“Sólo se aguanta una civilización si muchos
aportan su colaboración al esfuerzo.
Si todos prefieren gozar el fruto,
la civilización se hunde”.
José Ortega y Gasset
Por Emilio Guerra Díaz
Resulta interesante observar cómo diversos grupos voluntarios existen en México desde hace muchos años y continúan haciendo su labor guiados por una persona líder que desdobla carismas e incluso derrocha entusiasmo y mantiene unido al voluntariado. Sin embargo cuando ese líder cambia de domicilio o deja al grupo voluntario por razones personales o de salud, pone en riesgo la continuidad del grupo voluntario.
Una realidad del país respecto a la situación del voluntariado y que se ha venido subrayando en este espacio, es que en México predomina la acción individual sobre la acción social cuando se practica el voluntariado. Esto significa que las personas desean emprender acciones de beneficio comunitario de manera individual: colectan ropa, reciclan materiales, convocan a donaciones de juguetes, etc. para llevar y entregar personalmente la ayuda a quien previamente seleccionó.
Los resultados preliminares de la Encuesta Nacional de Solidaridad y Acción Voluntaria 2012 indican que los espacios físicos donde se desarrolla esta colaboración individual son la escuela, la iglesia y la comunidad.
Para poner un ejemplo de esta acción individual tenemos la experiencia de Lupita, una señora que dentro de la empresa en la que trabaja, por lo menos dos o tres veces al año, colecta ropa de sus compañeros que estén en buenas condiciones para distribuirlas durante sus vacaciones en comunidades pobres de Chiapas, Oaxaca, Veracruz o Distrito Federal. Llama la atención que ella realice esta labor así a pesar de que la empresa donde colabora cuenta con un voluntariado corporativo en ciernes y una robusta fundación, pero por varias razones no se apoyan esas iniciativas.
Al preguntar a Lupita por qué lo hacía así, respondió: El voluntariado de la empresa no tiene contemplado apoyar esas iniciativas, “ya ve… otros empleados juntan o se colaboran para comprar juguetes para darlos el Día de Reyes o el Día del Niño y lo hacen por su cuenta; no nos apoyan”. También asentó: “No, prefiero hacerlo así porque tengo la seguridad de que la ayuda llega a las personas necesitadas”. También ponía en su discurso énfasis en la satisfacción que experimentaba al colaborar: “La gente es muy agradecida y siento muy bonito poder llevar la ayuda tanto a los niños como a sus madres, lo que me hace volver a recolectar ayuda y volver el año siguiente”.
Como un resultado cultural de privilegiar la desconfianza y la falta de trabajo en equipo, en nuestro país vivimos una larga tradición política que hace que estemos acostumbrados o familiarizados, dirían algunos historiadores, a los caudillos. Líderes que mantienen o ejercen una influencia que al llegar a una posición dentro de la organización no la abandonan y se aferran al cargo desatando lo que Max Weber y otros sociólogos llaman el fenómeno del “patrimonialismo”: Así los necesitados, los excluidos en la comunidad son “mis viejecitos”, “mis niños”, “mis pobrecitos” que dan sustento y justificación al liderazgo individual.
Este hecho, desde luego unido a otros determinantes como la falta de trabajo en equipo, provoca resultados positivos y negativos en los voluntariados (estamos pensando tanto grupos de apoyo como en consejos directivos y patronatos). Dentro de los primeros se garantiza cierta estabilidad del voluntariado, hay disciplina y una visión sobre hacia dónde se dirigen los esfuerzos. Como aspectos negativos tenemos que otros liderazgos individuales que se requieren para la continuidad no se desarrollan; predominan las decisiones individuales sobre las grupales y no se profesionaliza al grupo en su conjunto para garantizar el relevo de autoridades que de continuidad al trabajo grupal. Es decir faltan procesos que garanticen la institucionalidad.
Cuando abordo el tema en talleres o consultorías me gusta reforzar la idea de que institucionalizar no significa pensar que los liderazgos individuales son negativos e innecesarios, que hay que combatirlos y diluirlos, por el contrario, son la fuente principal del estímulo para que muchas personas emprendan acciones sociales, pero para bien del grupo deben, por un lado, ser acotados para evitar el protagonismo que lleva a un círculo de confort que inhibe el desarrollo del grupo, la innovación y creatividad. Por otro, requerimos una transformación cultural respecto a los beneficios del trabajo en equipo, actuar así, demanda muchos autocontroles, requiere aprender a negociar y a construir con visiones encontradas o disímbolas. Como dice Stephen Covey “la fuerza reside en las diferencias, no en las similitudes”.
La forma más asertiva de acotar y potenciar esos liderazgos individuales consiste en alentar procesos para que el grupo en su conjunto ejerza el liderazgo, defina uno institucional. De tal manera en un grupo voluntario, en una fundación, organización filantrópica y en los consejos directivos y patronatos se requiere este equilibrio. ¿Cómo se logra eso? Poniendo reglas, provocando que expresen intereses individuales… con trabajo asociativo… Por ello son tan necesarios los códigos de ética y la declaración de posibles conflictos de interés y constantemente normar conductas para establecer buenas rutas de trabajo.
