A nivel mundial existen empresas y accionistas que han puesto la mira en proyectos que además de generar retornos financieros, cuenten con herramientas que permitan responder a los diversos desafíos globales.
Una de ellas es la inversión de impacto, cuyo propósito es generar una huella social, medioambiental y retorno financiero. Esta herramienta de inversión, también busca generar un beneficio en materia de sostenibilidad y un retorno de capital positivo.
También, se ve a la inversión de impacto como aquella en donde cohabitan criterios financieros como el riesgo y el rendimiento, al mismo tiempo que el impacto social y ambiental.
Para hablar más sobre las ventajas de este instrumento y motivar a que este tipo de inversión aumente, la Alianza por la Inversión de Impacto México (AII Mx), que busca impulsar la agenda de inversión de impacto en México, y Terraética, primer Think Tank dedicado a impulsar la conservación natural y el impacto social lanzaron la Guía de Medición de Impacto para la Inversión de Impacto que toda parte interesada debe leer.
El porqué de la guía…
La inversión de impacto es una manera de invertir que cada vez toma mayor fuerza en México y en el mundo. Una de sus características principales es la búsqueda intencional de generar un impacto social y medioambiental medible, además de un retorno financiero.
Uno de los elementos clave de este tipo de inversión es el establecimiento de objetivos sociales y medioambientales, los cuales deben de poder ser validados mediante una medición de impacto e incluir no solo los resultados financieros, sino también los resultados de impacto social y ambiental en sus decisiones de inversión.
A nivel internacional existen diversas métricas y metodologías con diferentes niveles de complejidad, profundidad y capacidad para evaluar e identificar distintas variables de impacto.
En el 2019, según la novena edición del reporte del GIIN, 66% de los inversionistas de impacto utilizan información cualitativa para medir su impacto, 63% usan métricas propias que no están alineadas a ninguna metodología externa, 49% usan métricas alineadas al IRIS, 37% usan métricas estándar como GIIRS, GRI, SASB, IMP, etc. Además, 62% reporta monitorear el impacto de alguna de sus inversiones tomando a los ODSs como referencia (GIIN, 2019).
Llama la atención que a pesar de la importancia que tiene la medición de impacto aún muchos inversionistas, emprendedores, corporativos o fundaciones no miden su impacto de forma sistemática. Para poder hacerlo, los actores involucrados en el ecosistema de inversión de impacto se enfrentan con diversos retos.
Puedes descargar la guía para seguir leyendo sobre el tema…