Aunque el gasto en salud ha aumentado en la última década, el incremento no se ha reflejado en la mejora al acceso ni en la calidad de los servicios, plantearon especialistas.
Evelyne Rodríguez, investigadora del departamento de Políticas de Salud del Hospital Infantil de México Federico Gómez, expuso que en la última década se duplicó el presupuesto con un promedio de 229 millones más al año, sin embargo sólo han servido para reducir 3 puntos porcentuales el gasto privado en salud.
«No ha sido eficientemente bien usado el gasto. Lo hemos subido, pero tenemos pocos resultados en relación a la protección de la salud y gasto de bolsillo, que fueron las principales motivaciones para crear el Seguro Popular», aseguró.
Durante su participación en el Panel de discusión: «Salud pública y equidad», convocado por la Universidad Iberoamericana, la especialista señaló que a los resultados insuficientes se suma la falta de transparencia en los servicios, pues no se puede saber ni siquiera cuántas recetas se surten en el IMSS o en el Seguro Popular.
México gasta en salud un promedio de 997 mil millones de pesos anuales, que representa el 6.2 por ciento del PIB, de los cuales 49 por ciento es de gasto de bolsillo de las personas y 48 por ciento gasto público.
«Cabe hacer hincapié que el 80 por ciento del gasto de medicamentos es privado en México, lo que representa el mayor gasto de bolsillo y de medicamentos de los países miembros de la OCDE», destacó.
A pesar de los esfuerzos por ampliar la cobertura, en los últimos 10 años, lo que más ha crecido es la población sin seguridad social, alrededor de 140 por ciento, aseguró.
El Estado aporta diferente por cada régimen, para la gente sin seguridad social 2 mil 700 pesos per cápita, para el IMSS mil 500, para el ISSSTE 5 mil 500 y a Pemex 20 mil.
«Todos los indicadores de resultados indican que aún hay 21 por ciento de la población sin seguridad social, la diferencia de gasto no justifica los resultados en salud. Dentro de la reforma tenemos que hablar de eficiencia y eficacia de gasto», planteó.
La economista aseguró que la estructura dual del financiamiento de los seguros de salud genera incentivos perversos a la informalidad.
Por otra parte, Enrique Valencia, investigador de la Universidad de Guadalajara, señaló que es urgente apuntar hacia la eficiencia económica y eficacia social con un sistema de salud financiado con impuestos generales.
Además, dijo, se requiere un solo sistema y al menos duplicar el gasto en salud.
«Esto representaría duplicar de manera paulatina la inversión en salud, del 1.5 del PIB que se pretende alcanzar, hasta un 3 por ciento», dijo.
El especialista propuso suspender el incremento de ventajas, costos de pensiones y sistemas de salud para legisladores y una inversión paulatina en infraestructura y personal médico.
«Lo ideal sería lograr una portabilidad en los derechos hasta llegar a una regla de atención obligatoria a largo plazo, donde cualquier ciudadano sea atendido en cualquier institución», expuso.
Para lograr esto se requiere una integración paulatina del sistema, primero financiera pago de servicios por portabilidad, pero luego en un fondo único, explicó.
Agregó que es necesario integrar la provisión cuando los servicios sean comparables como en el caso de el IMSS, ISSSTE y Seguro Popular y la integración de regímenes especiales como Pemex.
Fuente: Reforma.