Enemigo del estatismo económico, predicaba Milton Friedman que si se encargara a una empresa gubernamental la administración del desierto del Sahara, en 10 años habría escasez de arena. En tiempos recientes se han sufrido en México, en el centro del país y occidente, desabastos de gas natural.
¿Es aplicable la sentencia del profesor de Chicago para explicar esas interrupciones del suministro -alertas críticas se les llama-, para las cuales aún no se ha encontrado, según la Secretaría de Energía (Sener), “una solución de mediano y largo plazos”?
Las alertas críticas de gas natural han llevado a las autoridades a exigir a las empresas consumidoras reducciones en el uso, obligando a paros técnicos que han generado un gran costo. Otros daños, aunque de naturaleza potencial, no son de menor importancia. Se trata de los proyectos de inversión que podrán cancelarse o decidir su instalación en otras zonas del país o en el extranjero, por el temor de que no exista abasto suficiente del energético. Pemex Gas, encargada del suministro de gas natural, ha alegado que el desabasto es atribuible a la sobredemanda por el bajo precio.
Pero, en razón de la fórmula que utiliza Pemex para determinar el precio interno del gas natural, éste no necesariamente se encuentra en forma permanente por debajo de su referencia internacional. De manera que, por el lado de la demanda, más que atribuir el aumento del consumo a la influencia de algún precio, cabe achacárselo a la ampliación de la planta productiva, cuyas unidades utilizan como energético gas natural.
No cabe duda: si en el mercado de gas natural hubiera participación de la IP, no se estarían produciendo los casos de desabasto. Tampoco es la falta de yacimientos de hidrocarburos en el país lo que provoca las alertas críticas de gas natural. El problema se ubica en la insuficiente inversión que ha habido para la infraestructura que se requiere –gasoductos—, con el fin de garantizar un suministro suficiente en el presente y en el futuro. Sin embargo, los planes de Pemex y la Sener “para nuevos gasoductos demorarán, por lo menos, dos años”, por lo que no se ve una solución al problema. Según el Presidente de la Asociación de Industriales de El Salto, Jalisco, para las empresas que se van a instalar en la región centro y occidente “es un tema que sí enciende un foquito amarillo”.
Fuente: eleconomista.com.mx
Por: Bruno Donatello
Publicada: 07 de Junio de 2012