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Este acontecimiento ha hecho que varias regiones, en vez de lograr mejoras, enfrenten nuevas problemáticas que los alejan de dichos objetivos.
La Unión Europea está «seriamente preocupada» por el impacto que la crisis económica y financiera internacional puede tener en los países de África, Caribe y Pacífico (ACP) y en sus intentos por cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio, según la declaración conjunta que los ministros de ambas regiones emitieron este viernes tras una reunión de dos días en Bruselas.
Al término del encuentro, el comisario europeo en ejercicio para Ayuda Humanitaria y Desarrollo, Olli Rehn, recordó en rueda de prensa que los países en desarrollo están siendo «fuertemente golpeados» por la recesión y puso como ejemplo el continente africano que, tras varios años con un crecimiento continuado del 5%, se prevé que este año apenas alcance un 0,8%.
El ministro de Exteriores y Comercio de Islas Salomón y presidente de los ACP, William Haomae, advirtió de que los efectos de la crisis dejan «poco margen de maniobra» a los países de esta región, ya afectada fuertemente por la pobreza y la hambruna.
Haomae también celebró la «nueva dinámica» introducida por la comisaria de Comercio, Catherine Ashton, y subrayó la necesidad de una mayor «flexibilidad» para con los países ACP y que «ningún país quede debilitado» tras la conclusión de los acuerdos de asociación en curso de negociación.
Parte de «la solución» a los efectos de la crisis serán los acuerdos de asociación económica (EPA) que la UE negocia con varios países ACP y para los que ambas partes aseguran que ha habido «enormes progresos» durante las conversaciones de Bruselas. Rehn aseguró que estos acuerdos permitirán «aumentar la cooperación y la solidaridad» con esta región.
En la misma comparecencia, la viceministra checa de Asuntos Exteriores, Helena Bambasova, también reafirmó la «disposición» de la Unión Europea para «repartir la carga financiera» con los países en desarrollo de África, Caribe y Pacífico de un acuerdo global y ambicioso contra el cambio climático en el marco de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Clima del próximo mes de diciembre en Copenhague.
Bambasova, cuyo país ocupa este semestre la presidencia de turno de la UE, subrayó que la respuesta «actual y futura» que exige la lucha contra el cambio climático tendrá «importantes incidencias financieras» a nivel internacional, pero especialmente en los países en desarrollo.
Por su parte, Rehn recalcó la necesidad de «enviar el mensaje de que vamos a trabajar mano a mano» para conseguir un acuerdo en Copenhague. La UE y los países ACP declararon este viernes su compromiso para asumir un esfuerzo conjunto en esta línea, especialmente conscientes de que los países más vulnerables son también los «más afectados» por el cambio climático.
En la reunión de este jueves y viernes en Bruselas, la UE y los países ACP también lanzaron oficialmente la segunda revisión del Acuerdo de Cotonú, que rige las relaciones entre las dos regiones, y para las que confían concluir un resultado a principios del próximo año.