Es bien sabido que cuando decidimos decir «hola» a las redes sociales, también nos despedimos de la privacidad y dimos la bienvenida a decenas de transformaciones y problemas sobre el uso de datos personales con fines principalmente comerciales. No importa cuántos textos copies de los muros de tus amigos para decirle Facebook que tus datos no le pertenecen, el hecho es que una vez en la red tu información deja para siempre la seguridad de las sombras y se vuelve pública, la has cedido de forma voluntaria y no hay forma de que puedas medir o controlar su alcance.
La razón por la que esto suena aterrador es porque en realidad lo es; el mundo digital ha crecido tan rápido que la mayoría de las personas nos hemos quedado atrás en el proceso de entender sus transformaciones y adaptarnos a ellas. Regalamos a las empresas el acceso a toda nuestra información personal y luego nos quejamos de que la utilizan con fines lucrativos, nos sentimos cómodos interactuando a través de la computadora o cualquier otro dispositivo, pero también hemos olvidado que al otro lado de la conversación existen un ser humano.
De ninguna forma esto significa que debemos ver las nuevas tecnologías como un arma dispuesta a terminar con la humanidad como la conocemos, más bien se trata de herramientas que debemos aprender a utilizar adecuadamente con el fin de aprovechar todo su potencial, evitando que la falsa sensación de seguridad y anonimato que su entorno puede ofrecernos se convierta en la trampa perfecta para que nuestra vida entera sea repentinamente de dominio público.
Si todavía te quedan dudas y estás seguro de que la configuración de tus perfiles sociales es completamente privada, será mejor recordarte que lo que ahí publicas se convierte en un tesoro resguardado en una caja fuerte con suficientes puertas y ventanas para que cualquier persona pueda dar un vistazo y prueba de ello es esta campaña.
¿Cómo afecta esto a las nuevas generaciones?
Si bien es cierto que, al nacer en un mundo digitalizado, miles de niños y jóvenes tienen mayor habilidad para manejar las nuevas tecnologías, también lo es que enseñarles a utilizar estas herramientas con responsabilidad es un deber de los adultos, quienes hay que decir todavía no parecen comprenderlas a fondo. ¿Acaso no es bastante común encontrarte con padres que presumen a sus bebés en redes sociales?
De acuerdo con un estudio realizado por Nominet, tan sólo en Reino Unido los padres publican cerca de 200 fotografías de sus hijos pequeños cada año, lo que significa que un niño contará con alrededor de mil imágenes suyas en línea para cuando cumpla cinco. Entre todo ese material, seguramente podrán contarse un par de fotografías del menor antes de nacer, un par de desnudos de bebé, uniformes y otros indicadores del lugar en el que estudian, sus nombres completos e incluso momentos con otros niños.
Esto quiere decir que, para cuando esa generación alcance la edad adulta, difícilmente habrá elementos de su vida que sean realmente privados. Algunos países como Francia y Reino Unido ya han comenzado a emprender esfuerzos por regular esta situación por lo que en el futuro muchos padres podrían ser demandados por la forma en que manejan los datos de sus hijos en línea.
Desafortunadamente dichas regulaciones solo bastan para hacer frente al problema actual, ¿estamos haciendo lo necesario para que los adultos del futuro hagan uso responsable de las redes sociales?
Cuándo y cómo enseñar a tu hijo…
Si estás preguntándote qué edad es oportuna para enseñar a tu hijo cómo hacer un uso responsable de las nuevas tecnologías, la respuesta sin duda es: tan pronto como comience a utilizarlas, ya que aunque existen regulaciones que protegen principalmente la seguridad infantil en línea, el territorio digital por el momento es prácticamente incontrolable.
Investigaciones recientes en Nueva York han encontrado que algunas de las grandes empresas de entretenimiento infantil como Nerf, Nickelodeon y Mattel podrían haber estado recopilando información no autorizada de los niños a través de los juegos en sus sitios web; por lo que incluso Barbie, Dora la exploradora y otros personajes podrían estar espiando a tus hijos mientras navegan en línea.
Según declaraciones del procurador general de Nueva York, Eric Schneiderman, retomadas por Consumerist, aúnque dichos servidores cuentan con el apoyo de servicios capaces de proteger la confidencialidad de los datos recogidos, estas empresas enfrentan problemas por recopilar información sobre menores sin previa autorización de los padres.
«Muchos de los sitios de los juguetes más populares están llenos de tecnología que podría estar dando seguimiento a cada movimiento de los niños», destacó el procurador.
5 consejos para prevenir estos riesgos
1. Aprende a utilizar las mismas tecnologías que tus hijos, no te desconectes de su entorno.
2. Utiliza contraseñas seguras y cámbialas con regularidad; cuando llegue el momento querrás que ellos tengan este mismo hábito.
3. Así como les has enseñado a no hablar con extraños, asegúrate de que sepan que no tienen por qué aceptarlos en redes sociales.
4. Tus hijos deben saber que subir fotografías de otros sin su consentimiento no es gracioso y claro, que nadie debe publicar información suya sin permiso.
5. Recuérdale la importancia de contar con una cuenta de correo electrónico para utilizar en sitios que considere poco seguros, como aquellos que le permiten jugar en línea y enséñalo a no utilizarla para ninguna otra actividad.