Aquí compartimos 5 razones fundamentales por las cuales conviene invertir tiempo, dinero y esfuerzo en la institucionalización del grupo voluntario, que como advierte el lector constituyen principios que se pueden también aplicar a consejos directivos y patronatos, que son a la postre grupos voluntarios también:
1) Porque en el manejo de un voluntario la motivación del grupo no sólo depende de un buen discurso que inyecte entusiasmo a sus miembros, mantener la unión depende de otros factores como son contar con una visión clara del trabajo, apoyarse en actitudes ganar-ganar, desarrollar aptitudes y disponer de los elementos y herramientas necesarias para el servicio voluntario de todo el grupo.
2) Porque en el esfuerzo de convocar y retener voluntarios se han invertido muchos recursos y debe darse continuidad a esos esfuerzos para que se vuelvan permanentes; un buen grupo que sabe trabajar en equipo deja una perspectiva valerosa del voluntariado asociado, reproduce en la sociedad la acción social sobre la individual.
3) Institucionalizar significa despersonalizar, no depender de uno o varios líderes, en cambio marca procesos, políticas, prácticas, ritos y mitos que mantienen a todos unidos y como se señaló arriba, permite crear sanos equilibrios entre liderazgos personales y el institucional.
4) Porque institucionalizar permite dar paso a la administración profesional del grupo voluntario donde se reconoce la contribución individual y la que hacen las personas en equipo, es decir, la colectiva.
5) Institucionalizar es trabajar por la permanencia del grupo en el mañana con un sentido de utilidad pública, donde el grupo comprende que sólo es el medio y le bienestar colectivo la finalidad.
Ciudadanos trabajando
Bien por los voluntarios de Dell
Expok nos informó sobre los colaboradores de esta empresa quienes otorgaron en un año más de 700 mil horas de trabajo voluntario superando así la marca que se habían propuesto de 500 mil. Este esfuerzo global afectó positivamente a 60 países donde la corporación tiene presencia. El programa cuenta con una gama importante de actividades: Emprendimiento de nuevos negocios, apoyo a niños con cáncer, instalación de nuevas tecnologías en escuelas, soporte a la Cruz Roja de EEUU. En México también los voluntarios de Dell participaron en acciones de limpieza de espacios públicos y enseñanza de tecnología informática.
Voluntarios colaboraron en Eco Fest 2013
El pasado fin de semana se llevó a cabo el Eco Fest 2013 en las ciudades de México, Guadalajara, Monterrey y Puebla con mucho éxito gracias al apoyo de voluntarios que ayudaron en la logística del evento a cargo de Páginas Verdes. Este festival tiene como propósito promover productos verdes y sumar a consumidores a preferirlos sobre aquellos que son elaborados en forma industrial que presuponen altos consumos energéticos.
Próximos eventos
AFP Conferencia en Procuración de Fondos
Deborah San Román impartirá la conferencia “El Hilo Negro de la procuración de fondos” el 22 de marzo de 2013, a las 8.30 horas en las instalaciones de la Fundación para la Protección de la Niñez ubicada en Av. México Coyoacán No. 350, Col. General Anaya, C.P. 03340, México D.F. (a un costado del Hospital Xoco y antes de llegar a Churubusco). Tiene como objetivo entender los pasos esenciales para iniciar y sostener programas de procuración de fondos exitosos y compartir experiencias y aclarar dudas acera de las bases del desarrollo. Tiene costo, para mayor información escriba a [email protected]
Conferencia Impacto Social
“El reto social de hacer tangible lo intangible” es el título de la conferencia magistral que dictará en este año el Dr. Víctor Manuel Quintero Uribe, especialista en impacto social y autor de varias obras. Este es un esfuerzo de Fortalece en alianza con Fundación Gruma, la AFP Capítulo Ciudad de México y la Junta de Asistencia Privada del DF. Posteriormente se llevará a cabo el Panel “Dimensión del Impacto Social: Contribución, Evidencias y Atribución” con Alejandro Martínez Reyes, consejero de Fortalece y Carlos Madrid Varela, director de la Fundación Gruma. Será el martes 19 de marzo de 10:00 a 13:30 horas en el Cecapiss, ubicado en Hidalgo 61, Col. Del Carmen Coyoacán (entre Cruz Blanca y General Anaya), México D.F.
El evento es por invitación, pero Fortalece invita a los lectores de esta columna para lo cual tiene reservado 20 lugares. Se tendrán que registrar como invitados por Fortalece en el siguiente link
Emilio Guerra Díaz
Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.
Definitivamente hay muchar razones para institucionalizar el voluntariado; seguramente la resistencia es una desventaja… habrá que romper con la inercia y quitar a los voluntarios de su zona de comfort, cuando alguien ha asumido el liderazgo por demasiado tiempo; el problema es que muchas veces no se atreven a asumir el reto.
Aquí el reto para la institución, es justo eso: poner reglas claras, para que haya reciclaje de responsabilidades!!! Buen punto!!!