La formación de “silos” pueden ser un punto ciego de una organización que mina su efectividad y le impide tener la visión sistémica necesaria para moverse hacia la sustentabilidad.
Es muy interesante ver distintas organizaciones, tanto en el sector privado, como gobierno, ONG’s, instituciones académicas, etc., cuyas estructuras y operaciones establecen, e incluso fomentan, la formación de “silos”. Prácticamente todas la organizaciones se han construido alrededor de silos que definen: funciones, productos, servicios, o geografías. Ésta estructura en silos es sana hasta cierto grado pues puede favorecer la innovación, el desarrollo de nuevos productos, la identidad de una marca. Sin embargo, dicha estructura puede formar barreras que resisten cambios estructurales, intelectuales, culturales, y adicionalmente reducen significativamente la resiliencia de una organización. La sustentabilidad es un tema tal cuyos esfuerzos de coordinación toca, entre otras, éstas tres aristas de cambio en las organizaciones.
Trabajando con mineras y con áreas naturales protegidas (ANP’s), he podido observar muy de cerca la complejidad, no sólo del tema medioambiental y social, sino también las similitudes del trabajo en silos en organizaciones cuyo trabajo pareciera tan diametralmente opuesto: la minería y la conservación. Para una empresa minera cuyas operaciones están ubicadas en Argentina, Chile, Bolivia, Perú, México y Estados Unidos, pero las oficinas centrales se encuentran en Canadá, el eliminar los silos para mejorar el trabajo en equipo y con grupos de interés –entre ellos algunas ANP’s-, es un gran reto. Para añadir complejidad, por la naturaleza de su trabajo, las minas normalmente están en sitios completamente apartados. El trabajo de una ANP radica principalmente en la conservación, y su campo de trabajo son áreas que, al igual que muchas minas, están en lugares apartados. El poderse comunicar de forma efectiva y oportuna con su propia organización y con los grupos de interés –entre ellos algunas mineras- es igualmente un gran reto. ¿Qué tienen de interesante los silos y el pensamiento sistémico para mineras y ANP’s?
El enfoque de muchas arquitecturas organizacionales ha sido dictado por una visión desde dentro hacia afuera; del ‘producto’ al ‘cliente final’. Algunas otras organizaciones han entenendido que el cliente final y el problema que trata de resolver es el corazón de lo que ellas pueden ofrecer en forma de producto y/o servicio. Sin embargo, incluso éstas últimas organizaciones no siempre están viendo el panorama completo. Les falta ver sistémicamente que al resolver los ‘problemas’ de los ‘clientes’, también tienen que tomar en cuenta las opiniones de sus grupos de interés. En el mejor de los casos tendrían que involucrarlos. Una dimensión de una visión sistémica que muchas veces pasa desapercibida es el tiempo. Sistémicamente veríamos los alcances de nuestras decisiones y diversos planes estratégicos en el muy largo plazo. Estamos acostumbrados a tener –y me atrevo a decir que en economías latinoamericanas aún más- una visión muy corto-placista.
Consideremos como ejemplo de la sociedad que formaron Coca-Cola y el World Wide Fund for Nature (WWF). Coca-Cola anunció en 2007 en la Cumbre del UN Global Compact su compromiso por no retirar más agua de las cuencas de la que reponen. Poco tiempo después estaban formando una alianza estratégica con WWF para poder acercarse al tema del manejo responsable del agua. Uno de los resultados inmediatos fue que tuvieron la respuesta del 92% de sus 875 plantas embotelladoras alrededor del mundo. “Trabajando solas, las ONG’s no podemos revertir la ola del cambio global. Para ésto tenemos que desarrollar nuevas relaciones con empresas y gobierno, relaciones cuyo impacto está en la misma escala de los problemas que enfrentamos” ~Marcia Marsh, COO WWF, U.S.
Coca-Cola sigue siendo –por muy dañino que sea su producto en términos sociales, de salud y medio ambiente– al igual que las mineras, un agente económico activo, fuerte y con una influencia importante en las economías a nivel mundial. Lo más inteligente, creo yo, es involucrarlos en la conversación de la sustentabilidad. Para las organizaciones que están en directo contacto con empresas cuyas operaciones afectan directamente las propias, y eventualmente a la población en general, el tomar el liderazgo en éstas conversaciones es un imperativo.
Itzel Orozco cuenta con más de 15 años de trayectoria profesional ha desarrollado su práctica de consultoría de negocios y sustentabilidad en Latinoamérica, EE.UU. y Europa. Se ha especializado en dar asesorías y entrenamientos en liderazgo y estrategia de negocios con el enfoque en sustentabilidad.
Itzel ha impartido y facilitado multiples talleres y seminarios en temas de liderazgo, sustentabilidad, innovación, emprendedurismo, responsabilidad social corporativa; también ha impartido clases de Empresas Sustentables en la Universidad Iberoamericana y en la Universidad Anáhuac.
Itzel cuenta con MBA de la Universidad de Oregon, con una maestría en Liderazgo Estratégico hacia la Sustentabilidad por el Blekinge Institute of Technology en Suecia y cuenta con una licenciatura en Economía (Honores) por la Universidad Tecnológica de México. Actualmente radica en la Ciudad de México.