Para que México genere sus pilas tendría que apoyarse un proyecto que requiere una inversión de sólo 10 millones de pesos.
Son suficientes 11 pilas de reloj o 40 alcalinas para contaminar hasta 6.5 millones de litros de agua, un volumen similar a la capacidad que tiene la alberca de Ciudad Universitaria, según Greenpeace.
Para reducir los efectos nocivos en el medio ambiente, un grupo de investigadores del Instituto Politécnico Nacional desarrollan prototipos de pilas recargables utilizando níquel.
Arturo Manzo, académico de la Escuela Superior de Ingeniería Química e Industrias Extractivas (ESIQIE), comentó que México no produce sus pilas, las importa, en su mayoría de Estados Unidos, Japón y China.
«El problema se agrava cuando la población adquiere ‘baterías pirata’, por su alta toxicidad para la salud y el medio ambiente». expresó el investigador, tras aceptar que por su costo bajo muchas personas adquieren estos productos en la informalidad.
«Cuando una pila ya no sirve se tira y con el paso de tiempo suelta sustancias tóxicas, eso también sucede cuando se queman en un basurero,»
El nuevo proyecto se basa en aleaciones bimetálicas y multimetálicas, donde el níquel es el principal elemento para disolver protones y agilizar el uso de las pilas, con ello sus ciclos de carga y descarga son más eficientes.
El investigador alertó que los mexicanos usan más de 10 pilas al ario y al desecharlas las mezclan con la basura de su hogar o las abandonan a cielo abierto. Al oxidarse, vuelven más alcalina el agua, alteran su ciclo natural y provocan lluvia ácida.
Además del mercurio, el cadmio que contienen también provoca daños en el subsuelo, incluso queman las hojas de las plantas, explicó el académico.
» EN TELÉFONOS Y AUTOS
Arturo Manlo expuso que los prototipos tienen un alto potencial para aplicarse en la vida cotidiana, por ejemplo en autos eléctricos, teléfonos celulares y equipos de cómputo.
De hecho, comentó que otros materiales, además del niquel, podrían emplearse en pilas recargables, sin provocar contaminación, como tungsteno y aluminio.
En ese sentido, destacó que hace falta un manejo controlado en depósitos autorizados, además es necesario abrir más centros de acopio para evitar su desecho entre la basura doméstica, así como regular su venta en establecimientos informales.
Detalló que para aplicar el proyecto es necesaria una inversión superior a los 10 millonas de pesos, para que el país empiece a generar sus propias baterías.
Publicado por Circe González Garzón
Revista Mundo Ejecutivo Número: 407
Marzo 2013
