Desde hace algunos años, el mundo tuvo la certeza de colocar su atención en el mal de nuestro tiempo, es decir, en el cambio climático. Los especialistas fueron finalmente escuchados al afirmar que las consecuencias de este pueden ser verdaderamente devastadoras.
Ante ello, el 12 diciembre de 2015, en la COP21 de París, las Partes de la CMNUCC alcanzaron un acuerdo histórico para combatir el cambio climático y acelerar las acciones e inversiones necesarias para un futuro sostenible con bajas emisiones de carbono al que llamaron el Acuerdo de París.
El Acuerdo de París hace que todos los países tengan una causa común para emprender esfuerzos ambiciosos para combatir el cambio climático y adaptarse a sus efectos, con un mayor apoyo para ayudar a los países en desarrollo a hacerlo.
Como tal, traza un nuevo rumbo en el esfuerzo climático mundial.
Con la alianza y apoyo de 195 países que acordaron integrarse y hacer todo lo posible respecto al tema, hubo uno que se unió y posteriormente (bajo órdenes de un nuevo mandatario) decidió que no era tan buena idea.
El Acuerdo de París entró en vigor el 4 de noviembre de 2016 durante el mandato del expresidente Barack Obama, sin embargo, aproximadamente dos meses después, Donald Trump estaba subiendo al poder presidencial con ideas totalmente distintas sobre dicho acuerdo.
Trump y el Acuerdo de París
Sin importar que EE.UU se considera el segundo país que más contamina en el mundo, Donald Trump tomó la bandera de la incredulidad constante sobre el cambio climático desde hace años, incluso antes de siquiera ser candidato a la presidencia, por lo tanto no fue una sorpresa su posición frente al Acuerdo de París.
Él considera que el cambio climático no es ningún factor de alarma, al contrario, afirma que «es simplemente un invento de los chinos para desestabilizar la economía estadounidense».
El mandatario también llegó a descalificar el interés de Barack Obama sobre el tema, comentando en su cuenta de twitter:»El presidente Obama estuvo terrible esta noche en @60minutes. Dijo que el cambio climático es lo más importante, ¡no los desastres actuales!”.
Así que para el día que tomó el cargo de presidente de EE.UU, Trump afirmó que terminaría con todas aquellas iniciativas a favor del medio ambiente realizadas por el expresidente Obama y con el Plan de Acción Climática, lo que tuvo graves y diversas consecuencias.
Cuando Trump anunció por primera vez sus planes, retrasó el progreso global en la reducción de emisiones en un momento crítico.
Ante esto, Anne Kelly, vicepresidenta de asuntos gubernamentales de la organización sin fines de lucro Ceres, comentó que Estados Unidos fue una parte vital del Acuerdo de París debido a que su liderazgo establece un ejemplo realmente importante para que otros lo sigan como uno de los principales contribuyentes de las emisiones de gases de efecto invernadero, y como un país que está tan bien equipado para poner en práctica objetivos y metas y leyes y regulaciones que reducirían las emisiones. Por lo tanto, la libertad bajo fianza fue profundamente irresponsable, ya que…
El retiro de EE.UU. podría desencadenar la deserción de algunas de las otras naciones que se incluyeron en el pacto global.
Expertos en el tema también califican a esta decisión un error garrafal para el país, porque este se quedaría atrás y perdería prosperidad en la transición que busca una economía sin emisiones. Ante ello, empresas intentaron convencer a Trump de que cambiara de opinión, incluidos los directores ejecutivos de corporaciones como Dow Chemical Company, Morgan Stanley e incluso Exxon.
No obstante, Trump dijo que seguiría adelante, argumentando en contra de la evidencia de que el Acuerdo de París era malo para la economía. Según él, su cumplimiento le costaría a Estados Unidos 3 billones de dólares y 6,5 millones de empleos en los próximos 10 años, limitando al mismo tiempo la productividad de la industria automovilística y la explotación de carbón.
We are Still In
Frente a tal situación, cientos de empresas, junto con líderes estatales y municipales, se comprometieron a tomar medidas a través de un grupo llamado We Are Still In, una declaración conjunta de apoyo a la acción climática, firmada por más de 3.900 directores ejecutivos, alcaldes, gobernadores, líderes tribales, presidentes de universidades, líderes religiosos, ejecutivos de atención médica y otros.
