Antiguo concreto romano, una alternativa sustentable

El secreto para hacer concreto fuerte y sustentable puede haber estado en el fondo del mar Mediterráneo los últimos 2,000 años; investigadores creen que los antiguos romanos crearon concreto amigable con el medio ambiente y más resistente que algunos materiales actuales.

El concreto es uno de los materiales para construir en el mundo moderno, pero su alto índice de emisiones de carbono es muy conocido. Alrededor de 19 billones de toneladas de concreto son utilizadas anualmente, las altas temperaturas que se necesitan para producirlas son responsables de cerca del 7% de las emisiones de dióxido de carbono humano.

«Es un material que se usa en todo el mundo, pero usamos demasiado, no podemos continuar con el negocio de la misma manera», declara Paulo Monteiro, un investigador en el U.S. Depertment of Energy Lawrence Berkeley National Laboratory. Sus resultados fueron publicados en The Journal of the American Caramic Society. «tenemos que encontrar una alternativa para hacer concreto».

Monteiro y sus colegas pueden haber encontrado una alternativa: concreto «de mar» utilizado por los romanos para las instalaciones de los puertos en el Mediterráneo, a comparación de la mezcla actual de piedra caliza y arcilla, el descubrimiento está hecho con una diferente concentración de materiales, que le permite ser horneada a una temperatura menor (cerca de los 1,650 grados comparados con los 2,640 del concreto moderno). El resultado es un concreto fuerte y menos dañino para el ecosistema.

Los ingenieros han tenido éxito utilizando productos naturales de centrales térmicas de carbón, conocidos como «cenizas volátiles» para crear un tipo de concreto «verde». Así que pronto podrían utilizar la técnica romana y usar una mezcla de ceniza volcánica y piedra caliza.

Los arqueólogos han conocido por largo tiempo la fórmula para crear este tipo de concreto, pero recientemente Monteiro y su equipo descubrieron que ese concreto antiguo es tan durable como las mezclas actuales, aunque tiene desventajas como el tiempo de reposo que requiere para alcanzar su máxima fuerza y que lo convierte en un material poco viable para construir puentes.

«Los romanos eran buenos ingenieros, querían un concreto que durara para siempre, y se puede observar desde las ruinas, que este material tiene larga durabilidad».