Esta columna es patrocinada por Cuahutémoc Moctezuma
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) proyecta que la demanda de agua aumentará un 55% a nivel mundial para el año 2050, debido principalmente a las fabricas (400%), electricidad (140%) y el uso doméstico (130%). Para darnos una idea de la importancia del tema, podemos decir que sin mejoras en el uso de agua dulce, el mundo podría enfrentar una escasez de vacunas en un 40% en 2030.
De acuerdo con el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD por sus siglas en ingles) en su último informe, «Sharing water: engaging business», la clave para la seguridad y calidad son las cuencas saludables, es decir, las áreas de terreno en las que el agua superficial fluye a través de una serie de corrientes, humedales, ríos y lagos hacia el mar por una única desembocadura. El papel de las cuencas hidrográficas debe ser reconocido para hacer frente a la brecha global entre la demanda y el suministro de agua.
El problema de la seguridad y calidad del agua se complica aún más por el hecho de que alrededor del 80% de la población vive en zonas donde la amenaza a la seguridad del agua es alta. 1,8 mil millones de personas utilizan agua potable, mientras que hoy en día 2,5 mil millones no tienen acceso a un saneamiento adecuado. La interdependencia del agua, la energía y los alimentos creará retos difíciles para muchos sectores de la industria, como el aumento de costos que podría surgir en diversos sectores a la vez.
Además de estos retos, la calidad y cantidad de agua están determinadas por una serie de factores locales como el geográfico, geológico, climático, demográfico, de infraestructura, competencia y regulación. Cada cuenca es diferente, por lo que cada una debe enfrentar retos distintos, algunas de escasez y otras de contaminación.
La garantía de un futuro hídrico seguro.
Tomar acción para reducir de forma rentable la brecha entre la demanda y la oferta en las cuencas hidrográficas afectadas será fundamental para la mitigación de los riesgos asociados a la calidad del agua y el acceso a la oferta. Un enfoque de negocios tradicional en el uso de agua a nivel operacional, puede resultar insuficiente para garantizar un futuro de agua segura.
Las empresas también pueden obtener nuevas oportunidades de ingresos y beneficios en su reputación corporativa al mismo tiempo que reducen costos. Así, tener una visión más holística de la gestión de agua a nivel de cuenca, podría ayudar a las empresas a competir de manera más eficiente.
Fuente: Guardian