El informe Panorama Laboral 2012 para América Latina y el Caribe muestra que la tasa de empleo es de 71.4 para hombres y de 49.8 para mujeres
Los altos niveles de informalidad en México, en especial entre jóvenes, implican un riesgo de colapso para el mercado laboral, alertó Elizabeth Tinoco, directora de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para América Latina y el Caribe.
Difundió que, según datos de este año, seis de cada 10 mexicanos no tienen condiciones de formalidad en el trabajo, con acceso a seguridad social, cifra por encima de los cuatro de cada 10 a nivel regional.
Entre jóvenes la situación es peor, por lo que Tinoco confió en que se estén haciendo las modificaciones adecuadas a los marcos legales, pues de lo contrario la situación traerá problemas al País.
«Se va a ver a futuro, ahorita lo que hay que aprovechar es el bono demográfico. Si no se aprovecha esta oportunidad, con una mayor y más dinámica incorporación de los jóvenes en el mercado laboral, vamos a perder el tren, vamos a perder la oportunidad y luego el sistema va a colapsar.
«Creo que uno de los planteamientos de la reforma laboral y del Pacto por México tiene que ver con la articulación y la consolidación no solamente del tema de la seguridad social, sino de un sistema de protección social que articule de verdad todos estos componentes que tienen que ver con la pensión, con los sistemas de derecho asistenciales, la política de salarios mínimos, el seguro de desempleo, etcétera; es decir, que haya un sistema articulado de protección social, si no, hay un riesgo de colapso», afirmó en entrevista.
Tinoco dijo que para mejorar la productividad del País hay que dar oportunidades a los jóvenes, fortalecer el tránsito de la escuela al trabajo, darles capacitación y crear políticas firmes de otorgamiento de créditos para que puedan ser emprendedores.
El Panorama Laboral 2012 de la OIT muestra que México es el país de la región con una menor tasa de desempleo entre la juventud, de 9.5 por ciento, cuando el promedio es de 14.3.
No obstante, esa tasa sigue siendo más del doble respecto de la de los adultos, que es de 3.8 en el País, y la participación apenas llega a 44.2 por ciento, contra 49.7 del promedio entre los países de la región.
A decir de la funcionaria, el impulso al mercado laboral formal también es indispensable para contribuir a reducir la desigualdad, que es otro de los retos en América Latina.
Las mediciones de salario mínimo real ponen a México como el País con peor desempeño, estancado mientras en el subcontinente creció 6.9 por ciento en un año. Sin embargo, Tinoco precisó que ello no necesariamente se traduce en niveles de pobreza, pues menos de 10 por ciento de trabajadores gana un salario mínimo.
La particularidad de México, agregó, es que más bien es fijado como referente para otros indicadores, como multas, pensiones y un total 320 normas legales de las cuales habría que liberarlo.
«El hecho de que el salario mínimo haya aumentado tan sólo 1.5 por ciento este año, a diferencia de otros países como Brasil, que ha aumentado 9 por ciento, o Panamá, que lo ha aumentado 10.5 por ciento, no es un indicador, en el caso de México, de una precariedad en términos de la relación con la disminución de la pobreza.
«Se crea esta dualidad o triplicidad de salarios; hay salarios y salarios, entonces es una complejidad que hace muy difícil y muy cuesta arriba el incremento de los salarios en México.
«Si se avanza en un proceso de mayor independencia y mayor desarticulación del salario mínimo de todas estas disposiciones, podrá ser un instrumento mucho más vigoroso de redistribución del ingreso y podrá estar articulado a los incrementos y a los niveles de productividad», señaló.
Tinoco consideró que México, al igual que se observa en la región, va en el camino correcto a mejorar la calidad del trabajo y, con ello, las condiciones de vida de la población.
Reporta OIT trato desigual hacia mujeres
Aunque cada año se observa una mejoría en la igualdad de participación laboral entre hombres y mujeres, la diferencia sigue siendo mayor de 20 puntos porcentuales, estimó la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El informe Panorama Laboral 2012 para América Latina y el Caribe muestra que la tasa de empleo es de 71.4 para los hombres y de 49.8 para las mujeres, mientras que en México la diferencia es más acentuada, con 76.2 para el sector masculino y 47.5 del femenino.
Sin embargo, el desempleo en el País afecta a ambos grupos por igual pues, a diferencia de otras naciones, el nivel es de 5.9 por ciento generalizado.
En la evolución del desempleo en el último año en toda la región, donde hubo una disminución de 0.3 por ciento, quienes se vieron más beneficiadas fueron las mujeres, excepto en México.
Elizabeth Tinoco, directora regional de la OIT, aseguró en entrevista que sí se está avanzando en materia de igualdad de oportunidades entre sexos, pues la mayoría de países, incluido México, han ratificado el Convenio 111, relativo a la no discriminación, lo que implica elevarlo a nivel de ley.
Sin embargo, reconoció que el problema de las mujeres no está sólo en conseguir un trabajo, sino en las remuneraciones y en el hecho de que combinan trabajo remunerado con actividades domésticas, lo cual las pone en desventaja.
Hay dificultades de distinto orden, y una de ellas tiene que ver con políticas que reconcilien mejor la relación trabajo-familia. Recordemos que la mujer en América Latina es jefa de familia, la que tiene esta multiplicidad de roles importante y que en muchos casos no puede conciliar debidamente, y es por ello que su incorporación al mercado laboral se ve afectada.
«Además de que todavía en buena parte de los países, la remuneración por igual trabajo de la mujer es inferior a la remuneración por igual trabajo de los hombres. Entonces (contra) esa cultura de ilegalidad en términos de remuneración y trato, todavía hay que seguir tomando medidas mucho más efectivas», señaló.
Uno de los temas especiales del informe presentado este año es sobre el empleo entre mujeres rurales, que ha aumentado 45 por ciento en dos décadas.
Particularmente en México, la participación femenina creció a más del doble; sin embargo, al igual que ocurre con los hombres del campo, la mayoría ya no se ocupa en actividades relacionadas con la agricultura.
Las mujeres que sí se han empleado como campesinas, que son menos de 20 por ciento, lo han hecho por un aumento en la necesidad de cosechar productos de exportación.
El informe indica que las estimaciones de este tipo de trabajo son complicadas en áreas como el café, porque además de que se trabaja sin contrato, son los hombres quienes hacen el trato con los patrones.
Debido a que acuerdan cubrir una cuota, terminan siendo ayudados por sus familias, y ese trabajo de mujeres y menores es invisible.
Fuente: Reforma