Supermercados y otros negocios que ofrecen bolsas de plástico al consumidor comenzaron a temblar, luego de que entraron en vigor las reformas a la ley de Residuos Sólidos del Distrito Federal.
Y es que ésta busca transformar uno de los principales emisores de contaminantes de una ciudad, cuyos ciudadanos emplean un promedio de 6 bolsas de plástico a la semana, de acuerdo con datos del Instituto Mexicano del Plástico.
Así, la reforma obliga a sustituir las bolsas plásticas que los supermercados obsequian a sus clientes, por otras biodegradables, en un plazo de 12 meses. En primera instancia, todo parece estar bien, pues se trata de una medida que muy difícilmente podrá ser criticada o que alguien se atrevería a rechazar abiertamente.
Sin embargo, uno no puede más que preguntarse si existirán las condiciones para su aplicación en México. Primero, ¿existe la tecnología en el país, para que esta situación sea satisfactoria?, ¡realmente es la solución definitiva para contribuir con la restauración del medio ambiente?
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