We Are Still In solo planeaba ser una pequeña carta de firma, pero terminó convirtiéndose en un movimiento importante.
Creo que la fuerza de ese movimiento probablemente también envió una señal importante a nuestros aliados globales de que la gente de los Estados Unidos es diferente a su presidente en lo que respecta al compromiso de París.
Anne Kelly, vicepresidenta de asuntos gubernamentales de la organización sin fines de lucro Ceres.
Sin embargo, esto fue de poca importancia para Trump, por lo que hace tres años inició un proceso para retirarse del Acuerdo de París, y hoy ha llegado la fecha en la que Estados Unidos puede hacerlo oficialmente: el 4 de noviembre, el día después de las elecciones.
Estados Unidos se retiraría hoy del Acuerdo de París
Si bien hoy es el primer día en que la administración puede retirarse oficialmente, no necesariamente tiene que hacerlo.
Si Trump alcanza la victoria, es posible que la abstinencia no dure mucho, pero con el triunfo de Joe Biden y sus compromisos a favor del medio ambiente y la acción climática, quizá exista una esperanza.
Es de relevancia comentar que el Acuerdo de París ha generado un avance significativo actualmente:
- Más de 160 ciudades, junto con 10 estados, tienen metas de energía 100% limpia.
- Uno de cada tres estadounidenses vive ahora en una ciudad o estado comprometido con la electricidad de cero emisiones.
- Más de 180 empresas, desde Nike y Microsoft hasta Walmart y Tyson Foods, se han comprometido a reducir las emisiones de acuerdo con los objetivos del Acuerdo de París de limitar el calentamiento a 2 grados Celsius o, incluso más ambiciosamente, a 1,5 grados.
Aun así, será difícil mantenerse encaminado hacia el objetivo original de EE. UU. En virtud del Acuerdo de París: reducir las emisiones entre un 26% y un 28% para 2025 en comparación con los niveles de 2005, sin apoyo federal.
«Muchas empresas, ciudades y estados ya han establecido sus propios objetivos agresivos y están haciendo un trabajo tremendo para descarbonizar los sectores del transporte y descarbonizar el sector de la construcción, y para establecer sus propios objetivos y comprar grandes cantidades de energía renovable, pero sin implementar una política climática federal para toda la economía, será casi imposible alcanzar las metas y avanzar hacia una economía de energía limpia», comenta Anne Kelly.
Con Donald Trump en el poder, la acción federal seguirá retrocediendo. Y aunque casi todos los demás países del mundo son parte del Acuerdo de París, y países como China y Japón se han fijado recientemente metas para convertirse en carbono neutral, sin que EE.UU. se mueva rápidamente, es posible que el mundo no pueda reducir las emisiones lo suficiente como para evitar los peores impactos del calentamiento global.
En este momento, Joe Biden es sinónimo de dejar esta gran posibilidad de retiro atrás y volver a unirse el acuerdo, aunque será un desafío recuperar el terreno perdido y tendrá que volver rápidamente al siguiente paso, en el que se espera que cada país aumente la ambición de su original compromiso.
El cronograma es corto, el mundo necesita reducir las emisiones aproximadamente a la mitad para 2030 para mantenerse en el camino correcto.
Los efectos del cambio climático en incendios forestales, huracanes y otros fenómenos meteorológicos extremos ya son obvios.
Si no se toman medidas durante los próximos cuatro años, está comenzando a fijar la realidad de que vamos a seguir viendo que el daño se produce y, en algún momento, se vuelve irreversible. Y aprobar leyes lleva tiempo, y luego implementarlas lleva tiempo. Así que no puedes decirlo con suficiente fuerza. Tan pronto como actuemos, mejor estaremos. Y el costo de la inacción será profundo.
Anne Kelly, vicepresidenta de asuntos gubernamentales de la organización sin fines de lucro Ceres.
Aunque hasta el momento ya existen cifras que demuestran que Biden va a la cabeza en algunos estados y otros en donde Trump parece ser el favorito, hasta el momento aún no se tiene una respuesta definitiva sobre qué nos depara en temas relacionados con el medio ambiente y el planeta.
