La crisis actual de suministro de agua en la Ciudad de México tiene implicaciones políticas, sociales y culturales, pero en términos de negocios también destacan las oportunidades que ofrece al sector empresarial.
Gabriel Quadri de la Torre, director de EcoSecurities México, asegura que la privatización de los servicios hidráulicos es una alternativa que debe considerarse para resolver la problemática.
El presidente del Consejo Nacional de Industriales Ecologistas, afirma que en el país se han diseñado regaderas de bajo consumo. Las innovaciones en productos y servicios para lograr un aprovechamiento adecuado del agua son considerables, según Sandoval, y también cita el caso de un WC con dos palancas, una para cada tipo de necesidad que se vaya a desahogar, y que permite tener distintas descargas en términos de litros.
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Me encantaría ver inversión privada en el sector para cubrir tres aspectos principales:
– Recuperación de aguas de lluvia.
– En plantas de tratamiento de aguas residuales.
– Invertir en suministro de aguas tratadas a los hogares, con el propósito de ser utilizadas en los servicios sanitarios, lavado de autos y riego de jardines.
Generar los cambios en las leyes, para que los hogares que reciban este suministro (aguas tratadas para el baño y jardines), se obliguen a hacer las adaptaciones necesarias para el mejor aprovechamiento de este recurso.
Si queremos ver un mundo diferente, hay que atrevernos a pensar diferente de como lo hemos hecho siempre.
En lo personal no estoy en contra de la inversión privada en el sector hidráulico, sin embargo, creo que debería primero la autoridad fajarse los pantalones y hacer su trabajo, atendiendo lo siguiente, para el caso de la cuidad (o sea, sin considerar el uso agrícola del agua):
a. Realizar una tarificación realista, tomando en cuenta los fondos necesarios para inversiones futuras y la restricción al consumo que se desea inventivar para una recarga de los acuíferos.
b. Trabajos de reemplazo de tuberías averiadas. Es bien conocida la antigüedad de la red y las malas condiciones de las tuberías que resultan en fugas.
La raíz del problema entonces reside en el cobro, pues por intereses politiqueros no se aplica un real cobro y corte cuando no hay pago como es el caso del servicio telefónico, por ejemplo. Un privado operando el servicio hidráulico y cobrando como tal podría funcionar si se le dan todas las herramientas, para que luego no caiga en bancarrota y haya que hacer un «rescate hidráulico».
Por todo lo anterior pregunto: ¿el problema está en que no se quiere asumir el compromiso de hacer bien las cosas o que simplemente no saben hacerlas?