La cementera más grande a nivel nacional creía que nada podría salirse de sus manos, el factor social los puso a prueba y los hizo ver algo más.
En México existen más de nueve millones de familias sin hogar físico estable. Ante esta problemática y siendo la cementera más importante del país, CEMEX decidió arrancar un proyecto de Responsabilidad Social con una estrategia de entrega de microcréditos a familias de escasos recursos en distintas comunidades del país –Programa Integral de Autoconstrucción Asistida, PIAC–, con pésimos resultados y cero rentabilidad.
Sin embargo, poco tiempo transcurrió para que se diera cuenta que el proyecto estaba mal encaminado: las familias carecían de empleo, los créditos no eran pagados, la cementera seguía invirtiendo… y de rentabilidad, el proyecto no tenía absolutamente nada.
¿Cómo es posible que una empresa del tamaño de CEMEX, con una infraestructura interna y externa tan poderosa, estuviera fallando en la implementación de un proyecto de Responsabilidad Social?
Para Dulce Alejandre Mora, gerente de Negocios Inclusivos de CEMEX, la respuesta estaba frente a ellos: no conocían a sus beneficiarios.
“Cuando el proyecto inició íbamos con una sola idea, la de ayudar a familias a través de microcréditos, pero las familias no tenían un sustento económico que respaldara esos gastos. El proyecto pronto se vino abajo», comparte la directiva.
Y para agravar la situación, la gente comenzaba a abandonar sus construcciones, estaba desorientada ante el proyecto y la peor parte, no estaban conscientes del potencial de ayuda que le brindaba la empresa.
Ante una problemática que generaba pérdidas, la parte fundamental para que la iniciativa saliera a flote fue la interacción con las comunidades beneficiadas.
La comprensión de las necesidades y aspiraciones de los beneficiarios lograron plantear soluciones cuantiosas que, hasta ahora, han podido beneficiar a miles de familias a través de proyectos rentables.
Para Alejandre Mora, el primer factor que debe solucionar una empresa en la incursión de RSE, es la alineación de sus necesidades con las de su público beneficiado, y para lograrlo es fundamental la creación de un proyecto interdisciplinario.
Al respecto, Gabriela de la Torre, directora de RSE de Échale a tu casa –organización con programas de autoconstrucción de viviendas sustentable y que trabaja en conjunto con Cemex–, asegura que para lograr que un proyecto de este tipo sea rentable, deben existir las alianzas, y básicamente en cuatro rubros institucionales:
• Empresas privadas.
• Instituciones gubernamentales.
• Universidades y ámbitos académcios.
• Organizaciones no gubernamentales (ONG)
Para CEMEX fue esencial, apunta Alejandre Mora, la unión con Échale a tu casa, que le permitió entender la situación de cada una de las comunidades a la que se les proporcionaba ayuda.
Con ello el proyecto se volvió rentable, dejando lo más importante para cualquier organización: esquemas de innovación donde todos ganen.
Cuando se hace un proyecto de inclusión exitoso, los beneficios son interdisciplinarios y esto es lo que busca cualquier empresa.
De acuerdo con la experta de CEMEX, son tres los factores que debes tomar en cuenta para saber si tu proyecto es rentable o no:
1.- Crecimiento. Debe existir un crecimiento económico en la empresa de manera obligatoria, ya sea infundido de manera directa por la parte de RSE o por sus proveedores o clientes. Sin embargo esta parte es sustancial para dar soporte a la Responsabilidad Social.
2.- Reputación y posicionamiento. Una compañía debe cuidar su imagen, cierto, y lo logrará con mayor certeza si considera que una acción de RSE no es sólo la parte filantrópica, sino también de buscar una ayuda a las problemáticas sociales que perjudiquen su entorno. Si lo consigue entender, de manera casí automática logrará un prestigio para su marca.
3.- Alianzas estratégicas. El personal de RS en las empresas no lo sabemos todo, comenta Alejandre Mora, por ello se debe buscar a los expertos que tengan la misma visión que la empresa. Como CEMEX, la mayoría de las empresas que se aventuran a la inclusión en sus proyectos de RSE, son fundamentales.
El Programa Integral de Autoconstrucción Asistida (PIAC), ha ayudado a más de 50 mil familias desde sus inicios en 2006. Ha generado más de 18 mil autoempleos y más de 200 mil personas han mejorado su situación patrimonial.
Fuente: Alto Nivel