Prevé experto uso de tácticas tecnológicas si no se logra un pacto en cumbre de México
De no alcanzarse ningún acuerdo en la Cumbre Climática de la ONU, que se realizará en México a finales de año, se corre el riesgo de que los países desarrollados quieran aplicar soluciones tecnológicas particulares que pueden perjudicar a todo el planeta, advirtió Pat Mooney, director ejecutivo del Grupo ETC.
En entrevista con Reforma, el experto en biodiversidad agrícola que presentó hace unos días su renuncia al comité asesor de la FAO sostuvo que la Convención de Naciones Unidas sobre Cambio Climático será la última oportunidad para establecer un acuerdo multinacional.
«Pondrán como pretexto que como no se alcanzó ningún acuerdo -mismo que ellos boicotean-, se podrán aplicar soluciones tecnológicas o el llamado Plan B, como inyectar en la estratósfera partículas de sulfato, para crear un paraguas que impida la entrada de rayos solares o verter nanopartículas para fertilizar los océanos y transformar sus estructuras vivas para que absorban más bióxido de carbono», expuso.
Mooney planteó que después del fracaso de Copenhague, donde se pedía a los países industrializados un cambio en su estilo de vida y en su producción industrial, algunas naciones ven más barato aplicar esas teorías que cambiar de fondo.
«Lo único que no ocultan los científicos que promueven estas tecnologías es que tendrán efectos tremendos sobre la flora, fauna y ecosistemas, pues el efecto de las partículas es tóxico para los seres humanos, se sabe que podría provocar la muerte prematura de millones de personas, pero ponen como pretexto que vivimos una crisis», criticó.
El premio Right Livelihood (conocido como Premio Nobel Alternativo), que otorga el Gobierno Sueco, externó que el impulso de la biotecnología y el control corporativo de las semillas pone en «peligro» al mercado de alimentos mundial.
«Por la biotecnología y el control corporativo, la situación del mercado de alimentos es muy peligrosa. Cuando comencé a trabajar hace 30 años en el tema de las semillas había más de 7 mil empresas semilleras que no controlaban ni el uno por ciento del mercado, ahora hay 10 empresas que controlan dos tercios de todas variedades que se comercializan», afirmó.
El autor de varios libros sobre biotecnología y biodiversidad sostuvo que si el uso de la biotecnología llega a extenderse más sobre el mercado de alimentos, habrá un gran poder corporativo sobre un sector clave.
«Solo cuatro empresas tienen el control del 90 por ciento de las semillas desarrolladas con biotecnología, que son parte de las 10 que controlan todo el mercado», argumentó.
Hace tres décadas, expuso, se trabajaba con 125 cultivos o semillas, ahora son prácticamente cinco las variedades que les interesan por los carbohidratos: soya, trigo, maíz, arroz y papa.
Defienden cultivos
El Grupo ETC es una organización civil que monitorea el impacto de las nuevas tecnologías en áreas rurales.
La encabeza Pat Mooney, especialista en biotecnología y la biodiversidad.
En 1985, Mooney recibió el premio Right Livelihood (conocido como Premio Nóbel Alternativo) que otorga el Parlamento Sueco.
Grupo ETC tiene su sede en Canadá, pero cuenta con oficinas en Estados Unidos y México, y trabaja con organizaciones afines en todo el mundo.
Mooney renunció al comité asesor de la FAO en febrero pasado, a unos días de la Conferencia sobre Biotecnologías Agrícolas que se realizó en Guadalajara.
Puede leer la nota completa dando Click sobre la imagen para ampliar