¡Oh, mi yo! ¡oh, vida! de las preguntas que vuelven,
Del desfile interminable de los desleales,
de las ciudades llenas de necios,
De mí mismo, que me reprocho siempre.
De los ojos que en vano ansían la luz,
de los objetos despreciables, de la lucha siempre renovada,
De lo malos resultados de todo, de las multitudes
afanosas y sórdidas que me rodean,
De los años vacíos e inútiles de los demás,
yo entrelazado con los demás,
La pregunta, ¡Oh, mi yo!, la pregunta triste que vuelve
– ¿qué de bueno hay en medio de estas cosas, Oh, mi yo, Oh, vida?
Respuesta
Que estás aquí – que existe la vida y la identidad,
Que prosigue el poderoso drama,
y que puedes contribuir con un verso.
Los amantes del cine recordarán en estos versos de Whitman, a Robin Williams en su rol del profesor Keating en La sociedad de los poetas muertos; en la cinta, como parte de una de las escenas más inspiradoras, el maestro de literatura les susurra este poema a sus alumnos con el afán de impulsarlos a tener hambre y a abrirse paso en la vida.
Robin Williams fue hallado sin vida hoy en su hogar al norte de California; el comediante de 63 años, quien hiciera tantas películas emotivas, irónicamente se suicidó tras perder la batalla contra la depresión y una aparente dependencia de drogas y alcohol.
Sería fútil y morboso tratar de hallar las causas personales que motivaron el hecho y no nos corresponde juzgar la decisión del actor; es más digno y mejor homenaje recordarle como el ser humano que dibujó millones de sonrisas, e impulsó a muchos a ir más allá de sus limitaciones diarias, a través del poder de sus papeles profundamente humanos, sociales y emotivos.
Williams fue un artista que gustaba de involucrarse en roles donde la ética, la responsabilidad y la moral lucían determinantes. Quizás el éxito más sonado y por el que muchos le recuerdan, sea el ya citado, La Sociedad de los Poetas Muertos, donde encarnaba a un catedrático revolucionario en una universidad dogmática y demasiado cerrada para aceptar a los librepensadores sociales. Una verdadera oda a la rebeldía indómita del espíritu humano que se sintetizaba en la inmortal expresión Carpe diem o aprovecha el día.
Posteriormente y entremezclados con la comedia, el actor continuaría representando varios roles emocionales, como el del terapeuta Sean Maguire en Mente indomable; un siquiatra que se ayuda a sí mismo a recuperarse de la pérdida de su esposa al atender médicamente a un joven desubicado pero de gran talento. Esta interpretación le valdría el Oscar en 1997.
En Patch Adams, Robin Williams volvió aún más famoso al célebre doctor de la risa. Recordemos que en los días en que esta historia se desarrolla, el humor como parte del tratamiento, propuesto por Adams, era considerado incluso ilegal. Años mas tarde, algunas ONG adoptarían su filosofía para desarrollar su labor social en hospitales. El papel de Williams fue para muchos, una ventana a la noble labor del médico.
Como un robot en El hombre bicentenario, y con una historia de Isaac Asimov, el histrión mostró al mundo que no se requería ser humano para sufrir discriminación, y que los hombres simplemente rechazamos en ocasiones lo que no alcanzamos a comprender.
Con la Señora Doubtfire, el polivalente actor llevó a la pantalla la historia de un padre que se adueña del rol de una mujer para estar cerca de sus hijos, de quienes ha perdido la custodia legal; de manera sorpresiva, es en este cambio con implicaciones de equidad, que el personaje halla no solo la paz emocional sino el éxito en su carrera profesional, fracasada hasta ese momento.
Robin Williams es uno de los muchos personajes famosos que mostraron signos de Trastorno por Déficit de Atención (ADD), sin embargo utilizó esa característica para llevar la risa a los que más la necesitaban. «Sólo te dan una pequeña chispa de locura. No hay que perderla», dijo Williams.
A lo largo de su carrera, el actor apoyó a muchas organizaciones en diferentes ocasiones, como American Foundation for AIDS Research, Amnesty International, Comic Relief, Doctors Without Borders, LIVESTRONG, Muhammad Ali Parkinson Center, UNICEF, por citar solo algunas entre una gran cantidad.
El presidente Obama se refirió así hoy de él: «Robin Williams era un aviador, un médico, un genio, una niñera, un presidente, un profesor, un bangarang Peter Pan y todo lo demás que hay en el medio.»
Este fue Robin Williams; un actor y un ser humano que, a lo largo de su vida, supo conmover y llevar a su audiencia, de la risa al drama y de vuelta.
De modo que hoy, no queda mas que rendir tributo a su talento y agradecerle el legado.
¡Oh capitán! ¡Mi capitán! Nuestro espantoso viaje ha terminado,
la nave ha salvado todos los escollos, hemos ganado el anhelado premio,
próximo está el puerto; ya oigo las campanadas
y el pueblo entero que te aclama…
Luis MaRam
MBA, especializado en Marketing Digital, Luis Maram es especialista en engagement marketing, marketing de atracción y RSE. Ha sido profesor y ponente en múltiples conferencias de marketing. Actualmente es Director de Marketing y Media en Expok, coordinando la estrategia de contenidos de la empresa. Su pasión por el multifacético fenómeno de la comunicación lo ha llevado a publicar en diferentes medios especializados de negocios como la revista ISTMO del IPADE, Entrepreneur, Mundo Ejecutivo, WOBI y NEO.
Así es, personajes que siempre invitaron a la reflexión y que dejaron mensajes importantes.