Desde que Andrés Manuel López Obrador se estaba postulando como presidente de la República, aseguró que, de ganar, una vez en la silla presidencial comenzaría la construcción de la Refinería en Tabasco. La promesa poco a poco se hace realidad, aunque eso podría no ser lo mejor para México… ni para nuestro planeta.
La ausencia de un estudio oportuno para verificar y mitigar el posible impacto ambiental del desarrollo de este proyecto, pronto se ha hecho evidente.
Con el argumento de que es información reservada, Petróleos Mexicanos (Pemex) ha ocultado el alcance estimado que tendrán los impactos ambientales que deriven de la construcción de la Refinería de Dos Bocas en Paraíso, Tabasco.
La Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), por su parte, dio a conocer una versión pública de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), que Pemex promueve frente a este organismo; mismo que está descentralizado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Dicho manifiesto reconoce que la refinería a ubicar en el minucipio de Paraíso, Tabasco, tendrá impactos negativos sobre factores ambientales como el agua, aire, fauna, suelo, vegetación y la geomorfología del sitio. Incluso habla de que impactará de forma negativa el consmo de agua de la población y generará emisiones contaminantes mayores.
El alcance de todos estos impactos ha sido clasificado como reservado; por lo que la población no puede acceder a ellos.
“Dentro de los impactos se identificaron: Alteración de la calidad del agua pluvial. Modificación de las escorrentías que conducen aguas pluviales. Alteración de la calidad del agua pluvial que se infiltra al subsuelo Consumo de agua; generación de emisiones contaminantes y partículas suspendidas en el aire Generación de ruido”.
Manifestación de Impacto Ambiental
El documento detalla que las actividades que causan los efectos más importantes son; el desmonte, despalme y las actividades de mejoramiento de suelo afectando directamente los factores ambientales Agua, Aire, Suelo, Geomorfología, Vegetación y Fauna.
La Refinería contará con 17 plantas de proceso y 17 infraestructuras de servicio, con las cuales se busca procesar 340 mil barriles por día de crudo para incrementar la producción nacional de gasolina y diésel con 172.2 miles de barriles diarios (MBD).
Con la construccion de esta refinería, el gobierno busca producir 125 miles de barriles diarios de diésel de ultra bajo azufre; 9.38 (MDB) de Propileno. El predio del proyecto tendrá una superficie de 704.34 hectáreas en el municipio de Paraíso en Tabasco.
Daños a la población
La construcción de la refinería va a alterar la calidad del agua que se utiliza para consumo humano de la población, además generará emisiones de gases o partículas contaminantes que afectarán la calidad del aire de forma permanente a lo largo de 20 años, y ocasionará un efecto adverso en la fauna incidiendo en el desplazamiento de más de seis mil ejemplares.
Los impactos ambientales fueron reportados en la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) que Petróleos Mexicanos (Pemex) presentó ante la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) para obtener la autorización de impacto ambiental.
De acuerdo con la MIA que se encuentra en revisión ante la ASEA, el predio donde se construirá la Refinería presenta un alto riesgo al impacto de fenómenos naturales como peligro por erosión de la playa, riesgo sísmico, peligro volcánico y peligro por inundación.
El área del proyecto está sujeta a riesgo alto por inundación marina, riesgo alto por inundación fluvial, riesgo muy alto por inundación causado por marea de tormenta, y riesgo muy alto por erosión causado por oleaje de alta energía», advirtió.
La ASEA reconoce que las obras alterarán la calidad del agua de consumo humano, la calidad del agua que se infiltra al subsuelo y la calidad del agua de lluvia.
«Ya que el predio se encuentra cercano a un cuerpo de agua intermitente, la construcción de cimentaciones, edificios y la colocación de concretos hidráulicos serán una barrera permanente en la infiltración debido al cambio de las condiciones edafológicas, así como en la dirección y velocidad del flujo hidrológico superficial. La modificación de las escorrentías que conducen las aguas pluviales será permanente una vez que se construyan las plataformas sobre las que se desplantarán las plantas de proceso y de servicio», explicó Pemex en la MIA.