Por Emilio Guerra Díaz
Nilda Patricia Velasco de Zedillo fue la última mujer que encabezó el Voluntariado Nacional, organismo que se constituyera como una iniciativa del gobierno federal para movilizar voluntarios en distintas actividades y sobre todo coordinar los voluntariados de las dependencias públicas, entendidas éstas como de gobierno. Fue conocida como la Red de Servicio Social Voluntario y operó por convocatoria de María Esther Zuno de Echeverría.
El lector recordará que diversas dependencias cuentan con sus grupos voluntarios como la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la de la Defensa Nacional, el Sistema Integral para el Desarrollo de la Familia (DIF), la Secretaría de Salud y el ISSSTE, por citar algunos. Cabe resaltar que el génesis del voluntariado “moderno” en nuestro país, como sucede en otros, está fuertemente vinculado a la asistencia en materia de salud.
El Voluntariado Nacional, aquella red, era un esfuerzo distinto al que hoy se tiene en todo el Sistema DIF y recuerdo que tenía sus oficinas en la calle de Carolina 71, en la colonia Nápoles en lo que otrora fuera la prestigiada Escuela Rickards fundada por la británica Mabel C. de Rickards. Esa red de voluntariado, como lo hemos señalado buscaba alentar la participación organizada de quienes prestaban este tipo de servicio y tenía un fuerte énfasis en promover la participación de la mujer y su foco principal fue atender necesidades de la infancia.
Hoy ya no contamos con una red pública que coordine a los grupos voluntarios de los distintos niveles de gobierno, sus dependencias y organismos descentralizados y su aporte se ha retraído y no ha sido suficientemente aprovechado ni tampoco se ha incorporado a las políticas públicas. Quizá algún lector reaccionará a este comentario y dirá, “pero existe el Voluntariado del DIF”. Si pero su estructura atiende solo a su foco: la niñez y la familia con el enfoque asistencial y abarca una serie de problemáticas diversas.
Existen esos voluntariados de gobierno separados del Sistema DIF, muchos de los cuales están transitando en procesos de profesionalización acompañados por consultores y por miembros de organizaciones civiles que tienen experiencia en el tema. Marisela Morales Ibañez, ex titular de la Procuraduría General de la República intentó crear su voluntariado a menos de 8 meses de terminar su periodo.
Es justo reconocer a los voluntariados de otras dependencias públicas su poder de convocatoria que reúne además de talento, pasión, entrega y ejemplar servicio voluntario de miles de mujeres que en muchos casos llega a ser heroico y de una abnegación irreprochable. Sin embargo me parece que el estándar es que los voluntariados de gobierno tienen desempeños irregulares.
Algunos de los problemas más comunes que enfrentan los voluntariados de gobierno son:
• Liderazgos no reconocidos
• Falta de una gestión profesional
• Ausencia de un sistema de reconocimiento y retención para las veteranas (que incluso muchas de ellas han dado su vida a esas actividades)
• Capacitación sobre temas actuales sobre la interacción de sus grupos voluntarios con instituciones filantrópicas, de la sociedad civil y voluntariados corporativos
• Visibilidad, no se sabe qué realizan, por qué lo hacen y cómo lo hacen
• Poca comprensión de su valioso aporte
• Estigmatización sobre su participación (“señoras que no tienen nada que hacer”)
• Falta de presupuesto para la operación de los programas
• Perfiles adecuados para las actividades
• Sobre explotar su tiempo y aporte
• Movilización del voluntariado a favor de un determinado funcionario público, partido político o interés particular
Hoy la Cruzada Contra el Hambre promueve un mensaje en radio y televisión donde convoca a participar de muy diversas formas y como una alternativa invita a que nos sumemos y “puedes desde enviar un twit, hasta trabajar como voluntario”.
