Hay que dejar de hablar de RSE.
Una vez un propietario de una pequeña empresa me preguntaba por qué tenía que ser socialmente responsable, si sus clientes no lo son.
En efecto, se ha hablado demasiado de la Responsabilidad Social (RSE) de las Empresas y poco de la que también deben poseer el resto de los agentes sociales y la propia ciudadanía.
Y es que la crisis económica que vivimos es a su vez una crisis de valores, una crisis de ética compartida.
Una de las características de la RS que más puede aportar al desarrollo sostenible es lo que podemos llamar trisectoridad, es decir, cómo desde cada sector: público, empresarial y no lucrativo es posible aportar beneficios al entorno y obtener un retorno.
Se trata de una evolución de la RS hacia la corresponsabilidad de los tres sectores y la ciudadanía.