No es poco común que los principales problemas del mundo sean abordados de forma individual, como si no existiera una relación profunda entre ellos (algo que puede comprobarse en las recientes encuestas a CEO publicadas en Davos). En una teleconferencia reciente en el marco del foro Mujeres en la Economía del Conocimiento y la Innovación, celebrado en Mérida, México, Al Gore hizo un gran trabajo al demostrar que el avance de la tecnología, el cambio climático y los problemas de género pueden verse como un todo.
Durante su participación, Gore hizo un repaso de los logros y retos que, para él, tiene México en materia de equidad de género. Por ejemplo, dijo que el porcentaje de 42% de mujeres en el congreso es una cifra a la que muchos países, incluyendo Estados Unidos, deben aspirar, pero también señaló los problemas de inequidad salarial y violencia.
El exvicepresidente de Estados Unidos y activista compartió que la primera vez que tuvo conciencia de la inequidad de género fue cuando notó que cuando su propia madre era niña las mujeres no tenían el derecho a votar: «pero eso fue un mensaje de esperanza real porque si pudimos cambiar tanto en ese tiempo, eso significa que puede cambiarse más», añadió.
Sin embargo, lo más interesante de su conferencia fueron sus insights sobre la relación entre el calentamiento global, la economía del conocimiento y el potencial de las mujeres. En primer lugar, recalcó que dentro de la economía del conocimiento (aquella que utiliza el conocimiento como elemento fundamental para generar valor y riqueza por medio de su transformación a información) las mujeres tienen muchas más oportunidades de trabajo que en una sociedad basada en la economía industrial.
Dos de los obstáculos para que las mujeres mexicanas alcancen todo su potencial dentro de este esquema son el acceso a internet y la educación. Es por ello que Gore aboga por impulsar que las jóvenes lleguen hasta la educación superior, lo que las llevará a tener más opciones y mejores salarios «mientras las tecnologías aumentan, los trabajos se multiplican y hay que prepararse para estas oportunidades», afirmó.
Por otro lado, el activista contra el calentamiento global reconoció que muchas consecuencias del cambio climático (sequías, tormentas, etc.) afectan en especial a las mujeres, en especial en México, donde la migración ha dejado a muchas de ellas como cabezas de familia o encargadas del campo. En este sentido, es muy importante que los acuerdos logrados en la Cumbre del Clima en París hayan incluido la paridad de género y la inclusión de las mujeres. Gore recordó que los avances de los acuerdos serán examinados cada cinco años y que es deber de todos los ciudadanos presionar a sus gobiernos no solo para que se cumplan sino para que se impongan metas aún más ambiciosas.
Finalmente, Al Gore hizo un emotivo llamado a todas las activistas por la equidad de género a continuar luchando por esta causa y a mantener la confianza, ya que si se trata de una decisión entre lo que está bien y lo que está mal, por naturaleza nos inclinamos al bien: «la voluntad de hacer lo correcto es en sí misma un recurso renovable», recordó.
