Por Leopoldo Lara
En Nuevo Laredo se quedan más de mil estudiantes sin poder ingresar a la preparatoria en cada ciclo escolar. El problema, según lo dijo el Jefe de Planeación Educativa en la ciudad, es que egresan mucho más alumnos de secundaria que la capacidad instalada que existe para recibirlos en preparatorias públicas. En el ciclo anterior, por ejemplo, egresaron 6,042 y el cupo es de 4,450. Una diferencia de más de 1,500 alumnos. Si algunos de ellos tienen para pagar colegiaturas podrán acceder a las preparatorias particulares, de no ser así, su futuro será incierto.
Quizá no tan incierto. Es un hecho, a esa edad, los jóvenes se convierten en “carne de cañón” para los grupos delincuenciales. Las estadísticas lo comprueban: gran parte de los muertos en la guerra contra el narcotráfico son muchachos que no rebasaban la edad de un preparatoriano. No dotarles de un espacio para que puedan continuar con su educación se convierte en un empujón adicional para que emprendan ese camino. Más en nuestra ciudad, en donde la “tentación” es permanente.
¿Qué pudo ocurrir para que se diera este desfase tan desastroso?
Según se ve, gran parte del problema se debe a la falta de coordinación entre gobiernos (las prepas se construyen y se operan mediante convenios entre los distintos gobiernos); a los pobres canales de comunicación que existen o han existido tradicionalmente entre esos ámbitos de poder y a la limitada visión que se tiene de la educación y lo que significa para la prevención de conductas antisociales. De no haber sido así, los presupuestos se hubieran ejercido de manera racional y hoy no tendríamos en “nuestras narices” un problema que ya por repetido se convierte en una “situación normal”.
Y así en todo en México, aunque hay casos extremos y paradójicos como lo que sucede en nuestra ciudad. De acuerdo con el Departamento de Transporte y Comercio de Estados Unidos, esta frontera facilita diariamente el cruce de casi el 50% de todo el comercio vía terrestre entre México y Estados Unidos, lo que representa en valores más de 500 millones de dólares diarios, que a su vez viene siendo el doble de lo que México genera en materia de turismo. A pesar de todo ello, no hemos sido capaces en los últimos años de dotar de preparatoria a jóvenes que lo requieren para enfrentar un futuro con honestidad y certidumbre.
Y es que aunque la ciudad de Nuevo Laredo ha enfrentado sola los retos de la infraestructura estratégica de los últimos tiempos (entre otras cosas construimos un puente internacional de carga con recursos municipales, el único en el país), hay proyectos como los educativos en donde es necesaria la coordinación con el gobierno federal y estatal para su operación.
Por eso, cuando el actual gobierno federal habla de la prevención como un tema prioritario para la nación, la oportunidad para Nuevo Laredo se antoja realizable.
No sólo la construcción y operación de preparatorias, existen muchísimos proyectos de obras y acciones estratégicas que fortalecerían realmente los cimientos de la prevención en nuestra ciudad. Esos proyectos han sido ya presentados desde hace años al gobierno federal para su realización, las preparatorias entre ellos y no ha habido respuesta.
¿Qué falta para que se realicen?
En principio una comunicación efectiva y voluntad de las partes.
El programa que lanzó Peña Nieto en materia de prevención tiene consideraciones muy ambiciosas, prevé que todas las secretarías participantes, las nueve más importantes, deben enfocar y coordinar sus presupuestos en beneficio de la prevención social. Dice que debe ser llevado a cabo por los diversos órdenes de gobierno y la sociedad civil en corresponsabilidad.
Queremos decirle al Presidente, que aquí en Nuevo Laredo estamos listos porque hemos trabajado durante años en tejer esa red entre organizaciones sociales, empresas, universidades, ciudadanía en general y ahora con este gobierno municipal del cambio; que todos tenemos un mismo fin y que lo hemos demostrado: mejorar la calidad de vida en nuestra comunidad, tan importante para la economía del país, tan olvidada de los presupuestos de la federación.
Hace apenas unos años surgió un programa para rescatar de la violencia a Ciudad Juárez: “Todos Somos Juárez” se llamó y sigue siendo un icono para hablar de resultados en materia de prevención.
Se fundaba en la participación ciudadana como estrategia idónea para lograr que presupuestos de los tres órdenes de gobierno se canalizaran coordinada y correctamente en la prevención focalizada.
Hoy, cuando la inversión inteligente se convierte en una herramienta para la supervivencia de las comunidades y la participación ciudadana en una garantía es importante que se aterricen los discursos en acciones y obras específicas.
Hoy, cuando la liga no tiene mucho más que estirar, es obligación de todos y todas trabajar por la prevención en nuestra ciudad.
Hoy Todos somos Nuevo Laredo.
El gobierno ¿tiene la voluntad?
José Leopoldo Lara Puente
Candidato a Doctor por la Universidad Complutense de Madrid, España, Leopoldo Lara Puente es un Notario Público tamaulipeco que se ha distinguido por ser promotor del capital social y del ejercicio de los ciudadanos en las acciones públicas. Fundador de diversas organizaciones de la sociedad civil y empresariales, actualmente es editorialista de un periódico de su localidad, desde donde nos comparte sus propuestas y experiencia ciudadana.
