Por Leopoldo Lara
“Si descuidamos a nuestras instituciones de gobierno, si la sociedad civil no está atenta de ellas, se van a convertir en ventanas rotas que van a incitar a romper todas las demás”.
Lo dijo Luis Donaldo Colosio Riojas este viernes en Nuevo Laredo.
El motivo: su participación como conferencista en el Foro “Por un Nuevo Laredo con voz” que organizaron los empresarios jóvenes de la Coparmex local.
Hacía alusión a la “teoría de las ventanas rotas” desarrollada en la década de los ochentas en los Estados Unidos por James Q. Wilson y George L. Kelling, tendiente a explicar las causas de la criminalidad y las acciones más eficaces para eliminarla y en la que se considera que si un “edificio tiene una ventana rota y esa ventana no se repara a tiempo, los vándalos tenderán a romper unas cuantas ventanas más. Finalmente quizá hasta irrumpan el edificio, y si esta abandonado, es posible que sea ocupado por ellos o que prendan fuegos dentro”.
La propuesta de la teoría para eliminar el vandalismo o la criminalidad, es arreglar a tiempo los problemas cuando aun son pequeños. Las ventanas, la basura y en general, todos los problemas de una comunidad.
La pregunta es: ¿tendrá el gobierno la capacidad de autocrítica para darse cuenta de que sus ventanas están rotas?
Normalmente eso no ocurre cuando no existen ciudadanos con capacidad crítica y que además la expongan.
De eso trató el Foro, de reflexionar y poner sobre la mesa las acciones necesarias para hacer posible ese régimen en el cual todos podemos y debemos participar en beneficio de la comunidad.
Revisamos el fundamento para que esa participación ciudadana se ejerza. Primero, lo dijo el Dr. Jaime Aguirre, coordinador de la carrera de derecho del Tec de Monterrey -otro de los conferencistas- “es un derecho humano del que todo ciudadano goza por el simple hecho de serlo y que el estado reconoce”. Luego, un régimen de gobernabilidad democrática que muy pocos gobiernos han asumido y que es idóneo para impulsar la corresponsabilidad de la sociedad, que permita obtener resultados reales en diversos temas que a todos incumben y que sería impensable resolver sin esa unión de esfuerzos públicos y privados, como la seguridad o el desarrollo económico.
Nuevo Laredo es uno de esos pocos casos en donde leyes y reglamentos que organizan al gobierno, incorporan a los ciudadanos en la deliberación y ejecución de las políticas públicas y de sus presupuestos.
De acuerdo con el reglamento de la administración pública municipal de 2010 y el reglamento municipal de fomento a las organizaciones de la sociedad civil de 2008, los ciudadanos no sólo gozan del derecho humano que les da la constitución para participar de acciones públicas, también tienen el derecho que les otorga la ley para hacerlo dentro del gobierno, tanto a través de programas de coinversión con organizaciones de la sociedad civil, como en acciones de deliberación y evaluación a través del Consejo Sociedad Gobierno y sus comités técnico consultivo y de evaluación ciudadano; y por supuesto a través de decidir en temas de gobierno y ejercer el presupuesto público como lo que hacen los ciudadanos al participar como consejeros en los Institutos, en los cuales además tienen mayoría para decidir.
De eso también se habló en el Foro.
De esa arquitectura legal que nos convierte en un modelo de gobernabilidad democrática a nivel nacional. De cómo se construyó con la participación de muchos. De los beneficios que nos trajo, no sólo para multiplicar los presupuestos sociales y hacer transparente su ejercicio gracias a la participación de asociaciones civiles con toda una vida de experiencia y dedicación, también a los niveles de confianza y corresponsabilidad que se alcanzaron entre sociedad y gobierno y que sentaban bases para que los retos de nuestra ciudad se pudieran resolver. Del posterior ejercicio de planeación a largo plazo que nos animamos a hacer muchos para “ahora si contar con una ruta para el desarrollo” y también, lamentablemente, se habló con fuerza de la realidad actual, en la que ese esquema legal de participación es letra muerta.
Lo dijeron claramente líderes y lideresas sociales y de opinión de la comunidad, justo en el panel local.
También propusieron que se restaure, que llegue quien llegue en las próximas elecciones municipales, cumpla con la ley. No quieren dádivas, más bien ejercer un derecho: participar.
Algunas ventanas de nuestras instituciones, de nuestro gobierno, están rotas, ni duda cabe. Es la voz y el poder ciudadano la que las reparará para evitar que otras más se dañen y se nos vaya la ciudad entre las manos.
Vota, construye este edificio con ventanas transparentes y claras que se llama Nuevo Laredo y ejerce tu derecho a participar; esta lección debe servirnos, para no permitir regresarnos jamás.
José Leopoldo Lara Puente
Candidato a Doctor por la Universidad Complutense de Madrid, España, Leopoldo Lara Puente es un Notario Público tamaulipeco que se ha distinguido por ser promotor del capital social y del ejercicio de los ciudadanos en las acciones públicas. Fundador de diversas organizaciones de la sociedad civil y empresariales, actualmente es editorialista de un periódico de su localidad, desde donde nos comparte sus propuestas y experiencia ciudadana.