Por: María José Evia Herrero
Cloud Atlas es una película compleja, que sucede en diversas épocas históricas y ficticias de nuestro mundo. El legendario crítico del Chicago Sun Times, Roger Ebert, lo considera «uno de los filmes más ambiciosos jamás realizados», y realmente vale la pena verlo.
Para los temas que aquí nos ocupan, la trama más interesante es la que ocurre en Nuevo Seúl durante el año 2114. En esta sociedad, hay «fabricants» o clones, cuya única misión es existir para servir a los «pura sangre» o consumidores. Somni- 451 es uno de estos clones, que describe su día a día en una cadena de restaurantes como un eterno complacer a otros, sin importar las faltas de respeto, el cansancio o los deseos personales.
En el futuro propuesto por la película, son las corporaciones las que tienen el poder, y la sociedad no ha cambiado su modelo de consumo a uno más sustentable, sino que ha encontrado en los clones una manera de continuar tomando más y más de la naturaleza y de otras personas.
Esta historia tiene su espejo en otra trama de Cloud Atlas: la de la esclavitud en Estados Unidos y otras colonias en los siglos XVII y XIX. En ambas escuchamos a una persona con poder decir que «hay un orden natural en el mundo» que no debe alterarse por medio de revoluciones u otros movimientos sociales.
Se trata de un filme de ficción, pero vale la pena preguntarnos qué clase de futuro queremos ver en 2114 y más allá.
