Razón suficiente para pensar en secuelas… o precuelas, da lo mismo hoy en día. Así nació el último proyecto de Peter Jackson, El Hobbit, obviamente de la misma pluma de Tolkien.
Hablemos primeramente de la cinta para después adentrarnos en algunos puntos de vista relativos a la sustentabilidad, que después de todo, es lo que nos ocupa en este sitio.
Como producción es impecable, con efectos visuales fastuosos, recorridos de cámara imposibles hace apenas unos años, dirección artística de primera y desbordante mitología. Personalmente siento que es un exceso su duración y el pretender hacer de un libro tan ágil como El Hobbit, tres películas tan densas y extensas… pero bueno, son tiempos de marketing y como lo dije, el éxito astronómico de la primera trilogía es motivo suficiente para pensar que la jugada se puede repetir. Veremos si lo logran; me parece que van por buen camino.
Ahora, cuando uno se dedica a la sustentabilidad y la responsabilidad corporativa, es imposible no hallar detalles que citar en todo lo que uno ve. Dedicarse a esto no es un trabajo, es una forma de vida. En este marco, algunos detalles de la cinta valen la pena de ser comentados.
Llama la atención que el inicio de la película narra la historia del pueblo de los enanos, quienes debido a su trabajo y a un golpe de suerte, comienzan a ver multiplicada su riqueza a niveles inimaginables aún para ellos. No pude evitar recordar la historia de algunas (o varias empresas) en esta situación. Lo irónico del asunto es que el narrador explica que cuando la abundancia llega a estos niveles, las mentes se pueden enfermar y cuando esto sucede, malos acontecimientos comienzan a suceder. Le apuesto a que ya no soy el único que encontró la analogía y se puso a recordar algunos casos donde poderosos CEO´s y directivos de primera línea tropezaron manchando la reputación de sus compañías. Evitemos nombres en estas épocas del año.
Por otro lado, tocando temas más relacionados al medio ambiente, es imposible ver la casa de los hobbits y no pensar en sustentabilidad. De hecho, el inicio del libro versa… «En un agujero en el suelo, vivía un hobbit. No un agujero húmedo, sucio, repuganante, con restos de gusanos y olor a fango, ni tampoco un agujero seco, desnudo y arenoso, sin nada en que sentarse o que comer: era un agujero-hobbit, y eso significa comodidad.»
Y yo diría… eso significa sustentabilidad ¿Piensa que exagero? Eche un ojo a proyectos de vivienda que esta casa de cuento ha inspirado:
Simon Dale en Wales pensó que vivir a lo hobbit era posible, y no se equivocó. Trabajando con su padre y sus propias manos, a lo largo de 4 meses, construyó su casa a la derecha en una ladera, al estilo de Bilbo Bolsón. Se estima que todo le costó menos de 6.000 dólares.
El hogar fue diseñado con la sostenibilidad en mente, minimizando su impacto. Algunas de las características verdes de la casa son:
– No se hicieron cimentaciones profundas, sino que fue excavada en una ladera, aprovechando el diseño natural.
– Se usó piedra y barro de la misma excavación para hacer los muros.
– Se usó también desperdicio de roble de las maderas de los alrededores.
– Se utilizó paja como material aislante en piso, paredes y techo.
– Se aplicó revestimiento de cal en las paredes, utilizando mínima energía para su fabricación (en comparación con el cemento).
– Se aprovechó madera de desperdicio para pisos y accesorios
– Asimismo se buscaron materiales desechados por otras casas para ser reutilizados (ventanas, plomería, cableado, etc.)
– No tiene calefacción; se construyó una estufa de leña y se utiliza madera local – renovable y abundante.
– Para ahorrar luz se instaló una claraboya en el techo que permite la entrada de luz natural
– Para el resto de la energía a utilizar se instalaron paneles solares.
– El agua llega por gravedad desde manantial cercano.
– El inodoro sirve como composta.
– El agua acumulada en el techo se utiliza para para el jardín y otras aplicaciones.
Conozca a fondo esta maravilla de hogar sustentable, cuya alma nació de las páginas que Tolkien escribiera el siglo pasado. Del mismo modo, conozca este modelo de camping de lujo en Gladstone en la costa este de Australia, que es idéntico a Bolsón Cerrado, la casa de Bilbo en la comarca.
Como datos curiosos, habría que decir que una aerolínea cambió su video de instrucciones de emergencia para los pasajeros usando personajes de Tolkien; del mismo modo, un gigantesco Gollum, uno de los personajes más emblemáticos de la historia, recibe en el aeropuerto de Wellington a los turistas que deseen visitar la «Tierra Media» pero descubra por qué algunos críticos ambientalistas o de turismo no están tan contentos con el hecho.
Pue helo aquí, nuestro comentario sobre una cinta que sí, es una de las grandes realizaciones del 2012, sin duda alguna. La gesta de Bilbo Bolsón, Gandalf y los 12 enanos, por recuperar su hogar y tesoro de las manos del dragón Smaug, vale cada centavo del boleto pagado… y si usted es tan fan como nosotros, no sólo de Tolkien, sino de la sustentabilidad y la responsabilidad corporativa, seguro encontrará también algunos otros detalles que comentar, y aquí nos encantaría escucharle.
Luis MaRam
Licenciado por la Universidad La Salle. MBA por la UNAM y Diplomado en Responsabilidad Social Empresarial por el ITESM, Luis Maram ha sido asesor de marcas y empresas en temas de comunicación, marketing y RSE. Ha sido profesor y ponente en múltiples universidades y ha impartido conferencias y talleres de capacitación ejecutiva en varias compañías. Actualmente es Director de Marketing y Medios en Expok, Sustentabilidad y RSE, especializándose en el tema del Marketing Sustentable.
Su pasión por el multifacético fenómeno de la comunicación lo ha llevado a publicar en revistas especializadas de negocios y a ser autor de varias columnas, algunas sobre temas de RSE y Sustentabilidad y otras sobre análisis mercadológico. También puede seguir sus cápsulas de video, Marketeando la Sustentabilidad.