En la página de México sin Hambre, que depende de la Secretaría de Desarrollo Social, se ofrecen tres alternativas para participar: en brigadas de alfabetización, de trabajo comunitario y levantamiento de censos casa por casa. Hasta el día en que redactamos esta colaboración, uno visita el sitio www.sinhambre.gob.mx y si entra a la sección “Entérate como participar” lo llevan a una donde puedes enviar un correo electrónico con tus datos a la dirección [email protected] o se puede llenar un formulario donde se colocan los datos personales.
Se puede leer en ese formulario “Actividad a la que te quieres sumar” y salta la duda si es en alguna de las tres brigadas o uno tiene que proponer su actividad lo que no facilita el sumarse como voluntario. Más bien queda de manifiesto uno de los grandes problemas que están presentes cuando se convocan voluntarios.
No es intención de estas líneas desalentar la participación voluntaria, todo lo contrario, pero deseamos destacar que hay una lógica que se debe seguir para recibir voluntarios. Quién desea integrarlos, es responsable de crear tantos perfiles de actividades como se requieren y esclarecer qué harán, cuánto tiempo y cubrir toda la logística. En una mega campaña como es la Cruzada contra el Hambre, el esfuerzo de crear esos perfiles es titánico.
Si nos apoyamos en que el potencial voluntario diga “en que actividad quiere participar” si no está claro un menú de opciones para que escoja y en cambio se deja que la persona “invente” su colaboración, caemos en un esfuerzo fútil que solo generará una gran descoordinación y desperdicio de tiempo, talentos y recursos.
La Cruzada contra el Hambre requiere entonces de grandes estrategas, de expertos en la gestión de voluntarios, un presupuesto para la movilización de los voluntarios y de perfiles que sean asequibles para que un mayor número de personas nos sumemos a este esfuerzo que vale la pena apoyar. Un programa de voluntariado de esa magnitud no puede improvisarse, construirse sobre la marcha o simplemente colgarse a las alianzas con otras organizaciones civiles a quienes se les transferiría la responsabilidad de una gestión adecuada del voluntariado.
¡Ah como os hace falta una oficina de Voluntariado Nacional (de dependencias de gobierno)! Una red que atienda las necesidades de sus grupos voluntarios y se coordine con los voluntariados privados (tanto de empresas, universidades y organizaciones civiles).
La Alianza Mexicana de Voluntariado busca ser un aliado en estas lides, pero desde el lado de las organizaciones civiles y reconoce la necesidad de que confluyan todos los talentos de todos los sectores donde se organizan grupos voluntarios para apoyar un sin número de actividades de prevención, desarrollo comunitario, bien estar, educación, etc. Por ello es urgente celebrar el IV Foro Nacional de Voluntariado y no perder de vista la posibilidad de construir una política pública de voluntariado.
Emilio Guerra Díaz
Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.
TODO ES CIERTO LO QUE DICES PERO SI EN VERDAD A TODOS LOS POLITICOS LES INTERESARA QUE LA POBLACION GUANAJUATENSE SALIERA DE LA POBREZA ALIMENTARIA QUE SIGUE EXISTIENDO EN TODO EL ESTADO DEJARIAN DE PRESUMIR SI CONOCIERAN EL HAMBRE QUE YA DEJEN DE DECIR ESTAMOS TRABANAJDO AYUDANDO A LA MUJER, ESO NO ES CIERTO PORQUE LO QUE HACEN ES NADA MAS CONOCER A LOS HABITANTES DE RANCHO SUPERFICIAMENTE, TODO ESTO SE LOS DIGO PORQUE YO SI HE CONOCIDO EL HAMBRE CON ELLOS CUANDO ESROY LEVANTANDO ENCUESTAS SOCIOECONOMICAS HE VISTO LLORAR A LOS NIÑOS PIDIENDO DE COMER, POR ESO SI FUERA POSIBLE ME GUSTARIA SER VOLUNTARIO EN LA CRUZADA CONTRA EL HAMBRE. ATTE. GREGORIO LOPEZ RAMIREZ