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Coca-Cola cuestiona impuesto al refresco

Impuesto Refrescos

El gravamen planteado por el Gobierno a las bebidas azucaradas es discriminatorio, dice la empresa; cobrar un gravamen de un peso por litro no solucionará el problema de la obesidad en México, añade.

The Coca-Cola Company dijo este lunes que un impuesto especial propuesto en México a las bebidas azucaradas como parte de una reforma fiscal es discriminatorio e incompatible con una buena política fiscal.

El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, presentó ayer una propuesta de reforma hacendaria y seguridad social que contempla un gravamen especial de un peso por litro a las bebidas azucaradas, como una medida para combatir la obesidad.

«Un impuesto sobre bebidas no está justificado. La gente consigue calorías de muchos alimentos y fuentes de bebidas, y un impuesto sobre un producto no va a resolver un problema tan complejo como la obesidad», dijo la firma en un comunicado.

Coca-Cola agregó que los refrescos y otras bebidas endulzadas con azúcar representan sólo entre el 5.5% y el 6.6% de las calorías promedio en la dieta de los mexicanos, considerados los mayores consumidores per cápita de refrescos en el mundo, según la propuesta de reforma.

En México, Coca-Cola vende más de 60 marcas de bebidas no alcohólicas, de las cuales 40% son sin azúcar, bajas en calorías o sin calorías.

La compañía dijo además que el consenso entre economistas es que los impuestos al consumo, o en particular los dirigidos a los alimentos y bebidas, a menudo afectan a los consumidores pobres y de ingresos medios.

Los principales embotelladores de la popular marca en México -Coca-Cola FEMSA (KOF) y Arca- declinaron hacer comentarios sobre el tema.

La propuesta todavía tiene que ser aprobada por el Congreso mexicano y promulgada por el ejecutivo, para entrar en vigor hasta el 2014.

La industria también rechaza el impuesto

Representantes de la industria refresquera de México secundaron la opinión de Coca-Cola y señalaron que el proyecto del Ejecutivo haría poco por combatir la obesidad y golpearía a las empresas y a los consumidores, especialmente a los más pobres.

«Nos parece que no abona a resolver el problema de la obesidad», dijo a Reuters el director de la Asociación Nacional de Productores de Refrescos, Emilio Herrera.

«El impuesto representa entre un 15% y un 20%, y se recarga en muchísima mayor proporción en las familias de menores ingresos de este país», agregó el dirigente.

México, un país con 117 millones de habitantes, tiene un consumo de cerca de 163 litros de refresco per cápita, uno de los más altos en el mundo, y el Gobierno espera recaudar 12,000 millones de pesos (unos 915 millones de dólares) con el nuevo impuesto.

Los mayores embotelladores Coca-Cola en México son Coca-Cola FEMSA y Arca Continental, mientras que la de Pepsi es Cultiba.

Herrera dijo que el nuevo gravamen causaría una caída en los volúmenes de la industria, lo que a la larga incidiría en toda la cadena productiva que inicia desde los productores de azúcar y fruta, y llevaría eventualmente a la pérdida de empleo e inversiones.

En tanto que la cadena productiva de la caña de azúcar afirmo que el Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) a las bebidas «no resuelve la obesidad, castiga a las familias más pobres e incrementa el desempleo».

En un comunicado conjunto, la Cámara Nacional de las Industrias Azucareras y Alcoholeras, la Industria Refresquera Mexicana y la Unión Nacional de Productores de Caña de Azúcar, entre otros organismos, expusieron se disminuiría el consumo calórico de la dieta en una mínima proporción.

Además, sostuvieron, generaría problemas de informalidad, desempleo y baja de productividad.

Este impuesto, abundaron, frena el crecimiento económico del país, ya que afecta la cadena productiva de caña de azúcar, fruticultores, azúcar, proveedores, bebidas saborizadas, trabajadores y tienditas.

Asimismo, genera desempleo e inflación y provocaría entre 15% y 20% de incremento en el precio al público de las bebidas saborizadas, por lo que «es un impuesto que va a pagar el consumidor».

En el caso de refrescos, de prosperar, 35% del precio al público serían impuestos, debido a que el refresco ya paga 16% de IVA, añadieron.

Este gravamen no es congruente con los criterios de la reforma hacendaria manifestados por el presidente Enrique Peña Nieto, toda vez que no incentiva a la formalidad, «pues la experiencia con los impuestos especiales demuestra lo contrario», anotaron.

Por su parte, la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño (Canacope-Servytur) de la Ciudad de México, refirió que el refresco representa al comerciante en pequeño una parte muy importante de los productos que vende diariamente.

«Sólo el refresco y las aguas envasadas son productos de mayor venta en el comercio minorista y el incremento del impuesto en su precio le impactará negativamente a nuestros clientes quienes ya pagan el aumento en los costos del trasporte público concesionado, así como del gas doméstico y gasolina, entre otros, que fueron autorizados en el transcurso de este año», expresó el organismo.

Fuente: CNN Expansión.

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